Las dos caras de la Atenci¨®n Primaria en Madrid: frenes¨ª sin m¨¦dicos en el Puente de Vallecas, calma tensa en el centro
La falta de facultativos y las colas de pacientes diferencian el d¨ªa a d¨ªa de dos centros de salud, pero en ambos casos los sanitarios se quejan de la sobrecarga de trabajo
Se tarda unos 40 minutos en transporte p¨²blico en ir del centro de salud Las Cortes, a 200 metros del Congreso de los Diputados, al de Villa de Vallecas, en el sur de la capital. El primero se encuentra en una calle abarrotada del distrito Centro, donde hay casi 140.000 habitantes, pero no muchos transe¨²ntes entran al edificio. El segundo se ubica en una calle tranquila del distrito Villa de Vallecas, con unos 115.000 habitantes, y todo aquel que la cruza acaba de entrar o de salir del centro de salud. La ma?ana transcurre de forma diferente en uno y otro, y es un reflejo de lo que se vive estos d¨ªas en los 265 centros de salud de la comunidad: mientras que en el del sur la cola de pacientes no baja en ning¨²n momento de las 15 personas y faltan seis m¨¦dicos, en el de Las Cortes la plantilla est¨¢ al completo, ocho facultativos, y no se acumulan m¨¢s de siete personas en el vest¨ªbulo. Aun as¨ª, los profesionales de ambos critican que llevan tiempo sobrecargados de trabajo, y que su situaci¨®n ha empeorado a ra¨ªz del caos en la reapertura de las urgencias extrahospitalarias.
¨D?Aqu¨ª es la cola? ?Madre m¨ªa!.
El centro de salud Villa de Vallecas est¨¢ en uno de los distritos m¨¢s pobres de la capital, y no ha parado de recibir pacientes durante toda la ma?ana de este lunes. Al mediod¨ªa, 10 personas esperaban en fila a ser atendidas. Una hora despu¨¦s, eran algo m¨¢s del doble. ¡°Llevo un rato largo aqu¨ª ya. Me han mandado un electro urgente, ha venido una enfermera y se ha ido¡±, le dice una mujer a su marido mientras agita el volante de la cita. Un beb¨¦ llora en los brazos de su madre ¨D¡±ea, ea¡±, le susurra¨D, el ir y venir de m¨¦dicos y enfermeras es constante, y las cuatro trabajadoras del mostrador de administraci¨®n no tienen manos suficientes.
¨DPara el 2 de diciembre, a las cuatro menos cinco.
¨D?El 2 de diciembre?
¨DS¨ª, el 2 de diciembre.
¨DVaya¡
Casi todas las conversaciones que mantienen con los pacientes son parecidas y comentan que las largas colas y las consultas sobrecargadas no son algo puntual. ¡°Has ido a escoger uno de los sitios que peor est¨¢¡±, dice una de ellas a la salida. ¡°Mira la lista de consultas, cara y media y voy por la mitad. Ahora no puedo atender otra cosa. Cuando acabe hablamos, pero todav¨ªa me queda¡.¡±, a?ade una m¨¦dico del centro. Y vuelve a entrar, a la carrera, por la puerta autom¨¢tica.
Se llama Margarita Miguel, m¨¦dico de familia en el centro desde hace casi 20 a?os. A las tres y media de la tarde sale de nuevo, otra vez con la lengua fuera, y dice que solo tiene un par de minutos. Acaba de terminar con las consultas presenciales ¨D54 pacientes¨D y le quedan las telef¨®nicas. En total, atender¨¢ a unas 70 personas en un solo d¨ªa. Deber¨ªa haber salido hace media hora de su turno, pero cree que ¡°m¨ªnimo hasta las cinco¡± tendr¨¢ que quedarse: ¡°Es demoledor. No damos abasto. Faltan seis m¨¦dicos desde hace a?o y medio y sus consultas se reparten entre los que quedamos¡±.
Ella es una de los m¨¦dicos de familia que ha decidido apoyar la huelga indefinida de los facultativos de atenci¨®n primaria y pediatr¨ªa, que empezar¨¢ el 21 de noviembre, y que se suma a la convocada por el sindicato de m¨¦dicos (Amyts) contra el plan de reapertura de las urgencias extrahospitalarias. ¡°Hoy hemos tenido que atender, adem¨¢s de las citas, a 15 personas de urgencia. No llegamos ni a un minuto por paciente y casi todos los d¨ªas es as¨ª¡±, explica.
Los organismos internacionales recomiendan que cada profesional atienda a unas 20 o 25 personas en una jornada, pero la agenda de Miguel, como la de otros facultativos de Madrid, es habitual que supere los 50 pacientes diarios. ¡°El problema de la atenci¨®n primaria es que no se cubre ni una baja. Con todo el tiempo que llevo aqu¨ª nunca he visto nada igual. Antes de la pandemia tampoco sustitu¨ªan, pero ahora la carga es enorme. Si funcionaran bien las urgencias extrahospitalarias, habr¨ªa cosas menos graves que ir¨ªan all¨ª¡±, a?ade antes de atender otra llamada.
No es la ¨²nica que se queja. ?ngeles de Madrid y su marido, de 77 y 82 a?os respectivamente, llevan dos horas y media en el centro. Ella tiene que ponerse la vacuna de la gripe ¨Dhay unas 25 personas en la sala de espera para lo mismo¨D y ¨¦l necesita que le hagan la cura en una herida de la frente. ¡°Ayer [por el domingo] estuvimos en la manifestaci¨®n. Del covid a esta parte se ha desbaratado todo. Es un descontrol. Para hacerte una prueba tardan meses¡±, critica.
