Las magnolias, grandes, blancas y fragantes, las flores que regala el verano
Los ¨¢rboles de esta familia llegan a sobrepasar los 20 metros de altura, pero tambi¨¦n hay una variedad m¨¢s peque?a y relativamente f¨¢cil de cultivar en casa
Floripondio. Un t¨¦rmino que llena la boca con solo pronunciarlo, y que parece que oculta un significado peyorativo. El verano nos trae muchos de estos floripondios: lirios de un d¨ªa (Hemerocallis var.), calas (Zantedeschia aethiopica), azucenas (Lilium var.). La Real Academia Espa?ola describe floripondio como ¡°flor grande que suele figurar en adornos de mal gusto¡±. Por extensi¨®n, se aplica popularmente a todas estas flores enormes y que nos causan asombro cuando las contemplamos. La magnolia (Magnolia grandiflora) entra en esta categor¨ªa bot¨¢nica familiar de floripondio. Estamos delante de un ¨¢rbol que en los meses de mayo y junio comienza su espect¨¢culo, al adornar sus ramas con flores que a veces cuesta abarcar hasta con las dos manos abiertas. ¡°Mi padre, Julio, siempre cortaba alguna magnolia para que mi madre, Mariv¨ª, tuviera una de sus flores cerca dentro de la casa¡±, cuenta Teresa Pe?a, responsable de Viveros Pe?a. Su aroma es profundo, denso, con notas de jazm¨ªn y de vainilla, e inunda los alrededores del ¨¢rbol en los d¨ªas c¨¢lidos del est¨ªo.
La familia de las magnoli¨¢ceas, a la que pertenece y a la que da nombre, habla de unos vegetales ancestrales. ¡°Suelen ser plantas le?osas y arb¨®reas, con flores muy abiertas, de muchos p¨¦talos y muchos estambres que facilitan la llegada de los polinizadores¡±, puntualiza Pablo Vargas, profesor de investigaci¨®n del Real Jard¨ªn Bot¨¢nico de Madrid. Es una especie originaria del sudeste de Estados Unidos, donde incluso es la flor representativa de Misisipi, al que convenientemente se le denomina el Estado de la Magnolia. Sobrepasa sin problema los 20 metros de altura, como recuerda Gin¨¦s L¨®pez Gonz¨¢lez en su imprescindible Gu¨ªa Incafo de los ¨¢rboles y arbustos de la pen¨ªnsula Ib¨¦rica.
Como tambi¨¦n menciona L¨®pez, el env¨¦s de sus hojas suele tener un color herrumbroso, como de hierro oxidado. Al igual que sus flores, tambi¨¦n presentan un tama?o considerable, habitualmente m¨¢s grandes que un palmo. Eso, unido a su color verde oscuro y brillante por el haz de la hoja, hace que destaque sobremanera entre otros ¨¢rboles. Teresa Pe?a comenta que ¡°sigue siendo una planta muy demandada¡± en su vivero, ¡°especialmente la variedad ¡®Gallisoniensis¡¯, que es muy r¨²stica, al aguantar perfectamente el calor y el fr¨ªo¡±. Para cultivarla como es debido debemos asegurarnos ¡°de que tenga un buen drenaje, as¨ª como un pH ¨¢cido en la tierra¡±. Pe?a advierte que hay a nuestra disposici¨®n un cultivar de Magnolia grandiflora m¨¢s peque?o: ¡°La variedad ¡®Little Gem¡¯ es perfecta para terrazas, y florece desde muy joven¡±. Tan solo hay que procurarle unas cuantas horas de sol directo, para que emerja en sus ramas el milagro de sus fragantes corolas.
Podemos encontrar magnolias en multitud de parques y jardines hist¨®ricos de todo el territorio espa?ol, as¨ª como tambi¨¦n plantadas en alineaci¨®n en calles y avenidas, gracias a su mencionada rusticidad. Incluso da nombre a casas, como la de Miguel Llana-Vald¨¦s, jardinero aficionado a la bot¨¢nica, donde crece una magnolia de copa baja y ancha, una forma no tan habitual. Este gijon¨¦s relata con cari?o su nexo con esta especie: ¡°Mis padres se mudaron a una casa con jard¨ªn cuando yo ten¨ªa unos 12 a?os. La finca se llamaba El Magnolio, y como en Asturias se dice que trae mala suerte cambiar el nombre de un lugar, as¨ª se sigui¨® denominando. All¨ª crec¨ªa un magnolio, que hoy ya tendr¨¢ unos 60 a?os. Su aroma siempre me recuerda al verano y a mi madre, Carmina. Es el ¨¢rbol que me vio crecer, jugar y casarme. Mis sobrinos y mis hijas se sub¨ªan a sus ramas¡±. Por lo que la historia de esta magnolia sigue ligada a su familia.
Hoy mismo es un buen d¨ªa para salir a la calle, buscar una magnolia y deleitarse con su aroma, el mismo que Escarlata O¡¯Hara disfrutar¨ªa en aquellas tierras lejanas de Lo que el viento se llev¨®.
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