Tensi¨®n por las urgencias extrahospitalarias de Madrid: los sindicatos mandan una contraoferta que se discutir¨¢ un d¨ªa antes de la huelga
El Gobierno de Ayuso sigue adelante con el plan de reabrir los 78 puntos que exist¨ªan antes de la pandemia con la mitad de los sanitarios
La negociaci¨®n entre la Comunidad de Madrid y los cinco sindicatos que han convocado la huelga (Satse, CC OO, Amyts, CSIT UP y UGT) por el nuevo plan de las urgencias extrahospitalarias sigue en punto en muerto. Aunque con el lunes en el horizonte como fecha clave para desencallar un conflicto que tiene ¡°estresados y muy preocupados¡± a los 778 profesionales sanitarios afectados, entre m¨¦dicos (228), enfermeras (270) y celadores (280). Ante la propuesta de la Administraci¨®n, pr¨¢cticamente inamovible desde el principio de las negociaciones, los representantes de los sanitarios presentaron este viernes una contraoferta al plan, con varias alegaciones, con la que quieren blindar ¡°unas condiciones laborales dignas¡±. Lo cuenta ?ngel Bayo, m¨¦dico de un Servicio de Atenci¨®n Rural (SAR) y representante de Amyts, que resume el centro del conflicto en pocas palabras: habr¨¢ la mitad de los profesionales en los centros.
Porque el origen del conflicto consiste en que el Gobierno de Isabel D¨ªaz Ayuso anunci¨® que va a reabrir los 78 puntos de urgencias extrahospitalarias que ya exist¨ªan (los 41 SAR que han seguido abiertos todo este tiempo y los 37 Servicios de Urgencias de Atenci¨®n Primaria (SUAP) que cerraron con la pandemia) con solo los efectivos de los SAR. Es decir, la mitad, por lo que se ver¨¢n obligados a cambiar turnos, a realizar m¨¢s horas, a algunos a cambiarse de centro. Por lo pronto, la huelga indefinida sigue prevista para el 25 de octubre y este s¨¢bado hay convocada una manifestaci¨®n en defensa de la sanidad p¨²blica que saldr¨¢ de la glorieta de Neptuno a las seis de la tarde. El ambiente est¨¢ caldeado.
Tanto m¨¦dicos, como enfermeras y celadores se sienten ¡°ninguneados¡± por la Administraci¨®n de Isabel D¨ªaz Ayuso. Son la piedra angular de un nuevo proyecto de las urgencias situadas en los centros de salud de los municipios y en zonas rurales, pero nada se ha pactado con ellos. De hecho, se han ido enterando de c¨®mo la Comunidad de Madrid ha ido cambiado de plan a trav¨¦s de la prensa y de sus organizaciones sindicales, que aseguran que han intentado negociar, pero que se han encontrado con un rodillo. ¡°Orden y mando, poco m¨¢s¡±, describe Juli¨¢n Ord¨®?ez, de UGT. Aunque los sustos han llegado por fases.
La pandemia
Con la llegada de la covid en 2020, Madrid decidi¨® mantener los SAR abiertos, cuyos profesionales dependen de la gerencia de Atenci¨®n Primaria (en aquel momento ultratensionada por los peores momentos de la pandemia), y cerrar los 37 SUAP para reorganizar a sus profesionales, que dependen de la gerencia del Summa 112 desde 2004, cuando se cambi¨® el Plan Integral de Urgencias y Emergencias Sanitarias de la Comunidad de Madrid. Algunos acabaron en el Hospital Enfermera Isabel Zendal (HEIZ), otros en el hospital de campa?a de Ifema y otros en unas nuevas unidades de atenci¨®n domiciliaria (UAD), creadas de forma temporal para que los ciudadanos m¨¢s sensibles al virus no tuvieran que trasladarse a los centros de salud.
Muchas fueron las movilizaciones ciudadanas para que abrieran estas urgencias tras finalizar 2020, tanto en los centros de salud, donde se han producido hasta acampadas, como en las calles de municipios como Getafe o San Fernando de Henares o diferentes distritos de Madrid como Vallecas. Hasta que lleg¨® el primer anuncio de lo que iba a pasar.
El primer golpe
La Comunidad de Madrid anunci¨® el 19 de junio que los 37 SUAP se cerrar¨ªan definitivamente y se abrir¨ªan 17 puntos de atenci¨®n continuada (PAC), siete de ellos sin m¨¦dicos. El cambio de nombre era importante. Ya anunciaba una mutaci¨®n de las condiciones laborales. Hac¨ªa solo un mes que la Administraci¨®n hab¨ªa conseguido apagar el fuego de otra huelga que dur¨® dos semanas, la de los m¨¦dicos especialistas de los hospitales con a?os, incluso d¨¦cadas, enlazando contratos de temporalidad que ped¨ªan estabilizar sus puestos acogi¨¦ndose a la ley estatal que Madrid hab¨ªa intentado esquivar. Y con el anuncio del cierre de los SUAP, los sanitarios, con el apoyo de nuevo de manifestaciones de ciudadanos, volvieron a poner el grito en el cielo, oponi¨¦ndose en bloque al nuevo proyecto.