Es el caso de Mar¨ªa ?ngeles Fern¨¢ndez, de 36 a?os, que no ha conseguido que le atiendan por tel¨¦fono. Ha llamado varias veces porque est¨¢ de enhorabuena: hace unas horas se ha enterado de que est¨¢ embarazada. Pero la ilusi¨®n ha sido breve, en el centro no le dan cita hasta el 12 de diciembre. ¡°C¨®mo voy a esperar un mes a que me atiendan en persona estando embarazada. S¨¦ que no es una urgencia, yo espero hasta las tres, cuando acaben las consultas, si hace falta. Cada vez va a peor todo¡±, relata. Su marido le insiste en que vayan a otro centro de salud, pero Fern¨¢ndez no est¨¢ del todo de acuerdo, ella prefiere que le atienda su m¨¦dica ¡°de siempre¡±.
Carmen de la Morena ha estado unos 15 minutos en la cola y sale enfadada. Se ha encontrado con una amiga a la que le han dado cita para el 29 de noviembre: ¡°Es horroroso. A m¨ª me dieron para un orzuelo 25 d¨ªas. Antes ven¨ªas y era todo de un d¨ªa para otro. Pero ellos [los m¨¦dicos] no tienen la culpa, la culpa es de los otros [por el Gobierno de Ayuso]. Estoy acostumbrada a esperar y tenemos que venir, porque si llamas... nada. No cogen. Est¨¢n que no pueden m¨¢s¡±.
En el centro de salud Las Cortes, cada vez que suena el tel¨¦fono contesta alguien de administraci¨®n. Casi siempre tienen cita disponible para dentro de dos o tres d¨ªas. ¡°Depende del m¨¦dico, a veces son 10 d¨ªas, pero un mes no, nunca¡±, cuenta una de las trabajadoras.
Los bancos de metal de la zona de espera, m¨¢s de 30 y colocados uno detr¨¢s de otro a lo largo del pasillo, frente a los despachos de los m¨¦dicos, estaban pr¨¢cticamente vac¨ªos a las once de la ma?ana de este martes. Unas 10 personas esperaban sentadas a que les atendieran. ¡°?Sabe si tardan mucho?¡±, preguntaba un chico joven. ¡°No, va bien, va bien¡±, contesta una mujer. El flujo de pacientes es m¨¢s o menos constante hasta el medio d¨ªa. Es entonces cuando llega el pico de afluencia. La sala se llena, aumenta la tensi¨®n, el ritmo de trabajo es alto, hay cierto barullo y se forma una peque?a cola de cinco personas en la entrada. Algunos pacientes se quejan de tener que esperar media hora, otros, la mayor¨ªa, sienten que les han atendido bastante r¨¢pido.
Javier Larra?aga, m¨¦dico de familia desde hace 35 a?os, considera que el centro est¨¢ bien organizado. ?l se incorpor¨® a la plantilla de ocho facultativos ¨Dtodos est¨¢n trabajando¨D el pasado abril. Antes estuvo en el centro de salud Lucero, del distrito de Latina, en el sur de la capital, y en el Pascual Rodr¨ªguez, en la misma zona y que lleva cerrado desde el inicio de la pandemia. El profesional admite que el d¨ªa a d¨ªa en Las Cortes no es tan fren¨¦tico como en centros de barrios con rentas per c¨¢pita m¨¢s bajas ¨Dla renta media del distrito Centro es de casi 33.000 euros y en Villa de Vallecas de unos 25.000¨D, pero que la carga de trabajo tambi¨¦n es superior a la ideal. ¡°Los barrios con rentas m¨¢s altas tienen menos presi¨®n asistencial, porque aquellos con mayor poder adquisitivo pueden optar a un seguro privado y los que ganan menos, no. S¨ª, siento que aqu¨ª la presi¨®n es menor, aunque no dir¨ªa que es baja¡±, se?ala.
Atiende a unos 40 pacientes de media al d¨ªa: ¡°Podr¨ªa exagerar y decir que llego a los 60 o 70, pero en este centro no estoy viendo eso. Aun as¨ª, es muy poco tiempo por paciente, unos seis o siete minutos. Y en invierno la presi¨®n se dispara¡±. ?l, como la m¨¦dica de Villa de Vallecas, tambi¨¦n se va a sumar a la huelga del 21 de noviembre y particip¨® en la manifestaci¨®n multitudinaria del pasado domingo. ¡°El maltrato institucional de la Comunidad de Madrid a los m¨¦dicos, no solo de familia, lleva d¨¢ndose a?os. La pandemia puso en evidencia los fallos del sistema que los pol¨ªticos se esmeran en ocultar. Me siento ninguneado. Aqu¨ª por suerte somos ocho, pero si nos vamos de vacaciones no suplen nuestro puesto y las consultas se reparten entre los compa?eros que quedan¡±, critica.
Madrid es la comunidad m¨¢s rica de Espa?a y la que menos dinero destina a sanidad, aunque el Gobierno regional afirme lo contrario. En 2021, esta partida supuso el 31,58% del Presupuesto de la regi¨®n, un porcentaje que lleva disminuyendo desde 2005. Adem¨¢s, est¨¢ a la cola, por delante de Baleares, en el n¨²mero de m¨¦dicos de familia por 1.000 habitantes y en los ¨²ltimos dos a?os, de los 443 especialistas en Medicina Familiar y Comunitaria que terminaron la residencia, solo 37 se quedaron la capital. ¡°Cuando dicen que no hay m¨¦dicos, nos es que no haya, es que huyen por las p¨¦simas condiciones, la falta de reconocimiento institucional y los baj¨ªsimos salarios¡±, se queja Larra?aga.
Sale de su despacho y un hombre se acerca, parece enfadado.
¨D?Es usted el m¨¦dico? Llevo 20 minutos esperando.
¨D?Ves? Esto no est¨¢ pagado.
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