Un ¨¢rbol frutal conquista las calles de Madrid
La variedad m¨¢s plantada de este peral de flor es la ¡®Chanticleer¡¯, de la que hay 2.500 ejemplares
Los parientes de las rosas son algo m¨¢s que flores. A este grupo pertenecen una mir¨ªada de plantas que producen unos frutos que deleitan nuestro paladar: manzanas, albaricoques, frambuesas, ciruelas, fresas, acerolas, membrillos, cerezas, n¨ªsperos, moras, melocotones¡ y tambi¨¦n semillas, como la almendra. Todas estas se engloban en la familia de las ros¨¢ceas, que cuenta con m¨¢s de 2.000 especies. En jardiner¨ªa utilizamos muchas de ellas con fines meramente ornamentales, como ocurre con la reina de las flores, la rosa (Rosa spp. y variedades). Sin las ros¨¢ceas no podr¨ªamos disfrutar de muchos jardines, tal y como hoy los conocemos, debido a su gran importancia. Por ejemplo, entre los siglos VIII y IX, el emperador Carlomagno dispuso un listado de plantas que deb¨ªan ser cultivadas en los jardines de todas las ciudades de su territorio. En el casi centenar de especies recogidas en el Capitulare de villis, hasta 10 ros¨¢ceas eran imprescindibles, la mayor¨ªa ¨¢rboles frutales.
En nuestros d¨ªas los ¨¢rboles siguen teniendo su lugar en la ciudad, ya que sin ellos las calles se convertir¨ªan en p¨¢ramos rendidos a la fealdad y desaprovechar¨ªamos los innumerables beneficios que el arbolado procura al ciudadano. Los niveles de estr¨¦s de las personas que pasean a la vera de sus copas descienden, y se ha comprobado asimismo que puede ser un factor que haga disminuir la delincuencia. ?Va a resultar cierto eso de ¡°el que a buen ¨¢rbol se arrima, buena sombra le cobija¡±!
La variedad de especies que extienden sus ramas sobre el asfalto madrile?o se ha ido diversificando en los ¨²ltimos tiempos, en pos de potenciar la biodiversidad y evitar as¨ª los problemas que surgen cuando se utilizan solo unas pocas. Como en todo, ha habido experiencias con ¨¢rboles que han sido exitosas, y, en otros casos, un rotundo fracaso. Entre estos fiascos tambi¨¦n encontrar¨ªamos alguna ros¨¢cea, como el japon¨¦s Prunus serrulata Kanzan. Nos lo cuenta Gilberto Segovia, ingeniero agr¨ªcola: ¡°Esta ha sido la variedad de cerezo de flor m¨¢s popular de todo Occidente, debido a que ha funcionado muy bien en ciudades del centro y del norte de Europa. Pero cuando se introdujo aqu¨ª, los calores y la sequedad ambiental del verano fueron fulminantes para ¨¦l. Se plant¨® mucho, incluso como ¨¢rbol de alineaci¨®n en las calles. De todos esos cerezos ya quedan en pie muy pocos¡±, incapaces de resistir los extremos del clima castellano.
Uno de los sitios en los que se pod¨ªa disfrutar de la floraci¨®n de este cerezo tan bello era la c¨¦ntrica calle de Arenal, que une la plaza del Teatro Real con la Puerta del Sol. Pero a¨²n los viandantes que pululan por esta hist¨®rica v¨ªa pueden regocijarse estas semanas con la floraci¨®n muy especial de otra ros¨¢cea de la que todav¨ªa no hab¨ªamos hablado: el peral. Si bien no se trata del que nos regala la jugosa fruta, ya que este solo cuenta con unos min¨²sculos frutos, s¨ª que nos ba?a con otras bondades, como su bella est¨¦tica. Su nombre cient¨ªfico, Pyrus calleryana, ha derivado en el popular de peral de Callery, que era un misionero que introdujo este ¨¢rbol en Europa en el siglo XIX desde China y Vietnam, sus lugares de origen. En aquellas regiones su madera dura y de grano fino sirve para construir muebles, como taburetes.
En Madrid capital, la variedad m¨¢s plantada de este peral de flor es la Chanticleer, como detalla Antonio Morcillo San Juan, autor de una preciosa gu¨ªa de bolsillo con los ¨¢rboles m¨¢s frecuentes de nuestra ciudad. Morcillo, subdirector general de Conservaci¨®n de Zonas Verdes y Arbolado del Ayuntamiento de Madrid, cuenta que hay ¡°hasta 2.500 ejemplares de peral Chanticleer en la ciudad, que se introdujo en el a?o 2003. Las calles en las que hay mayor presencia son las de Sierra de Atapuerca, en Las Tablas, con unos 140 ejemplares, o la misma Gran V¨ªa. Aunque tambi¨¦n se cultivan otras variedades, como la Redspire, la President, la Aristocrat, la Bradford¡ con lo que llegamos hasta los 7.000 ejemplares de estos perales de flor. Estas ¨²ltimas variedades se encuentran sobre todo en el distrito de Vic¨¢lvaro, en El Ca?averal, como en la calle Imperio Argentina¡±.
Al igual que otros perales, incluidos los aut¨®ctonos, su oto?ada es espectacular, de colores rojizos muy llamativos, a¨²n m¨¢s debido a sus hojas brillantes. La copa de estas variedades ya citadas es estrecha, tendiendo a formas c¨®nicas, lo que permite que puedan plantarse en calles peque?as y que sus ramas no interfieran en las construcciones aleda?as, sin necesidad de poda. Ahora ya no hace falta pedir peras al olmo, se las podemos pedir directamente a los Pyrus calleryana.
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