Es importante que en su composici¨®n haya nutrientes como el hierro, el calcio, el yodo o el DHA, y comprobar que no contienen az¨²car a?adido
La alimentaci¨®n infantil es uno de los temas que, habitualmente, m¨¢s preocupa a los padres. M¨¢s a¨²n a partir del primer a?o de edad cuando comienza la incorporaci¨®n progresiva de alimentos. Es en ese momento cuando se puede comenzar a darles leche de vaca y no antes, como dice la Sociedad Europea de Gastroenterolog¨ªa, Hepatolog¨ªa y Nutrici¨®n Pedi¨¢trica (ESPGHAN). Sin embargo, la tendencia gira hacia las leches modificadas destinadas a ni?os de partir de un a?o. Cada vez es m¨¢s frecuente que los pediatras las recomienden. Pero, ?son realmente ¨²tiles o suponen un gasto extra in¨²til?
LECHES ?TILES PARA BEB?S DE 1 A 3 A?OS. Primero hay que tener claro qu¨¦ son. La revisi¨®n Leches de crecimiento en la alimentaci¨®n infantil, publicada en Acta Pedi¨¢trica, las define como ¡°productos destinados a la alimentaci¨®n de los ni?os mayores de un a?o¡±. Y a?ade que ¡°se elaboran a partir de la leche de vaca, pero modificando las proporciones de los distintos componentes nutricionales, de forma que resulten debidamente adaptados a las necesidades nutritivas y a la capacidad digestiva del ni?o¡±. De estas palabras se podr¨ªa deducir que la dieta de los ni?os por s¨ª misma no cubre estos nutrientes. Y no siempre es cierto. Seg¨²n este documento elaborado por facultativos de la Unidad de Nutrici¨®n del Hospital Universitario La Fe, para ¡°los ni?os que lleven una dieta variada en cantidad suficiente, el empleo de leches de crecimiento supone solo una peque?a modificaci¨®n sobre la composici¨®n de la dieta. Pero dado que un significativo n¨²mero de preescolares espa?oles reciben dietas desequilibradas, el consumo de este tipo de leches puede ser de gran inter¨¦s¡±. En concreto se refiere a un excesivo consumo de prote¨ªnas, as¨ª como de las deficiencias de vitamina D, como puede leerse en el estudio ALSALMA de 2016.
Por su parte, un informe del European Food Safety Authority (EFSA) de 2013, hace menci¨®n de las necesidades en hierro ¡ªfundamental para el desarrollo cognitivo del ni?o¡ª y ¨¢cido docosahexaenoico (DHA). Esta es la raz¨®n por la que la Asociaci¨®n Espa?ola de Pediatr¨ªa, en su dec¨¢logo sobre las leches de crecimiento, aconseja estos productos como un buen veh¨ªculo para el enriquecimiento con nutrientes esenciales como el calcio y los ¨¢cidos grasos poliinsaturados.
Precisamente estos ¨²ltimos est¨¢n entre los nutrientes m¨¢s afectados por los cambios que se han producido en el patr¨®n diet¨¦tico occidental en los ¨²ltimos a?os, que ha conducido a una disminuci¨®n de su consumo, ¡°especialmente de los pertenecientes a la serie omega-3¡±, seg¨²n se afirma en el Acta Pedi¨¢trica antes mencionada. Seg¨²n algunos estudios, los ni?os que reciben leche de crecimiento tienen unos niveles de hierro m¨¢s elevados que los que consumen leche de vaca.
FALTA DE REGULACI?N. S¨ª es cierto que a veces puede haber confusi¨®n con qu¨¦ leche elegir de las muchas que se encuentran en el mercado. Este problema est¨¢ relacionado con el hecho de que no existe una normativa espec¨ªfica que regule su composici¨®n, lo que ha dado lugar a que haya grandes diferencias entre unas y otras. ¡°En la mayor¨ªa de ocasiones se trata de preparados similares a las f¨®rmulas de continuaci¨®n, mientras que en otras se ha modificado en cierto grado el cuerpo graso, tanto en cantidad ¨Cdisminuy¨¦ndolo¨C como en calidad, retirando parte de la grasa y sustituy¨¦ndola por grasa monoinsaturada o suplement¨¢ndola con ¨¢cidos grasos poliinsaturados de cadena larga¡±, dice la citada publicaci¨®n.
ETIQUETADO SIN AZ?CAR A?ADIDO. Por eso es tan importante leer la composici¨®n y estar atento al etiquetado: para comprobar que en efecto lleva aportes extra de los nutrientes necesarios para esas edades. Al tiempo, hay que controlar que no contengan az¨²car a?adido. Todas las leches y los productos l¨¢cteos contienen az¨²car de forma natural, la lactosa, pero en algunas leches de crecimiento se a?ade adem¨¢s az¨²car. Pero todo ello teniendo en cuenta que ¡°la alimentaci¨®n no es una ciencia exacta. Generalizar siempre tiene sus complicaciones. No es lo mismo que se trate de un ni?o obeso, que de un ni?o prematuro¡¡±, observa Jaime Dalmau Serra, de la Unidad de Nutrici¨®n y Metabolopat¨ªas del Hospital Universitario La Fe, de Valencia.
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