Caos en el primer d¨ªa de huelga de m¨¦dicos de familia y pediatras: ¡°Se cancelan las citas. Vuelva otro d¨ªa¡±
Los centros de salud m¨¢s grandes de Madrid han pasado de tener 18 doctores a dos en servicios m¨ªnimos y han sido los principales afectados
En el momento exacto en que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel D¨ªaz Ayuso, trataba de disuadir a los m¨¦dicos de familia de continuar con la huelga en su primer d¨ªa, a 18 kil¨®metros al sur, la ¨²nica pediatra en servicios m¨ªnimos intentaba hacer sola el trabajo de cuatro compa?eros. ¡°Hay veces que no son momentos para hacer huelgas¡±, espetaba Ayuso desde la tarima de la Puerta del Sol este lunes. Mientras, la doctora Mariana Gonz¨¢lez, con su bata de dibujitos, sal¨ªa y entraba a su consulta cada dos minutos para atender a la marabunta de pacientes que se hab¨ªa acumulado en la puerta. Para que sus compa?eros pudieran defender sus derechos, ella ten¨ªa que correr. De poco sirvieron los carteles que advert¨ªan de que solo se iban a atender urgencias. Ah¨ª todo era urgente, importante y ¡°?de qu¨¦ huelga me habla?¡±, ¡°?d¨®nde dijeron eso?¡±, ¡°yo ya ten¨ªa mi cita¡±, ¡°mire, es que no tengo tiempo para ver la televisi¨®n¡±. La presidenta alertaba del riesgo de saturar los hospitales. Lo que no mencion¨® es que hay centros de salud que no necesitan una huelga, que trabajan a este ritmo insostenible desde hace a?os.
El paro indefinido de m¨¦dicos de familia y pediatras de atenci¨®n primaria ha arrancado este lunes con un seguimiento ¡°hist¨®rico¡±, seg¨²n el sindicato principal Amyts. La Consejer¨ªa de Sanidad, por su parte, ha informado de que solo la ha seguido un 31%. En al menos tres centros de salud del sur de la regi¨®n, en Fuenlabrada y Legan¨¦s, y otros de Ciudad Lineal y Puente de Vallecas, que ha recorrido este diario, el seguimiento masivo ha provocado el caos y la confusi¨®n, especialmente en los m¨¢s grandes. Los servicios m¨ªnimos que impuso la Consejer¨ªa no tuvieron en cuenta el tama?o del ambulatorio, de manera que la regla de dos m¨¦dicos por turno aplicaba tanto para un centro con cuatro m¨¦dicos, como el que tuviera 15.
En la recepci¨®n del centro de salud de El Naranjo, en Fuenlabrada (193.000 habitantes), se han juntado una decena de abuelos con sus nietos ¡ª¡±si no los traemos nosotros, ?qui¨¦n lo hace?¡±¡ª, madres desesperadas con sus ni?os durmiendo en las piernas, j¨®venes que han perdido un d¨ªa de clase y hasta se alegran, y un rosario de enfermos de diabetes, pacientes jubilados que esperan a ser vacunados y, de paso, que les ajusten la dosis del Sintrom. Un hombre cubano con su hijo adolescente le pregunta a la primera mujer con bata blanca que ve por el pasillo qu¨¦ ha pasado con su cita que pidi¨® hace 15 d¨ªas. La t¨¦cnico auxiliar Mar¨ªa Gracia le responde que hay huelga, que pregunte a los administrativos. ¡°Lo que tienen que hacer es traer unos neum¨¢ticos y quemarlos en la puerta. Si trabajan as¨ª como ahora, a nadie le importa un carajo. Ni se dan cuenta. Volveremos la semana que viene. Muchas gracias¡±, responde el padre. Ella sonr¨ªe.
