Ley del silencio entre los m¨¦dicos conservadores de Madrid: ¡°Parecemos ¡®bataflautas¡± y ¡°hablar de m¨¢s puede pasarte factura¡±
Un oftalm¨®logo, un ur¨®logo, un traumat¨®logo y un cirujano protestan en voz baja por la degradaci¨®n del sistema p¨²blico de salud de Ayuso, mientras ocultan sus nombre por temor a las reacciones
Esta cr¨®nica pretend¨ªa contar con el testimonio de cuatro m¨¦dicos, con nombre y apellido, que se declarasen votantes conservadores. Cuatro doctores que trabajasen en los m¨¢s importantes hospitales de Madrid y estuviesen dispuestos a manifestar su opini¨®n sobre la situaci¨®n sanitaria en la comunidad aut¨®noma. Sin embargo, las entrevistas en las que varios facultativos ¨Dcon muchas operaciones, trasplantes y horas de guardia a sus espaldas¨D fueron consultados sobre el estado del sistema de salud en la Comunidad terminaron siempre en una llamada con la misma petici¨®n: ¡°Por favor, que no aparezca mi nombre en el texto¡±. Sus reflexiones acumulan un buen n¨²mero de cr¨ªticas y reproches a la gesti¨®n sanitaria del Gobierno de Isabel D¨ªaz Ayuso y al trato que la clase pol¨ªtica da a los m¨¦dicos. As¨ª que el manto de silencio se extiende cuando les piden a sus colegas, en los grupos de WhatsApp que comparten, que hablen del panorama actual en sus hospitales y ambulatorios. La respuesta se repite: ¡°De acuerdo, pero siempre que mi nombre no aparezca¡±.
Un oftalm¨®logo, un ur¨®logo, un traumat¨®logo y un cirujano de los mejores hospitales de Madrid, como el Gregorio Mara?¨®n, el Ram¨®n y Cajal, el Doce de Octubre o La Paz, sin m¨¢s conexi¨®n entre ellos que la bata blanca que se enfundan cada d¨ªa, no tuvieron inconveniente en dar su opini¨®n sobre lo que ven cada d¨ªa. Sin embargo, dos de ellos pidieron no ser identificados por temor a represalias de la direcci¨®n de su centro hospitalario; otro solicit¨® que se aclararan expresamente en el texto los motivos por los que no daba su nombre ¨D¡°temo que hablar de lo que veo perjudique mi carrera¡±¨D y un cuarto aludi¨®, para permanecer en el anonimato, al reportaje publicado por este peri¨®dico a primeros de noviembre y titulado: Una doctora agredida por un paciente: ¡°Vot¨¦ a Ayuso, pero esto que hacen en Madrid es de incompetentes¡±. En ¨¦l se detalla la paliza que recibi¨® en su consulta la doctora Guadalupe Pajares, golpeada por un paciente en un ambulatorio de Guadarrama.
El oftalm¨®logo reconoce que la mayor¨ªa de los m¨¦dicos y enfermeros ¡°est¨¢n quemados¡±, al ver c¨®mo el debate se ha politizado, evitando de esta forma entrar al fondo de los problemas, entre ellos ¡°los sueldos de miseria¡± o ¡°el alto n¨²mero de contratos eventuales¡±, resume. ¡°Es l¨®gico lo que estamos pidiendo, pero en cuanto aparecen palabras como izquierda o sindicato, el debate se vicia y salta por los aires¡±, explica. ¡°Ahora todos parecemos bataflautas¡±, bromea. A los cuatro m¨¦dicos citados se suman otros dos m¨¢s que pidieron no dar su nombre horas despu¨¦s de ser entrevistados.
El caso es que ninguno de los profesionales consultados pertenece a sindicatos o vota a partidos de izquierda. Todo lo contrario. Casi todos ellos se identifican como conservadores y reconocen haber votado a Ayuso en el alg¨²n momento. Sin embargo, denuncian una p¨¦sima gesti¨®n sanitaria en la Comunidad de Madrid, que incluye la politizaci¨®n de la gesti¨®n hospitalaria, el ambiente de hartazgo y la falta de empat¨ªa con una presidenta de quien dicen que no solo no los escucha, sino que adem¨¢s los insulta. Un ambiente de hast¨ªo y cansancio aderezado con el terror a hablar m¨¢s de la cuenta, debido a un modelo vertical que puede pasarles factura.
