Una de cada cuatro viviendas de alquiler en el centro de Madrid se destinan a turistas
La presi¨®n de los apartamentos vacacionales se reparte de manera ¡°muy desigual¡± en Espa?a, aunque en ciudades como M¨¢laga representa uno de cada cinco arrendamientos
Espa?a cuenta con m¨¢s de 350.000 pisos tur¨ªsticos, seg¨²n los ¨²ltimos datos oficiales, pero estos se reparten de manera ¡°muy desigual¡±. Eso hace que ¡°salvo excepciones, la incorporaci¨®n de las viviendas en r¨¦gimen tur¨ªstico al mercado de alquiler tradicional no supondr¨ªa un incremento relevante de la oferta¡±, seg¨²n un an¨¢lisis del Observatorio del Alquiler, impulsado por la compa?¨ªa Alquiler Seguro en colaboraci¨®n con la Universidad Rey Juan Carlos. Pero los datos, a los que ha tenido acceso EL PA?S, tambi¨¦n dejan claro que esas excepciones son muy llamativas, y se concentran en lugares donde hay mucha tensi¨®n en el mercado de arrendamiento. En el distrito Centro de Madrid, por ejemplo, a?adir¨ªa un 24% de oferta al mercado convencional. Dicho de otra manera, casi una de cada cuatro casas que se alquilan actualmente en los barrios m¨¢s c¨¦ntricos de la capital se destinan a turistas.
Esa presi¨®n, sin embargo, se diluye hasta el 5% para el conjunto de la ciudad, un porcentaje similar al de Barcelona. El motivo es que en muchas zonas urbanas, pese a presentar problemas de acceso a la vivienda, los pisos vacacionales no representan ni el 2% del total de alquileres. As¨ª sucede en 11 de los 21 distritos madrile?os y en tres de los 10 de Barcelona. ¡°[El alquiler tur¨ªstico] no afecta de igual manera a todas las zonas de una ciudad¡±, resume Sergio Cardona, analista del observatorio, que ha extra¨ªdo los datos del estudio del INE y de la plataforma Airbnb.
Eso no es ¨®bice para que en algunas urbes de costa con gran presi¨®n tur¨ªstica, los apartamentos vacacionales ya representen una parte importante del parque total de arrendamientos. El caso m¨¢s claro es el de M¨¢laga: all¨ª, casi un 21% del total de pisos en alquiler se destinan a los visitantes ocasionales. En Valencia y Las Palmas de Gran Canarias, el porcentaje se acerca mucho al 10%. Y en el litoral cant¨¢brico, San Sebasti¨¢n supera esa barrera con un 11%, aunque tambi¨¦n se trata de una ciudad con menor tama?o.
Para Cardona, la foto general demuestra que ¡°la incorporaci¨®n de las viviendas tur¨ªsticas al mercado de vivienda residencial no ser¨¢ suficiente para resolver el problema de la escasez de oferta¡±. Y se?ala que incluso en zonas con gran afluencia de visitantes hay que tener en cuenta que algunos apartamentos vacacionales alternan ese uso con el de segunda residencia de sus propietarios. Es decir, que la prohibici¨®n de este tipo de pisos, como ha anunciado que har¨¢ Barcelona en cinco a?os, no significar¨ªa su paso inmediato al arrendamiento residencial.
En cualquier caso, los datos del estudio revelan que en algunos sitios los pisos tur¨ªsticos agravan (o cuanto menos, no alivian) el problema de la falta de oferta. Seg¨²n muchos expertos, esta es la principal causa de la crisis de accesibilidad a la vivienda que padece actualmente Espa?a. Y tambi¨¦n un combustible que sigue inflamando los precios.
Jos¨¦ Garc¨ªa Montalvo, catedr¨¢tico de Econom¨ªa en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, cree que hay sitios donde los apartamentos tur¨ªsticos ¡°tienen un impacto muy relevante¡± sobre el mercado. A modo de ejemplo, pone algunos barrios de Sevilla, donde asegura que hay m¨¢s oferta de arrendamiento tur¨ªstico que residencial. ¡°Hay sitios donde el alquiler tur¨ªstico es una absoluta aberraci¨®n, en el centro de Valencia tambi¨¦n empieza a serlo¡±, describe.
Sin embargo, el experto apunta que esa situaci¨®n no es generalizada y tampoco es f¨¢cil determinar c¨®mo afecta la concentraci¨®n de pisos vacacionales a los precios. ¡°Tiene que haber un punto a partir del cual, cuando el tur¨ªstico ocupa m¨¢s de un determinado porcentaje, la cosa se pone m¨¢s seria¡±, sostiene Garc¨ªa Montalvo. ¡°Pero no sabemos d¨®nde est¨¢ ese punto porque no hay suficientes estudios al respecto¡±.
La intuici¨®n, en cualquier caso, se?ala que las casas vacacionales afectan a los importes. Y no solo en alquiler: tambi¨¦n las casas suben el precio de venta si hay quien las compra pensando en sacarles m¨¢s rentabilidad alquil¨¢ndolas a turistas. Adem¨¢s, el catedr¨¢tico se?ala que, independientemente de su incidencia, ¡°si el sector de las viviendas de uso tur¨ªstico no est¨¢ regulado, habr¨¢ que hacerlo como sucede con cualquier sector econ¨®mico¡±. Algo en lo que coincide el estudio del Observatorio del Alquiler, que apuesta por ¡°regular y no intervenir el mercado¡±, y se muestra partidarios de ¡°crear registros para aportar m¨¢s datos y transparencia¡±. El Gobierno anunci¨® a finales de mayo que adelantar¨ªa a 2025 la obligaci¨®n que impone la normativa europea de implementar un registro ¨²nico de pisos que se anuncian en plataformas digitales para alquileres inferiores a un a?o, una medida con la que espera aumentar el control sobre este tipo de viviendas, aunque las competencias regulatorias recaen sobre comunidades y ayuntamientos.
Sigue toda la informaci¨®n de Econom¨ªa y Negocios en Facebook y X, o en nuestra newsletter semanal
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.