Once d¨ªas despu¨¦s, la presidenta se vio obligada a rectificar y anunci¨® que los abrir¨ªa todos, sin especificar cu¨¢ndo, ni c¨®mo. Buenas noticias. Aunque los sindicatos no sab¨ªan si creerse una promesa que parec¨ªa pensada para apaciguar a las masas, sobre todo teniendo en cuenta que un d¨ªa antes se hab¨ªan reunido en la mesa sectorial con el entonces director general de Asistencia Sanitaria de la Administraci¨®n, Jes¨²s V¨¢zquez, que les asegur¨® que no se iba a dar marcha atr¨¢s. Pero lleg¨® la rectificaci¨®n y, en pleno verano, V¨¢zquez fue destituido.
Segundo intento
Con el nuevo curso, Ayuso se reafirm¨® y declar¨® a los cuatro vientos en el pasado debate de la regi¨®n que reabrir¨ªa los 78 centros (los SAR ya estaban abiertos) y puso una fecha en el calendario: a lo largo de octubre. Los d¨ªas empezaron a pasar como losas en el calendario y los sindicatos esperaban con cierta esperanza los detalles de c¨®mo se iba a realizar el nuevo plan. Cuando los conocieron, estall¨® de nuevo la pol¨¦mica.
Se abrir¨ªan, s¨ª, pero los trabajadores de los SUAP no volver¨ªan a sus antiguos puestos de trabajo. Se plasmaba en ese momento la guerra entre dos gerencias diferentes, la de Atenci¨®n Primaria y la del Summa 112, que no estaban dispuestas a perder operativos. Los primeros alegaron que para atender los 78 PAC necesitaban a todos los trabajadores. Los segundos, que los UAD se hab¨ªan convertido en imprescindibles para realizar sus funciones y que no pod¨ªan perder a los sanitarios. Y en esa guerra donde se lidiaba por desvestir a un santo para vestir a otro, ganaron los UAD, pese a la oposici¨®n de los propios profesionales del Summa que aspiraban a volver a sus antiguos puestos de trabajo.
Las condiciones laborales
¡°No va a haber contrataciones¡±, ha asegurado el viceconsejero de sanidad, Fernando Prados Roa. ¡°Se va a realizar con los efectivos que hay¡±, ha insistido, tras asegurar que el problema del d¨¦ficit de sanitarios no es exclusivo de Madrid. Pero ah¨ª est¨¢ la clave del problema. Con la mitad de los sanitarios para los mismos centros que hab¨ªa antes de la pandemia, el plan consiste en que los m¨¦dicos de familia puedan realizar a partir de ahora guardias de forma voluntaria y que los m¨¦dicos de los SAR que trabajaban 1.536 horas anuales sumen ahora unas 1.642,5 horas anuales, m¨¢s la obligatoriedad de realizar horas complementarias (un m¨¢ximo de 660 horas). Tambi¨¦n se tendr¨¢n que olvidar de sus turnos espec¨ªficos, las noches, los fines de semana y los festivos.
¡°?Qu¨¦ hacemos los que optamos a esta plaza por situaciones muy particulares como la de cuidar por el d¨ªa a tu madre que est¨¢ mayor y enferma de Parkinson?¡±, pregunta Lola Vicente, una enfermera de 57 a?os que lleva 11 en el SAR de Galapagar y matiza, enfadada, que hasta ahora los sanitarios de los centros rurales estaban computando 1.536 horas anuales por un ajuste legal que se aplica al turno de noche, los fines de semana y los festivos. ¡°Una hora por la noche cuenta como una hora y 0,8 minutos¡±, explica. ¡°Es as¨ª, por ley¡±.
Vicente, por ejemplo, tiene su vida organizada para atender tambi¨¦n a su hermana de 50 a?os con discapacidad durante el d¨ªa. Y, como ella, muchos de sus compa?eros, que a cambio de realizar un turno que nadie quiere, consiguen conciliar con sus situaciones personales. ¡°?Por qu¨¦ cargarte un sistema que funciona, para uno que hay que funciona?¡±, pregunta Bayo, m¨¦dico del SAR de Arganda del Rey. ¡°Nosotros estamos ah¨ª para esas personas a las que no les da tiempo a ir al hospital, para atender un parto a las cuatro de la ma?ana, por ejemplo. Pero quieren ahorrarse el dinero que costamos los profesionales sanitarios y quieren enga?ar a la poblaci¨®n: que parezca que atienden a sus intereses y que somos nosotros, con nuestros ego¨ªsmos individuales, quienes impedimos ese servicio.¡±.
Los PAC ya no se llamar¨¢n PAC. Ese fue el ¨²ltimo cambio de nombre: se denominar¨¢n Centros Sanitarios 24 horas. Eso s¨ª, los profesionales tendr¨¢n que adelantar su hora de entrada a las 15.00 o las 17.00, acabar con el complemento econ¨®mico de la noche (pese a que terminar¨¢n la jornada a las 24.00 y ese dinero extra se paga cuando se trabaja m¨¢s tarde de las 22.00), cambiarse de centro en algunos casos y atender con menos sanitarios a m¨¢s pacientes. En 2019 hubo 700.000 consultas en los 41 SAR y los 37 SUAP. Ahora se las repartir¨¢n entre 228 m¨¦dicos, 270 enfermeras y 280 celadores. M¨¢s las guardias de los m¨¦dicos de familia que accedan de forma voluntaria, la gran baza con la que cuenta la Comunidad de Madrid para llegar a todo.
Para los sindicatos, los n¨²meros no dan. El lunes se sentar¨¢n de nuevo y discutir¨¢n c¨®mo sacar adelante el servicio ¡°de una manera digna¡±. Si no hay acuerdo, el martes comenzar¨¢ la huelga.
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