El ¨²ltimo precinto de la sala Caracol
La sala de conciertos de Embajadores cierra y descuelga el emblem¨¢tico letrero de la fachada por la falta de acuerdo con el propietario por el alquiler del local
La puerta de madera de la sala Caracol est¨¢ cerrada a cal y canto. Un agujero f¨¢cilmente visible refleja el forzamiento de la cerradura y la fachada de color violeta que, durante tantos a?os, ha iluminado las noches de Madrid, se encuentra desgastada. Las letras que forman la palabra Caracol apenas son visibles, al haber sido arrancadas y guardadas por sus propietarios. Fue el pasado 2 de junio cuando todo se vino abajo. Hab¨ªa eventos programados para ese fin de semana y se antojaba un ambiente de fiesta, que nunca se produjo. La sala cerr¨® las puertas, tras el enfrentamiento judicial entre los impulsores de la sala e inquilinos del inmueble y los propietarios del edificio. No hab¨ªan logrado ponerse de acuerdo sobre el importe del arrendamiento del local.
Ricardo Ib¨¢?ez, representante de los primeros, sit¨²a la pandemia del coronavirus como el punto de partida que explica la falta de entendimiento entre inquilinos y propietarios: ¡°Cuando se produce el cierre de las salas de conciertos por la pandemia, los inquilinos de la Caracol exigen que se reduzca la renta un 50%. La propiedad se niega y es ah¨ª cuando se empieza a plantear la posibilidad de desahucio¡±, explica en conversaci¨®n telef¨®nica.
Los propietarios por su parte se?alan que, durante los meses m¨¢s duros de la pandemia, ¡°se aplazaron todas las rentas¡±, adem¨¢s de subrayar que los alquilados han estado utilizando la sala en los ¨²ltimos a?os sin pagarla. De igual manera, justifican el cierre del espacio por ¡°el desprestigio¡± que ha sufrido la Caracol a lo largo de su historia, con la celebraci¨®n de conciertos que han sido catalogados por los propietarios como ¡°neonazis¡±.
El evento al que se refieren se celebr¨® en diciembre de 2019, cuando las bandas fascistas Iberian Wolves y Brigada Totenkopf tocaron all¨ª. Ib¨¢?ez recalca que una de las caracter¨ªsticas del local siempre ha sido la diversidad: ¡°Pensamos que en la sala tiene que haber hueco para todo el mundo, incluso la gente que no te gusta. Estuvimos de acuerdo en que se les dejara entrar, aunque no comparti¨¦ramos sus opiniones¡±.
En el momento en el que se produce el cierre del local, en marzo de 2020, los titulares de la sala plantean un pleito a los propietarios, se?ala Ib¨¢?ez, en el que reclaman ¡°la imposibilidad de exigir pagar el 100% de la renta cuando el espacio est¨¢ cerrado¡±. Si bien la vista del pleito est¨¢ planteada para el mes de septiembre, la propiedad exigi¨® en otra demanda la obligaci¨®n de pagar la totalidad de la renta o el desahucio. ¡°Lo que ocurre es que el procurador se persona en el procedimiento para proceder a la demanda, que es a trav¨¦s de dos escritos¡±, explica Ib¨¢?ez. El primero de ellos no requer¨ªa un traslado de copias a la parte contraria, pero s¨ª el segundo.
¡°Cuando Caracol presenta la contestaci¨®n a la demanda, lo hace como si el procedimiento fuera como el primer escrito, pensando que es una contestaci¨®n¡±, se defiende Ib¨¢?ez. Un error que, aunque el letrado judicial destac¨® que se pod¨ªa subsanar, propici¨® el cierre definitivo de la sala, puesto que la juez responsable del caso, titular del Juzgado de Primera Instancia n¨²mero 40 de Madrid, comprendi¨® que en ning¨²n caso se pod¨ªa solucionar el malentendido.
?ltimos conciertos celebrados
Uno de los ¨²ltimos eventos celebrados fue el del m¨²sico granadino El Jose, el viernes 6 de mayo. ¡°Tocar en la Sala Caracol fue para m¨ª poner los pies en un lugar hist¨®rico para la m¨²sica. Todas las personas que nos dedicamos a esto hemos visto v¨ªdeos o hemos le¨ªdo y escuchado historias sobre conciertos m¨ªticos que ocurrieron en esta sala. Para m¨ª, por ejemplo, es muy bonito haber tenido la oportunidad de actuar sobre las mismas tablas que algunos de mis mayores referentes, como lo son el mism¨ªsimo Compay Segundo o la gran Chavela Vargas¡±, se?ala el artista por correo electr¨®nico. Al igual que ¨¦l, se han subido a ese escenario El Kanka, Bomba Est¨¦reo o Rufus T. Firefly, entre otros muchos ejemplos.
El pasado 10 de junio a las 11.00 se puso punto y final al conflicto, cuando los tres bombines de la puerta de entrada de la sala fueron forzados para proclamar el cierre definitivo de la sala. Con ¨¦l, se va un pedacito de la m¨²sica en vivo de Madrid. Treinta a?os en los que, a pesar de que se han sufrido 12 precintos por incumplir las ordenanzas municipales, ser¨¢n recordados por toda la escena musical. La posibilidad de un retorno cercano no parece demasiado viable. Sin embargo, en palabras de Ib¨¢?ez, ¡°es muy posible que Caracol tenga actividad en otro sitio¡±. Pero esa ser¨¢ ya otra historia.
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