Titanes, una d¨¦cada de rugby LGTBI en Madrid: de jugar en el parque al mundial de 2023
El equipo naci¨® con apenas 15 miembros en 2013 y ahora, con m¨¢s de 100, es uno de los cuatro clubes que participar¨¢n como invitados en la copa del mundo, que celebra los cuartos de final este fin de semana en Par¨ªs
El cartel est¨¢ tan oxidado que las letras se leen a duras penas: ¡°Recuerda limpiar tus botas con la manguera¡±. Todo en may¨²sculas. Al lado, una fuente con tres grifos. Es lo primero que uno ve nada m¨¢s entrar al campo de rugby de la Universidad Aut¨®noma de Madrid. Luego est¨¢n la explanada de hierba, las dos enormes porter¨ªas y las gradas de piedra.
¨D¡°?Las botellas! No pod¨¦is tardan tanto. ?Venga, dos minutos!¡±, grita alguien en mitad del campo.
Es el entrenador. A la voz le sigue el movimiento de unas 25 personas, que sudan, corren, placan y caen al suelo. Son las siete y media de la tarde, martes, y toca entrenamiento. Los balones vuelan de un lado a otro, blancos por el centro, amarillos y azules ¨Dlos colores del equipo¨D en los laterales. Y en una esquinita, una franja arco¨ªris: la bandera LGTBI. Tambi¨¦n la llevan en las mangas y en la parte trasera de la camiseta. Algunos hasta en los cordones de las botas. El objetivo es claro: que cualquiera que se acerque ¨Dinteresados en jugar, amigos, otros equipos¨D sepan que este es un club expl¨ªcitamente abierto a lesbianas, gais, transexuales y bisexuales. De hecho, es el primero que hubo en Espa?a ¨Dahora hay otro en Barcelona¨D y naci¨® hace 10 a?os con el nombre de Titanes.
Y lo hizo de la forma m¨¢s sencilla, un pu?ado de amigos que se juntaba algunas tardes a la semana para jugar y aprender nociones b¨¢sicas del deporte en el parque de El Retiro. Personas a las que le gustaba el rugby, pero que por edad, condici¨®n f¨ªsica, miedos u otras barreras no encontraban hueco en los clubes de entonces. ¡°Apenas lleg¨¢bamos a 15¡å, cuenta V¨ªctor Granado, de 40 a?os y fundador de Titanes. Esas 15 se convirtieron en 20, las 20 en 30, y as¨ª hasta las m¨¢s de 100 personas que tienen ficha ahora. ¡°En Espa?a no hab¨ªa nada as¨ª y ning¨²n equipo dec¨ªa esto de forma expl¨ªcita. Se aplicaba la pol¨ªtica del ej¨¦rcito americano de ¡®no lo digas, no preguntes¡¯ y yo he conocido gente que se inventaba vidas que no ten¨ªa porque le daba miedo contarle [la real] a sus compa?eros¡±, recuerda Granado.
Eso, en parte, ha cambiado. Ahora compiten en la tercera categor¨ªa contra otros equipos de Madrid, en la liga auton¨®mica. ¡°Antes nadie quer¨ªa ser el que perdiera contra los maricones¡±, cuenta el actual presidente del club, Daniel Luis Naranjo, de 29 a?os y miembro del equipo desde hace siete. Lleva el uniforme puesto ¨Dporque aqu¨ª, toda la junta juega¨D y sentado en la grada sonr¨ªe, y mucho, al recordar por qu¨¦ le est¨¢n entrevistando. Titanes es uno de los cuatro clubes de rugby LGTBI de Europa ¨Den total en el continente son unos 30 y en el mundo 100¨D seleccionados para jugar como invitados en la Copa Mundial de Rugby 2023 (RWC, por sus siglas en ingl¨¦s), que celebra los cuartos de final este s¨¢bado y domingo en Par¨ªs. Naranjo y el resto de jugadores debutar¨¢n al mismo tiempo que se disputan estos partidos, en una copa paralela bautizada como Pride Respect (orgullo y respeto).
Diego Lastra, de 24 a?os, se seca el sudor con el brazo y mira al campo. Ya es de noche y han encendido los potent¨ªsimos focos. Cuenta que se mud¨® de Santander a Madrid para estudiar bioqu¨ªmica y que entr¨® en el club hace casi cuatro a?os porque se sent¨ªa solo. Ten¨ªa amigos, s¨ª, pero la mayor¨ªa hab¨ªa abandonado ya la capital. Su pareja jugaba al rugby en otro equipo madrile?o y fue quien le recomend¨® acercarse a Titanes. ¡°Estaba hecho para gente como yo, que no hab¨ªa jugado nunca. Mi pareja estaba en otro equipo, pero dentro del armario¡±, dice. Hablaron mucho de ello, de c¨®mo era relacionarse con otros y no sentirse seguros para revelar seg¨²n qu¨¦ partes de su vida. ¡°Muchas veces no es un comportamiento hostil de alguien, no es que abiertamente te digan algo ofensivo. Es que lo notas, sabes, dentro de ti, que no te favorece que seas as¨ª¡±, describe.
