Cat¨¢logo de calamidades en el parque del Retiro

La nobleza madrile?a se pensaba victoriosa. Durante el verano, lo celebraba con largos paseos por unos Jardines del Buen Retiro que estallaban en mil colores. El populacho ten¨ªa entonces la oportunidad de oler a la alta sociedad del siglo XVIII. ¡°Por ah¨ª va en coche el marqu¨¦s de San Felices, esas son las damas de la reina¡±. Instantes que parec¨ªan acortar las distancias sociales y que solo una contundente revoluci¨®n logr¨® interrumpir. La Gloriosa hab¨ªa triunfado, Isabel II march¨® al exilio y con ella se fueron las viejas prerrogativas de la camarilla real. Encargado de administrar los bienes borb¨®nicos, el gobierno provisional regal¨® en 1868 el parque al pueblo de la capital. El Ayuntamiento de Madrid es por ello propietario del Retiro y responsable de sus deficiencias. Esas que ni siquiera ha logrado solventar la declaraci¨®n como Patrimonio Mundial, concedida el 25 de julio del a?o pasado por su innegable valor hist¨®rico como primer jard¨ªn interclasista.

Una vuelta por el Retiro el pasado mi¨¦rcoles, seis meses despu¨¦s del dictamen de la Unesco, invita a pensar que este recinto pide mejoras. El Estanque Ochavado se encuentra vac¨ªo, el monumento a los hermanos ?lvarez Quintero ha ido agriet¨¢ndose y tanto la Casita del Pescador como la Monta?a Artificial siguen cerradas al p¨²blico. Parece que Isabel la Cat¨®lica levantara el pu?o en la Fuente de Cuba, no porque la reina abrace el castrismo, sino porque desapareci¨® la cruz que portaba en su mano derecha. Existe un ¨²nico punto informativo en 120 hect¨¢reas, solo dos ba?os son accesibles para el p¨²blico con diversidad funcional y los cubos de reciclaje brillan por su ausencia, incumpliendo la propia normativa municipal. Tampoco se hacen notar los Agentes de Parque. En dos horas y media de recorrido, este diario solo se top¨® con un coche de la seguridad privada de Acciona.

De ah¨ª que un adolescente, jaleado por su familia, trepara con impunidad uno de esos ¨¢rboles centenarios que le han valido al parque el reconocimiento global. ¡°?Ag¨¢rrate a esa rama, vas bien, vas bien!¡±, coreaban al un¨ªsono. Bicicletas, patinetes, triciclos, Tuc-tuc, monopatines y toda clase de cachivaches se entrecruzan por unos caminos sin se?al¨¦tica de movilidad. ?Qui¨¦n tiene prioridad?, ?se puede circular sobre ruedas en v¨ªas secundarias?, ?a qu¨¦ velocidad? Nadie parece saberlo ni se percibe d¨®nde o a qui¨¦n preguntar. Un cierto caos que Jos¨¦ Manuel Calvo, concejal del Grupo Mixto en Cibeles, atribuye al actual modelo de gesti¨®n. ¡°Hay demasiados estamentos competentes en la zona y es dif¨ªcil coordinarlos¡±, sostiene. La directora conservadora del Retiro es Caridad Melgarejo, pero en el parque intervienen adem¨¢s tres ¨¢reas municipales ¡ªMedio ambiente, Cultura, Desarrollo Urbano¡ª y la Junta de Distrito. Tambi¨¦n la Consejer¨ªa de Salud de la Comunidad, Metro, el Ministerio de Transportes y el de Cultura.

Por eso el Grupo Mixto defender¨¢ en el pleno de este martes la creaci¨®n de un mando ¨²nico para el ¨¢mbito declarado Patrimonio Mundial. Lo compondr¨ªa todo organismo y administraci¨®n que all¨ª opere o cuente con instalaciones, incluyendo al Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS), entidad asesora de la Unesco que plante¨® serias dudas sobre la candidatura madrile?a a causa de la contaminaci¨®n y la afluencia excesiva en el parque. La proposici¨®n lleva el marchamo de la Asociaci¨®n de Amigos de los Jardines del Buen Retiro. Su portavoz Javier de la Puente, ingeniero de montes jubilado, echa en falta medidas ¡°que nadie sabe muy bien a qui¨¦n competen¡±. Como la creaci¨®n de un punto de seguridad y de un portal web que informe sobre los cierres del parque por riesgo de temporal.