A unos dos kil¨®metros de ah¨ª, tambi¨¦n en Fuenlabrada, en el centro de salud Alicante, la pediatra Nieves S¨¢nchez Cordero tiene a m¨¢s de una veintena de familias que esperan en silencio a las puertas de su consulta. Como en el otro ambulatorio, el seguimiento al paro ha sido total. En sus m¨¢s de 20 a?os de carrera en este centro no hab¨ªa visto una huelga parecida: de los 13 m¨¦dicos de familia que hay, solo han acudido dos de servicios m¨ªnimos, y ella y su compa?era, las ¨²nicas pediatras de cinco. El martes no ir¨¢ a trabajar, por cada d¨ªa les descuentan unos 150-200 euros de sus n¨®minas. Insiste en que el problema no es la falta de m¨¦dicos, sino que ¡°no se quieren quedar en Madrid por las condiciones¡±. Y explica c¨®mo la eterna lucha de pediatr¨ªa ¡ªdonde solo seis de 155 m¨¦dicos que terminaron la residencia en 2021 y 2022 tomaron contratos con la Administraci¨®n, seg¨²n las cifras de Amyts¡ª ha sido que la Consejer¨ªa no ofrece plazas de turnos por la ma?ana. En las ¨²ltimas oposiciones se ofrecieron menos del 10% de plazas en ese horario y pocos quieren aceptarlo porque no pueden conciliarlo con su vida personal y familiar. ¡°Tampoco dan otras opciones, como organizar los turnos por centro. La soluci¨®n es tan evidente... Parece que quisieran hacerlo mal a prop¨®sito¡±, sostiene S¨¢nchez.
En la otra punta de Madrid, en el centro de salud Estrecho de Corea del distrito de Ciudad Lineal, a las 10.30 horas ha llegado un hombre respirando muy fuerte y toc¨¢ndose compulsivamente el lado izquierdo del cuello. ¡°?Ni de urgencia? Tengo un pinchazo¡¡±, insist¨ªa. A Miguel Hern¨¢ndez lo enviaron, como a todos, a las ¨²nicas dos consultas disponibles. En este ambulatorio los 18 m¨¦dicos de cabecera, y los tres pediatras, han secundado el paro, por lo que desde este lunes solo habr¨¢ dos doctores de familia y un pediatra para atender a todos los que lleguen. ¡°Hay hartazgo y hay cansancio. Una sensaci¨®n generalizada de que esto [por la atenci¨®n primaria] no avanza en Madrid¡±, se quejaba uno de los que le ha tocado ir a trabajar. Tiene 60 a?os, lleva 20 trabajando en el ambulatorio, y ha preferido no decir su nombre, por miedo a posibles represalias: ¡°Todos los pol¨ªticos de este pa¨ªs desconocen por completo qu¨¦ es la atenci¨®n primaria. Est¨¢n embrujados por la grandeza del hospital¡±. Ha reconocido que est¨¢ sobrecargado y que es as¨ª desde hace mucho tiempo, aunque este lunes no lo considera un mal d¨ªa: ha atendido a unos 65 pacientes en las primeras siete horas del lunes. Y aunque est¨¢ muy por encima de lo recomendable por organismos internacionales, se resigna: ¡°Estoy acostumbrado¡±. El mes pasado, sin huelga, un compa?ero suyo atendi¨® a 100 personas en una ma?ana.
No todos se han tomado bien la huelga. El caos provocado en algunos centros como el de Ciudad Lineal, con decenas de pacientes amontonados, ha desatado la furia de algunos contra los sanitarios. Y los m¨¦dicos que trabajaban a marchas forzadas, las enfermeras que ni siquiera hab¨ªan sido convocadas y los auxiliares, han tenido que lidiar con momentos tensos como el que se ha vivido a las 12.30 horas en el centro Estrecho de Corea. Un hombre corpulento y sin mascarilla, que ten¨ªa cita para ser vacunado de la covid-19, les ha gritado ¡°imb¨¦ciles¡± por tener que esperar m¨¢s de lo previsto. Y entre gritos y ademanes violentos, rumiaba: ¡°Van lentos, siempre lentos¡±.
Iban lo m¨¢s r¨¢pido que pod¨ªan tambi¨¦n en el centro de Pe?a Prieta, en el distrito de Puente de Vallecas. Desde la ventanilla, los administrativos se han encargado no solo de gestionar las citas canceladas y calmar los ¨¢nimos, sino tambi¨¦n de ayudarlos como pod¨ªan. ¡°?No tiene jarabe normal en casa? Espere y ya le llamar¨¢n cuando se pueda¡±, le ofrec¨ªa uno de los empleados del mostrador a una madre con su hijo enfermo. En este ambulatorio el seguimiento ha sido tambi¨¦n total, las citas atrasadas se acumulan y la huelga acaba de comenzar. ¡°?Qu¨¦ sentido tiene quejarse cuando llegas y no hay cita? Ninguno. Ahora bien, los pacientes tambi¨¦n deber¨ªamos poder ser atendidos y no estar en medio de las peleas entre unos y otros. La sanidad en Madrid cada vez va a peor¡±, menciona una paciente en el hall. En la entrada al centro, hay colocados dos carteles que indican que los profesionales est¨¢n en huelga. Junto a ellos, una pegatina que reza: ¡°El punk ha muerto¡±.
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