El cirujano ¨Dque cuenta con m¨¢s de 30 a?os de experiencia en la sanidad p¨²blica y que se reconoce como votante de Ayuso¨D critica a la actual Administraci¨®n diciendo que no hay una ¡°gesti¨®n profesional de los hospitales¡±, sino que se ha colocado en puestos clave a funcionarios de escasa preparaci¨®n. ¡°Est¨¢n dirigidos por amigos, enchufados o colegas de corte pol¨ªtico¡±, explica. ¡°Ahora se habla de las urgencias extrahospitalarias, pero los ambulatorios son un desastre: los que est¨¢n en la periferia deben atender 60 enfermos al d¨ªa, mientras que en los que est¨¢n en el centro de Madrid solo se ve a 10. En los hospitales pasa algo parecido¡±. Este doctor no quiere dar su nombre porque la sanidad ¡°es un sistema piramidal donde el consejero de salud es un tipo de poca o nula experiencia en la gesti¨®n de hospitales¡±, explica. ¡°Se impone la ley del silencio y hablar de m¨¢s puede pasarte factura. Me considero liberal y soy votante del Partido Popular, pero no se puede permitir que se siga marchando de Madrid y del pa¨ªs el talento que tanto dinero ha costado formar. Solo en Grecia los m¨¦dicos ganan menos que los m¨¦dicos espa?oles¡±, a?ade.
Un ur¨®logo de otro de los grandes hospitales con m¨¢s de 20 a?os de servicio y que se define como ¡°conservador¡± denuncia que cada vez se ¡°aprieta¡± m¨¢s al personal. ¡°El deterioro de la sanidad p¨²blica no es tanto por la lista de espera o las coberturas que se ofrecen, y que en mi hospital no han cambiado, sino que se resiente en que los mejores m¨¦dicos y enfermeros se est¨¢n yendo de los hospitales porque el ambiente es el de un personal quemado y desganado¡±, explica. ¡°Es bueno para un pa¨ªs que haya una sanidad p¨²blica de calidad y me da pena este maltrato al personal¡±. Cuando explica las razones para no dar su nombre, el doctor insiste en los motivos. ¡°Quiero que pongas claramente que prefiero ocultar mi nombre porque habr¨ªa represalias y tendr¨ªa consecuencias negativas para mi carrera profesional¡±, dice. ¡°Esta es una estructura t¨ªpicamente mafiosa. El consejero de salud aprieta a los gerentes del hospital, los gerentes aprietan a los jefes de servicio y los jefes de servicio, que cl¨¢sicamente ten¨ªan una funci¨®n de defensa de los m¨¦dicos, transmiten esa presi¨®n¡°, protesta. ¡°Cuando alguien se queja mucho o es un poco levantisco tiene consecuencias: te pueden poner en el peor quir¨®fano, darte cirug¨ªas m¨¢s complicadas o poco a poco degradar el trabajo que haces¡±.
Seg¨²n un traumat¨®logo, que admite que en las ¨²ltimas elecciones vot¨® al Partido Popular y que pasa sus d¨ªas corriendo de sus consultas en un hospital p¨²blico por la ma?ana a uno privado por la tarde, ¡°el m¨¦dico est¨¢ en un s¨¢ndwich entre un modelo p¨²blico mal gestionado y un sistema ultraliberal como el de las aseguradoras¡±.
Juli¨¢n Ezquerra, que entre 2011 y comienzos de este a?o fue secretario general de la Asociaci¨®n de M¨¦dicos y Titulados Superiores de Madrid (Amyts), el sindicato con un mayor n¨²mero de afiliados, dice que abrir la boca significa aguantar a que se te echen encima ¡°como una jaur¨ªa¡±. ¡°En los ¨²ltimos a?os, la sanidad se ha convertido en un arma arrojadiza que mueve el 40% del presupuesto de una Comunidad, por lo que hay mucho inter¨¦s pol¨ªtico y, si cualquier m¨¦dico se posiciona medi¨¢ticamente, lo machacan¡±, dice para explicar el miedo en el colectivo de los m¨¦dicos. Tras la manifestaci¨®n en favor de la sanidad p¨²blica que sac¨® a la calle el domingo 13 de noviembre a m¨¢s de 200.000 personas, seg¨²n fuentes de la Delegaci¨®n del Gobierno, ¡°los m¨¦dicos, que tradicionalmente son de centro o centroderecha, se han sentido insultados y poco escuchados¡±, detalla. ¡°Se ha politizado tanto, que la gente tiene terror a hablar¡±, dice Ezquerra sobre la etapa m¨¢s tensa que recuerda. ¡°No se puede negar que hay un problema en los centros de atenci¨®n primaria. En los dos ¨²ltimos a?os, de unos 450 m¨¦dicos reci¨¦n licenciados, m¨¢s de 400 no han querido una plaza en Madrid. Nadie quiere trabajar en los centros de salud. O se producen cambios que hagan atractivo trabajar en un ambulatorio, reduciendo por ejemplo el n¨²mero de pacientes diarios a 25, o [los m¨¦dicos] seguir¨¢n march¨¢ndose masivamente de Espa?a¡±.
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