La batalla de Solina Arias por una parada de autob¨²s
Una vecina de Colmenar Viejo recoge firmas para que la l¨ªnea 720 incluya en su itinerario el Hospital de Villalba
Una hora y tres cuartos en autob¨²s. 300 metros a pie. Cruzar una carretera nacional. Esperar a otro autob¨²s sin una marquesina que proteja del fr¨ªo o la lluvia. Cruzar los dedos para no perderlo. Con suerte, subirse al segundo autob¨²s. Hacer un trayecto de poco m¨¢s de un kil¨®metro y llegar al hospital. Al salir, repetir todo en sentido contrario para volver a casa. Esa es la odisea a la que se enfrenta cada semana Soledad Arias, Solina, una vecina de 72 a?os de Colmenar Viejo, cuando acude al Hospital de Villalba, a 30 kil¨®metros de su vivienda, para rehabilitar una lesi¨®n de hombros que arrastra desde verano. La l¨ªnea que une su municipio y Collado Villalba (64.000 habitantes), la 720, no se detiene en el centro m¨¦dico villalbino, uno de los hospitales p¨²blicos de la Comunidad de Madrid, por lo que est¨¢ obligada a enlazar varios autobuses, cuando no a caminar por una carretera sin arc¨¦n, para llegar a la cl¨ªnica. ¡°No hay derecho a esto, yo solo quiero ir al m¨¦dico¡±, lamenta.
Tras meses de desatenci¨®n por parte de las instituciones, Solina Arias ha convocado una protesta este jueves frente al Ayuntamiento de Colmenar Viejo (52.400 habitantes), municipio del que parte el 720. El alcalde, Jorge Garc¨ªa, aceler¨® unos tr¨¢mites que hab¨ªa definido hasta entonces como ¡°dif¨ªciles¡± y se reuni¨® el martes con el Consorcio de Transportes. Ese mismo d¨ªa, David P¨¦rez, consejero de Transportes, afirm¨® a trav¨¦s de un v¨ªdeo comunicado que la l¨ªnea se desviar¨¢ ¡°de forma provisional¡± hasta el Hospital de Villalba a partir de finales de marzo. El periodo de pruebas durar¨¢ tres meses. Si las peticiones de subida o bajada en la nueva parada superan el 10% de la demanda total, el 720 parar¨¢ en el centro m¨¦dico de manera indefinida, seg¨²n la Consejer¨ªa.
Pero Arias no se f¨ªa. Despu¨¦s de ver el v¨ªdeo, considera que las palabras textuales del consejero ¨D¡°Vamos a ponerlo en marcha de momento, para ver c¨®mo funciona¡±¨D no invitan al optimismo: ¡°No entiendo qu¨¦ tienen que comprobar. Estamos hablando de un servicio p¨²blico que lleva a otro servicio p¨²blico¡±. El desv¨ªo al que se tendr¨ªa que someter la l¨ªnea para pasar por el hospital es de apenas tres kil¨®metros. Por ello, Arias ha decidido mantener la movilizaci¨®n de este jueves.
Esta vecina colmenare?a asegura que en d¨ªas as¨ª se acuerda mucho de su amigo ¡°el de los bancos¡±, en referencia a Carlos San Juan, el valenciano de 78 a?os que recogi¨® firmas para pedir la atenci¨®n presencial en las sucursales a principios de a?o. ¡°Somos viejos, pero no idiotas¡±, dice, emocionada.
Emulando la iniciativa de San Juan, Arias se lanz¨® a recoger firmas a finales de enero. Desde entonces, no ha parado. Lo hace cada d¨ªa de nueve y media de la ma?ana a dos de la tarde. A su causa se unieron pronto Noelia Barrado, alcaldesa de Soto del Real (9.100 habitantes), y Jos¨¦ Luis Labrador, alcalde de Manzanares el Real (9.200 habitantes); dos de los municipios que cubre la l¨ªnea 720. El edil de Colmenar Viejo, al que la Comunidad de Madrid atribuye ahora la iniciativa, le dio la espalda. Y ella no lo olvida.
M¨¢s de 3.000 firmas
Hasta ahora, la petici¨®n acumula m¨¢s de 3.000 firmas entre las tres localidades. Desde Soto del Real, Barrado asegura que los municipios de la zona ¡ªentre los que suman m¨¢s de 90.000 habitantes¡ª no tienen alternativa: ¡°No tenemos otra ruta de transporte p¨²blico que una Colmenar, Soto, Manzanares, El Boalo y Moralzarzal con el hospital de Villalba¡±. Labrador, su hom¨®logo en Manzanares el Real, lamenta que la situaci¨®n viene de lejos: ¡°Llevamos varios a?os detr¨¢s del Consorcio de Transportes, pero no ha habido manera¡±.
Desde que empez¨® a rehabilitarse en el Hospital de Villalba, Solina Arias ha tenido complicaciones de todo tipo en sus desplazamientos. La escasa afluencia de autobuses la ha dejado tirada en m¨¢s de una ocasi¨®n al hacer el trasbordo de una l¨ªnea a otra. Desde el cementerio de Collado Villalba, el punto en el que realiza el intercambio, hay un kil¨®metro y medio hasta el hospital. ¡°Hay d¨ªas que cuando llego [en el 720], el autob¨²s urbano ya se ha ido y me toca ir caminando. Me cuesta mucho andar tanto, y m¨¢s sin aceras, pero no me queda otra si quiero llegar a la cita con el m¨¦dico¡±, dice.
Cuando se disloc¨® los hombros en agosto, fue a Urgencias del Hospital La Paz, en el extremo norte del Paseo de la Castellana. La espera se hizo eterna y las sesiones para rehabilitarse ¡°nunca llegaban¡±, por lo que decidi¨® acudir al centro m¨¦dico de Collado Villalba. Ambos hospitales p¨²blicos se encuentran a la misma distancia de su casa ¡ªunos 30 kil¨®metros¡ª, pero en sentido opuesto. En el centro villalbino, Arias encontr¨® una atenci¨®n m¨¢s directa que en la capital: ¡°Aqu¨ª llegas y te vas con todo resuelto en el mismo d¨ªa¡±.
El problema lleg¨® cuando se dio cuenta de que, sin conducir, la conexi¨®n con el Hospital de Villalba no era nada f¨¢cil. Entonces, decidi¨® alzar la voz, aunque en casa no lo vieran muy claro. ¡°Mis hijas no quer¨ªan que me metiera en esos embolaos y mi marido brome¨® con dejarme¡±, dice entre risas. Ella pens¨® que si no recib¨ªa su apoyo en una causa as¨ª, ¡°ya sab¨ªan d¨®nde ten¨ªan la puerta¡±.
Obligada a dormir recostada por los dolores, el 70% de minusval¨ªa no aminora el ¨¢nimo de esta vecina colmenare?a para seguir peleando: ¡°No quiero llorar, pero todo esto es muy emocionante¡±. Y a?ade: ¡°Yo, que soy una mindundi, nunca imagin¨¦ llegar hasta aqu¨ª¡±. Antes de volver a casa, Arias recibe una llamada de su sobrina, exultante por la noticia de la parada provisional. ¡°No caigamos en la trampa, hija, que nosotros somos muy tontos y ellos muy listos¡±, advierte en tono socarr¨®n. ¡°Pero esc¨²chame una cosa: lo vamos a conseguir¡±.
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