Titanes es un equipo masculino ¨Daunque a lo largo de los a?os se hayan apuntado de forma puntual algunas mujeres y acaben de fundar el femenino¨D y no preguntan la orientaci¨®n sexual de cada jugador antes de entrar, bromea Naranjo. Pero llevar la bandera arco¨ªris y presentarse como club inclusivo all¨¢ a donde van abre la puerta a que m¨¢s personas LGTBI se acerquen. ¡°Nos ayuda, es sentir que somos parte de algo m¨¢s, que luchamos¡±, explica el presidente. Tambi¨¦n opina que el mundo del deporte ¡°est¨¢ muy masculinizado¡± y no es tan habitual que los deportistas, especialmente hombres y especialmente en el f¨²tbol, salgan del armario. A¨²n hoy, cada vez que un futbolista dice que no es heterosexual se vive como un acontecimiento extraordinario. ¡°Siguen siendo necesarios los referentes, que la gente del colectivo, en este caso en rugby, vea que puede haber una persona como ¨¦l y diga: ¡®Mira d¨®nde est¨¢¡±.
Eso fue lo que le pas¨® a Zak Woodley, malague?o de 24 a?os. Con 12, intent¨® apuntarse a un equipo de rugby en Marbella, pero lo dej¨® al poco por el bullying del resto de compa?eros. ¡°Era m¨¢s afeminado, de maneras menos masculinas. Sufr¨ª acoso por eso y por gordo¡±, recuerda. Al a?o siguiente, volvi¨® y decidi¨® quedarse hasta que entr¨® en la universidad. Eso s¨ª, sin mencionar su orientaci¨®n sexual.
A los 18 a?os se traslad¨® a Madrid para estudiar ingenier¨ªa aeroespacial y el rugby desapareci¨® de su vida. Hasta que, un d¨ªa cualquiera, se puso un cap¨ªtulo del programa Drag Race Espa?a, el veterano formato estadounidense donde doce drag queens se enfrentan a pruebas de talento, costura, humor o baile. Sorpresa. En una de esas pruebas, los participantes deb¨ªan maquillar y vestir a nada m¨¢s y nada menos que a seis jugadores de rugby ¨Destereotipadamente masculinos¨D, todos miembros de Titanes. ¡°Dije, ¡®?rugby gay?¡¯, eso no lo hab¨ªa visto en mi vida¡±, cuenta Woodley. Dos a?os m¨¢s tarde, ya era parte del club. ¡°Nadie pensaba que el ni?o que hac¨ªa pulseras tambi¨¦n querr¨ªa jugar a rugby. Nunca dejar¨ªa este equipo, salvo que me parta las piernas¡±.
Pero mantener un club cuesta dinero y no siempre llegan grandes patrocinadores que quieran apostar por un equipo como Titanes. ¡°Tenemos la cuota de personas socias m¨¢s baja de toda la liga, son 10 euros al mes, 120 al a?o, y hay que alquilar el campo, pagar a los entrenadores, el material...¡±, enumera el presidente. Hasta ahora, los ingresos de publicidad eran de bares de Chueca o peque?as tiendas y negocios de amigos que quer¨ªan colaborar. Este a?o, por primera vez tienen como patrocinadores a grandes empresas. ¡°A veces nos da miedo ver con qui¨¦n hablamos, porque muchas marcas intentan hacer pinkwashing (lavado rosa)¡±, sigue. Esto es, que las entidades tengan gestos m¨ªnimos, como poner la bandera LGTBI en redes sociales, con el mero objetivo de apelar al colectivo como potencial nicho de mercado.
¨D ?Cu¨¢ndo se acerca el orgullo LGTBI, veis m¨¢s inter¨¦s?
¨D Siempre. Todo el mundo se acerca.
Desde que entraron en Titanes muchos de los jugadores han decidido salir del armario en otros ¨¢mbitos, como en el trabajo o con amigos y familia. Se sienten validados, seguros y arropados. ¡°Nos encontramos m¨¢s all¨¢ del deporte¡±, dice Naranjo. ¡°Somos gente que queremos estar a gusto en alg¨²n sitio. No es tan f¨¢cil estar rodeado de gente y sentirte bien¡±, a?ade Lastra. El entrenamiento llega a su fin, las mochilas esperan en las gradas, pero antes de descansar, todos se agarran por la espalda, en c¨ªrculo. Una sensaci¨®n compartida: lo han conseguido. Siguiente parada, Francia.
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