Madrid, ciudad de propietarios hist¨®ricos, parejas sin hijos, grandes ejecutivos, extranjeros pudientes o que viven en zulos
Los estudios muestran que la turistificaci¨®n expulsa lejos del centro a las familias y a la poblaci¨®n que busca arraigo, redes comunitarias y coberturas sociales que dan vida propia a la ciudad
Muchos se van. Se va, por ejemplo, Ajo, ave nocturna y diurna madrile?a, todo un icono de la cultura underground esculpido al ritmo de la capital y metamorfoseada en micropoetisa. Uno de esos frutos identitarios y genuinos de Madrid, que vivi¨® 25 a?os con su perrita Musa en un piso pegado a la bonita Plaza de las Comendadoras. Incluso mont¨® un local pr¨®ximo con sus socios, al que bautizaron La Realidad, y por el que pasaban poetas, escritores, cantautores, artistas de todo pelaje, periodistas y toda clase de interesantes almas desviadas. Hasta que lleg¨® un fondo de inversi¨®n y compr¨® su edificio entero: ¡°Mi casero, de 92 a?os, vendi¨® todo el edificio a unos fondos y nos echaron a todos los inquilinos. Yo llevaba 25 a?os. Pagaba 640 euros de alquiler. Lo arreglaron un poco y ahora lo tienen alquilado por 1.750 euros, un tercer piso sin ascensor¡±, cuenta. ¡°Y yo sigo sin casa desde entonces. Tres a?os ya. Es una verg¨¹enza. Yo ahora soy turistof¨®bica y busco casa por Galapagar o El Escorial¡±, dice, y pone el dedo en la llaga, o en la herida por la que parece desangrarse la ciudad, que va perdiendo algunos de esos habitantes que la dotaban de vida propia. ¡°Madrid, tercera ciudad del mundo m¨¢s atractiva para el turismo en 2023¡å, titulaban una de las notas de prensa del Ayuntamiento de finales de ese a?o. ¡°Una de cada cuatro viviendas de alquiler en el centro de Madrid se destinan a turistas¡±, rezaba un titular de este peri¨®dico esta semana.
A la luz de recientes estudios sociol¨®gicos sobre la ciudad elaborados por la exvicerrectora y profesora de Sociolog¨ªa de la Universidad Complutense (UCM) Margarita Bara?ano los huecos de ese ¡°queso gruyere¡± que van dejando los que se van los rellenan, en buena medida, los extranjeros, ya sean potentados con visados dorados, como muchos venezolanos; o humildes migrantes que habitan en habitaciones y espacios inh¨®spitos y que son empleados en un sector servicios volcado en cubrir la enorme demanda tur¨ªstica de la ciudad: 10 millones de visitantes en 2023. Madrid corre el riesgo de convertirse en un parque tem¨¢tico, advierte Bara?ano, en el sentido de ser una ciudad cada vez m¨¢s llena de atracciones de ocio pero, al mismo tiempo, m¨¢s desprovista de vida genuina.
Mientras M¨¢laga, Ibiza o Barcelona se alzan contra las consecuencias de la turistificaci¨®n desmedida que ha hecho casi imposible la vida para malague?os, ibicencos, barceloneses y residentes en esas ciudades, el pasado mi¨¦rcoles, el castizo barrio de Chamber¨ª clamaba por la que ha sido su escuela de m¨²sica durante los ¨²ltimos 28 a?os, La Popular, bajo el lema ¡°La avaricia rompe el barrio¡±. Varios centenares de vecinos suplicaban con carteles que no les quitaran la m¨²sica, que no destruyeran el barrio, que siguiera la cultura para todos, mientras la sociedad inmobiliaria Promociones Algara G¨®mez, SL irrump¨ªa a golpe de burofax y les daba a los inquilinos (4.000 euros al mes) hasta el pasado 1 de julio para abandonar el legendario local, que mantiene la fachada de la droguer¨ªa que en otro tiempo fue.
Y se iba tambi¨¦n de su estudio una joven familia boliviana, con dos ni?as de tres y cinco a?os, tambi¨¦n a golpe de burofax, porque los vecinos de un conjunto residencial en el que viv¨ªan han decidido ahora hacer valer la ley: ¡°Es ilegal vivir en esos estudios porque no tienen c¨¦dula habitabilidad¡±, argumentan. Ahora, como tantos migrantes, han logrado alquilar una habitaci¨®n para toda la familia en un piso compartido de Pozuelo de Alarc¨®n.
