300 d¨ªas de huelga: el conflicto olvidado en las teleoperadoras sanitarias de Madrid
El paro del Summa comenz¨® durante el invierno de protestas sanitarias contra el Gobierno de Ayuso y se ha eternizado sin que la Consejer¨ªa de Sanidad d¨¦ audiencia a los representantes de la plantilla
Las trabajadoras de la centralita telef¨®nica del Summa han preparado para este jueves una nota de prensa para informar de que cumplen 300 d¨ªas en huelga. Se titula ¡°?Los 300!¡±. As¨ª, a secas, no se sabe si es un grito de celebraci¨®n o de espanto. Este conflicto para mejorar sus salarios y otras condiciones laborales es uno de los frentes contra el Gobierno de Isabel D¨ªaz Ayuso del pasado invierno que coincidieron con masivas protestas ciudadanas en Cibeles. Otras huelgas acabaron en acuerdo (atenci¨®n primaria, en marzo) o fueron abandonadas (urgencias extrahospitalarias, antes de las elecciones), pero esta que empez¨® el 18 de febrero se ha eternizado.
Todo estall¨® cuando en enero se notific¨® a la plantilla de un centenar de empleadas que iban a ser trasladadas al centro sanitario multiusos Zendal. Fue la gota que colmaba el vaso para un equipo desanimado por sus bajos sueldos (1.299 euros mensuales en 12 pagas), que seg¨²n fuentes del comit¨¦ de huelga son los m¨¢s bajos de toda Espa?a en el ramo de las urgencias sanitarias. El cambio de ubicaci¨®n desde la calle Antracita, relativamente c¨¦ntrica, hasta el Zendal, una zona mal comunicada en la esquina noroeste de la ciudad, fue el colmo para las empleadas porque, dicen, la inmensa mayor¨ªa vive en el sur obrero del ¨¢rea metropolitana. El 18 de febrero iniciaron oficialmente la huelga que acompa?aron con protestas en la Puerta del Sol y ante la Consejer¨ªa de Sanidad.
Se trata, como pasa en la sanidad, de una huelga silenciosa, de esas que no nota el ciudadano porque el servicio sigue funcionando como de costumbre, atendiendo en el 061 las llamadas dram¨¢ticas de infartos, accidentes y otras emergencias. Esto se debe a que, por su car¨¢cter esencial, la Consejer¨ªa de Sanidad les impone unos servicios m¨ªnimos del 100% en las llamadas urgentes y del 80% en las no urgentes. Las trabajadoras consideran que esos porcentajes son abusivos y les est¨¢n privando de su derecho constitucional a huelga y por eso esperan una resoluci¨®n judicial contra esa medida, dice el secretario del comit¨¦ de empresa, Vladimir Valent¨ªn.
¡°Realmente nos han quitado esta herramienta de presi¨®n¡±, lamenta Valent¨ªn. ¡°Si la gente no fuera a trabajar, la necesidad de sentarse a negociar ser¨ªa mucho mayor¡±.
La plantilla est¨¢ desmoralizada porque en lugar de ver avances han notado retrocesos. Antes de las elecciones auton¨®micas de mayo celebraron reuniones con el gerente del Summa, Manuel Jos¨¦ Guiote, y el viceconsejero, Fernando Prados, pero desde que en junio la Consejer¨ªa pasara a manos de F¨¢tima Matute nadie les recibe. Con ese panorama, algunas acaban rindi¨¦ndose: desde que el 30 de enero fueron trasladadas al Hospital Isabel Zendal se han marchado del servicio una veintena de teleoperadoras, seg¨²n el comit¨¦ de huelga, dominado por el sindicato CGT.
El servicio est¨¢ externalizado a Ilunion, el gigante dedicado a la licitaci¨®n de servicios p¨²blicos, que no ha contestado a una solicitud para conocer su versi¨®n. Las empleadas cobran poco m¨¢s del salario m¨ªnimo y protestan porque creen que les corresponde un convenio colectivo distinto al que rige para teleoperadores de otros sectores, como la venta comercial.
Matute considera que no est¨¢n obligados a reunirse con los trabajadores porque es Ilunion quien debe atender a sus reivindicaciones laborales. Un portavoz responde que las reuniones antes de su llegada al cargo fueron un ¡°gesto de buena voluntad¡±.
El portavoz a?ade que las teleoperadoras no son profesionales de urgencias, ni personal sanitario de ning¨²n tipo, ni tienen vinculaci¨®n laboral alguna con el Servicio Madrile?o de Salud, el Sermas. ¡°Son operadores telef¨®nicos que se rigen por su convenio, contratados por la empresa que presta ese servicio en virtud de un concurso p¨²blico¡±.
Sin embargo, los trabajadores en huelga dicen que el margen de maniobra de la empresa est¨¢ limitado por el bajo precio que paga la Comunidad por este contrato.
Posible final esperanzador
Ana D¨ªaz, una teleoperadora veterana, dice que las condiciones han sido ¡°cutres¡± desde que empez¨® a trabajar en 1997 y que las huelgas han sido una constante en todo este tiempo, pero no recuerda una que se hubiera prolongado durante tanto tiempo.
Cuenta que sus 300 d¨ªas de huelga se han diferenciado poco de su trabajo en tiempos de paz laboral. Apenas ha podido parar un par de d¨ªas, cuando le han incluido en el equipo que atiende llamadas no urgentes y dentro de ese grupo en el 20% que puede acogerse a la medida.
D¨ªaz dice que apenas se habla de la huelga porque las interacciones con los compa?eros son muy limitadas, como suele pasar en los call centers. Trabajan en un edificio de oficinas dentro del recinto del Zendal, la infraestructura construida para la pandemia de coronavirus que hoy permanece semivac¨ªa. Tan pronto empieza su turno, comienzan a atender llamada tras llamada y cuando les toca la reglamentaria pausa visual, es raro que coincidan con otras compa?eras.
Como est¨¢n divididas en tres turnos (ma?ana, tarde y noche) para cubrir las 24 horas, es muy dif¨ªcil organizarse. El comit¨¦ de huelga se re¨²ne de manera telem¨¢tica. Las comunicaciones llegan por correo electr¨®nico y en redes sociales como X, donde han publicado un tuit diario con el conteo de d¨ªas del conflicto.
A pesar de todo, la nota de prensa de este jueves abre la puerta a la esperanza. Habla de que a principios de 2024 se espera que la Comunidad saque de nuevo a licitaci¨®n la gesti¨®n del servicio.
Aunque siguen dudando sobre las condiciones del nuevo contrato, el comunicado opta por mandar un mensaje de ¨¢nimo: ¡°Todo parece apuntar a que en los pr¨®ximos pliegos de contrataci¨®n va a primar m¨¢s la calidad del servicio y con ello se van a mejorar nuestras condiciones laborales. Esperamos que as¨ª sea por el bien com¨²n de la poblaci¨®n de la Comunidad de Madrid y el de las personas trabajadoras del 061¡å.
?Tienes m¨¢s informaci¨®n? Escribe al autor a fpeinado@elpais.es o fernandopeinado@protonmail.com
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