¡ªDate la vuelta, Mar¨ªa Dolores. Esto se ha secao. Mejor seguimos por el otro camino.

Un turista previene a su esposa, que le sigue varios metros por detr¨¢s, sobre el deshidratado Estanque Ochavado, un vestigio del Retiro de Felipe IV que se vaci¨® hace casi dos d¨¦cadas para acabar con las persistentes filtraciones y nunca m¨¢s ha vuelto a llenarse. El enclave debe su nombre a un dise?o polibulado, en cuyo interior perviven siete mascarones casi borrados por el agua que aqu¨ª se remansaba. En el centro brilla una rocalla, hogar de varios gatos que saltan despavoridos cuando el sol asoma su rostro por entre la arboleda aprovechando un descuido de las nubes.

De la Puente cree que la declaraci¨®n de la Unesco debiera espolear la rehabilitaci¨®n y posterior llenado de este estanque. ¡°Que naden los patos, como suced¨ªa en el pasado. Este es uno de los escasos vestigios del Retiro original¡±, declara sobre el parterre, donde hasta el siglo XIX se levant¨® tambi¨¦n un jard¨ªn barroco.

Estridentes carteles jalonan el paseo de Venezuela. Muchos bares los colocan como reclamo pese a que el pliego concesionario explicita su prohibici¨®n. Churros con chocolate o sangr¨ªa, paella y bocata de calamares, ensalada mixta, huevos estrellados y tapa con jam¨®n. Todo est¨¢ escrito en unos letreros que parecen surtir efecto, a juzgar por la animaci¨®n de las terrazas. La Monta?a artificial se alza a unos pocos metros, un capricho del rey Fernando VII hoy clausurado. Su interior hueco lo atraviesan numerosos pasillos que desembocan en una c¨¢mara abovedada. All¨ª se inaugur¨® en 1986 una sala de exposiciones que con los a?os present¨® filtraciones y se ha clausurado hasta nuestros d¨ªas. El equipo de Gobierno de Manuela Carmena sac¨® a concurso en 2018 la reparaci¨®n de la monta?a por 410.000 euros, pero ninguna firma se present¨® a la convocatoria, s¨ªntoma de que consideraron la dotaci¨®n demasiado baja.

Agonizan en la monta?a vallada cinco palmitos v¨ªctimas de la Paysandisia, una voraz mariposa de Am¨¦rica latina. Las malas hierbas cubren todo atisbo del sendero, cruzado en tiempos por cascadas, cuyas aguas se precipitaban en lagunas tambi¨¦n artificiales. Tomando el paseo de Bolivia se visita a los hermanos ?lvarez Quintero, un conjunto escult¨®rico que el Ayuntamiento republicano inaugur¨® en 1934 como homenaje a la obra de los comedi¨®grafos Joaqu¨ªn y Seraf¨ªn. La dama de piedra de la escena se asoma al balc¨®n cuando repara en la presencia de un se?orito montado a caballo y con traje campero. ?l parece estar a punto de piropear a su amada, pero si la pareja pudiese alzar la vista comprobar¨ªa que un arco agrietado amenaza con hundirse sobre sus cabezas.

Se trata de una fisura con al menos cuatro cent¨ªmetros de grosor que cruza sin piedad la clave de piedra. Los t¨¦cnicos del Servicio de Patrimonio Hist¨®rico, en su labor de supervisi¨®n, conocen estas patolog¨ªas, que el ?rea de Cultura pretende subsanar en el primer semestre del a?o, seg¨²n declara un portavoz.

Similar degradaci¨®n experimenta la ermita rom¨¢nica de San Isidoro de ?vila, tra¨ªda al Retiro en 1896 tras la desamortizaci¨®n. Seg¨²n De la Puente, la contaminaci¨®n est¨¢ disgregando sus muros de caliza, que acusan un especial desgaste en las arquivoltas. Este fue en 2021 el tercer punto de la capital con mayor concentraci¨®n de di¨®xido de nitr¨®geno, tal y como recogi¨® la estaci¨®n de medici¨®n de Escuelas Aguirre, ubicada en la intersecci¨®n de las calles de O¡¯Donnell y de Alcal¨¢. Ciudadanos de todas las edades y condiciones conviven en el Retiro como en el siglo XVIII. Aunque hoy, adem¨¢s, se lo disputan con el tr¨¢fico y la poluci¨®n.

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