Luz roja encendida: el 92% de los m¨¦dicos de familia de Madrid han sufrido o sufren agotamiento emocional
Un estudio del Colegio de M¨¦dicos y los datos del Servicio Madrile?o de Salud coinciden en el diagn¨®stico. Los casos m¨¢s graves de sanitarios llegados a consulta de valoraci¨®n han aumentado un 400%
Los datos de la salud mental de los m¨¦dicos de familia madrile?os son transparentes. Casi el 92% de los facultativos indican haber sufrido o sufrir agotamiento emocional, el 86% el s¨ªndrome de despersonalizaci¨®n (cuando se empieza a notar menos empat¨ªa por los compa?eros y los pacientes) y el 73% una baja realizaci¨®n personal. Esos n¨²meros hablan del conocido burnout o desgaste profesional y los acaba de publicar el Observatorio de Salud Mental del Colegio de M¨¦dicos de Madrid (Icomem), tras realizar una encuesta a los m¨¦dicos de atenci¨®n primaria y urgencias extrahospitalarias. No es un dato cualquiera. Es la radiograf¨ªa de la salud mental de los doctores con los que cuenta la Comunidad de Madrid para ocupar los puestos de los centros sanitarios 24 horas, despu¨¦s poner en marcha un nuevo plan el 27 de octubre por el que el sindicato de m¨¦dicos Amyts ha convocado una huelga indefinida que comenzar¨¢ el pr¨®ximo lunes. Y la raz¨®n por la que muchas de las bajas de los sanitarios se han disparado en la ¨²ltima semana, cuando de un d¨ªa para otro han tenido que cambiar de horario, de centro y pasar de estar ya sobrepasados a quedarse solos atendiendo a los ciudadanos, cuando antes lo hac¨ªan en equipo.
¡°Perdona, igual me pongo a llorar mientras hablamos¡±, se excusa Gemma Tena, de 50 a?os, antigua m¨¦dica de atenci¨®n primaria en el centro de salud de Entrev¨ªas, en Madrid capital, y hasta la semana pasada en el Servicio de Atenci¨®n Rural (SAR) de Mejorada del Campo. Ella est¨¢ de baja desde hace unos d¨ªas y diagnosticada con burnout desde 2019. Toma pastillas y sufre ansiedad. Y va a ser una de las doctoras investigadas ¡°una a una¡± por el 57% de ¡°las bajas sobrevenidas¡± que el Gobierno regional denuncia como parte de un boicot. Consigue no llorar mientras habla. Aunque le cuesta.
?ngel Luis Rodr¨ªguez, responsable de salud mental del sindicato Amyts y miembro del Observatorio de Salud Mental del Icomem, desgrana unos datos que hablan por s¨ª solos. La situaci¨®n es preocupante. ¡°Vienen como consecuencia de unas condiciones laborales extenuantes, con una atenci¨®n de absoluta sobrecarga de los m¨¦dicos, que atienden entre 50 y 60 pacientes al d¨ªa, en lugar de los 20-25 que recomiendan todos los organismos internacionales, y del efecto domin¨® que provoca las bajas de unos sobre otros, puesto que la sobrecarga inicial se incrementa cuando tienes que cubrir al compa?ero que no ha ido a trabajar¡±, explica el doctor. Lo llamativo, argumenta, es que los n¨²meros siguen encendiendo la luz roja que ya se encendieron con la anterior encuesta, publicada en enero pasado, con unos n¨²meros similares y que recog¨ªa el sentir de los m¨¦dicos tras el pico de la pandemia. ¡°No han mejorado nada y eso es lo llamativo¡±, aduce. ¡°Se esperaba que fueran bajando y se mantienen igual de alto. Es muy preocupante¡±.
Los sanitarios pueden activar tres mecanismos para recibir ayuda psicol¨®gica o psiqui¨¢trica en la Comunidad de Madrid. Por una parte, pueden ser atendidos en el Programa de Atenci¨®n Integral al Profesional Sanitario Enfermo (PAIPSE), que, seg¨²n un portavoz de la Consejer¨ªa de Sanidad, incluye una atenci¨®n integral con equipos multidisciplinares para todos los profesionales del Servicio Madrile?o de Salud. Tambi¨¦n existe el Programa de Atenci¨®n Integral al M¨¦dico Enfermo (PAIME), solo para doctores, que se ha visto obligado a contratar en el ¨²ltimo a?o a tres profesionales m¨¢s debido a la alta demanda, entre ellos el doctor Rodr¨ªguez. Y, por ¨²ltimo, los facultativos tambi¨¦n pueden acudir al Servicio de Salud Mental del sindicato m¨¦dico Amyts. Los tres servicios est¨¢n saturados, con una media de espera de tres meses.