Cada d¨ªa es m¨¢s com¨²n que j¨®venes intr¨¦pidos, con idea de formar una familia, se asienten lejos de sus progenitores y de sus ra¨ªces, que tambi¨¦n son su propia red, porque no pueden asumir los precios de la vivienda en sus barrios de origen, donde muchas veces se han perdido los servicios sociales y vecinales que los dotaban de bienestar para la crianza, provocando una ¡°crisis de cuidados¡±. Y, por eso, tambi¨¦n se van, aunque las encuestas muestran que, para el 50% de los entrevistados, la principal motivaci¨®n para elegir una vivienda es ¡°la cercan¨ªa a la familia¡±, como se?ala Bara?ano en un art¨ªculo en la Revista Espa?ola de Sociolog¨ªa (RES) de enero de 2023: ¡°Los arraigos din¨¢micos en las ciudades como soportes frente a la vulnerabilidad¡±.
Puente de Vallecas y Carabanchel son los barrios que m¨¢s han crecido por este motivo, seg¨²n los datos del padr¨®n de 2023, cuando Madrid super¨® por primera vez los 3,4 millones de habitantes. Los extranjeros que residen en la capital representan ya un 28,8% del total de los habitantes de la ciudad de Madrid, llegando casi al mill¨®n de personas (995.088, seg¨²n los mismos datos), de los que el 81% tiene nacionalidad espa?ola.
¡°La gran fuente de crecimiento poblacional de la ciudad sigue siendo la atracci¨®n de poblaci¨®n, esto es, las migraciones, pues el saldo vegetativo, la relaci¨®n entre nacimientos y defunciones, sigue siendo negativa, con m¨¢s defunciones que nacimientos¡±, asegura Margarita Bara?ano, que ha realizado m¨²ltiples y pormenorizados estudios sobre la evoluci¨®n de la poblaci¨®n en la capital (Barrios vulnerables, editorial Catarata). ¡°Madrid sigue siendo, como otras ciudades globales, una gran atractora de personas migrantes extranjeras, y esta tendencia no solo no ha desaparecido, sino que se ha reforzado¡±, explica. Y aporta un dato: ¡°En 2023 llegaron 127.000 extranjeros a la capital, principalmente procedentes de Colombia, Venezuela, Per¨² y Argentina, pa¨ªses de origen que suponen m¨¢s del 51% del total.
¡°El mercado nos manda al quinto pino, nos expulsa¡±
La vivienda ¡ªr¨¦cord hist¨®rico la pasada semana: 4.514 euros el metro cuadrado de vivienda usada en la capital, seg¨²n el ¨²ltimo informe de Idealista de junio¡ª se ha convertido en factor clave de la expulsi¨®n: ha pasado de ser un derecho humano b¨¢sico a un bien sujeto al mercado libre. Subi¨® tras la burbuja inmobiliaria, pero se ha disparado hasta niveles imposibles con dos fen¨®menos globales: la gentrificaci¨®n y la turistificaci¨®n. La consecuencia es que ¡°el mercado nos manda al quinto pino, nos expulsa¡± de la ciudad, dice Bara?ano.
El municipio de Madrid queda para propietarios hist¨®ricos, potentados, parejas asalariadas sin hijos, grandes ejecutivos de empresas, extranjeros pudientes o dispuestos a vivir en zulos, o turistas en busca de un piso c¨¦ntrico para alquilar por d¨ªas, resume Bara?ano. La ciudad se enfoca principalmente al ocio dirigido a esos colectivos y cada vez menos a propiciar una vida de bienestar en comunidad. Y, si esta tendencia no se revierte a tiempo, se corre el riesgo de que Madrid acabe siendo un decorado, una carcasa de ciudad desalmada, advierte la soci¨®loga.
Pese a que los estudios realizados por Bara?ano y su equipo en la capital concluyen con rotundidad que en la ciudad existe un fuerte apego y arraigo al territorio frente a un gusto por la movilidad, ¡°la imposibilidad de pagar el alquiler de un piso o de una habitaci¨®n, o de comprar una vivienda, as¨ª como las transformaciones vinculadas no solo a la gentrificaci¨®n, sino tambi¨¦n a la turistificaci¨®n, est¨¢n impactando notablemente en estos desplazamientos forzosos¡±, se?ala. ¡°Lo que se traduce en un aumento de los habitantes tanto en los distritos perif¨¦ricos como en el traslado a otros municipios de la regi¨®n metropolitana de Madrid¡±.
¡°Ante estas situaciones de vulnerabilidad¡±, escribe Bara?ano en su art¨ªculo en referencia a los factores de esa expulsi¨®n, ¡°los arraigos y las proximidades espaciales se muestran como elementos de relevancia para hacerles frente, especialmente en las ciudades del sur de Europa y m¨¢s concretamente en sus barrios vulnerables. Gracias a ellos, una parte de la poblaci¨®n consigue acceder a la provisi¨®n de un cierto bienestar, en contraste con los efectos del desempleo y la precariedad, as¨ª como de los d¨¦ficits de las pol¨ªticas p¨²blicas¡±. Que es m¨¢s o menos como decir, a la luz de esos movimientos que delatan los datos de poblaci¨®n, que la esperanza de un Madrid genuino y con vida propia est¨¢ hoy en Carabanchel y Puente de Vallecas.
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