De hecho, el portal de transparencia ha respondido a una pregunta de la diputada de Unidas Podemos, Vanesa Lillo, con otros datos recabados de PAIPSE bastante llamativos a los que ha tenido acceso EL PA?S: en 2018 hubo 295 peticiones de sanitarios de valoraci¨®n por problemas psicol¨®gicos o psiqui¨¢tricos. A finales de septiembre de 2022, la cifra se hab¨ªa multiplicado a 755, un n¨²mero que crece tanto en los profesionales que trabajan en los hospitales (de 235 a 520) como en los de atenci¨®n primaria (de 60 a 235).
¡°Es alarmante acreditar que entre el 2018 y septiembre de 2022 el n¨²mero de peticiones de valoraci¨®n han aumentado m¨¢s de un 200% en atenci¨®n especializada y casi un 400% las solicitudes provenientes de los profesionales de atenci¨®n primaria¡±, ha lamentado Lillo, que insiste: ¡°Lo ¨²nico que sabemos es que, lejos de remediar esta situaci¨®n [desde la Comunidad de Madrid], tenemos una presidenta que sigue obsesionada con echarles la culpa para ocultar su nefasta gesti¨®n¡±.
¡°Casi irreversibles¡±
Rodr¨ªguez, adem¨¢s, explica que esos datos muestran en realidad la punta del iceberg. ¡°Los sanitarios que llegan ah¨ª ya son los que peor est¨¢n¡±, analiza, ¡°porque son profesionales que suelen tener integrado que su funci¨®n es la de cuidar, no la de recibir cuidados¡±. Es m¨¢s, muchos prefieren acudir a consultas apartadas, donde no puedan cruzarse con ning¨²n compa?ero y sufrir el estigma derivado de ser incapaz de realizar su profesi¨®n. Eso provoca que los que llegan ah¨ª ¡°sean casos casi irreversibles¡±. Los datos, de hecho, revelan que el 20% de los profesionales diagnosticados con burnout ya han elaborado un plan para dejar la profesi¨®n m¨¦dica, el 14% tienen alg¨²n tipo de adicci¨®n y el 87% toma psicof¨¢rmacos para ir a trabajar.
Eso le pas¨® a la doctora Tena cuando estaba en su consulta de atenci¨®n primaria, en Entrev¨ªas. Atend¨ªa a 50 pacientes al d¨ªa, se tomaba antes de empezar su jornada laboral un lexat¨ªn y le costaba dormir por las noches, temerosa de cometer un error m¨¦dico grave. Denunci¨® la situaci¨®n, tambi¨¦n acudi¨® al Defensor del Pueblo (que atendi¨® su requerimiento y pidi¨® informaci¨®n a la Consejer¨ªa de Sanidad) y finalmente fue trasladada en 2019 al SAR de Mejorada del Campo, que le anim¨® a realizar un m¨¢ster en urgencias y a realizar un trabajo diferente, a cambio de comprometerse a cubrir los horarios que nadie quer¨ªa, como las noches, los fines de semana y los festivos. ¡°M¨¢s o menos lo estaba llevando bien porque all¨ª se funcionaba como un reloj, en equipo. Pero ahora que ha cambiado todo de nuevo y me dejan sola otra vez para atender a 60, 70, 80 pacientes en un d¨ªa, y se me ha ca¨ªdo el mundo a los pies. Es inhumano¡±, lamenta la doctora. ¡°Me he planteado muchas veces dejar la profesi¨®n. Esto te destroza la vida. Es como trabajar en las trincheras. No les importa c¨®mo est¨¦s ni qu¨¦ trabajo hagas. Solo quieren que se encienda la luz y si te pegan, te insultan y acabas de los nervios da igual¡±. La prueba, dice, es que solo dos de los 12 residentes que han pasado en los ¨²ltimos dos a?os por el SAR de Mejorada han decidido continuar en la atenci¨®n primaria. Y cada vez quedan menos: ¡°El resto o se ha puesto a repetir el MIR [la prueba de los M¨¦dicos Internos Residentes] para probar con otra especialidad o se han ido fuera¡±.
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