Del ¡°yo soy progay¡± al ¡°no me escondo por amar¡±: las folcl¨®ricas como aliadas del colectivo LGTBIQ+
El paso al frente de la cantante Mar¨ªa del Monte se suma a una larga lista de gestos y declaraciones a favor de esta comunidad de grandes divas ca?¨ª como Roc¨ªo Jurado o Lola Flores
Lola Flores quer¨ªa que, una vez fallecida, la pusiesen en el teatro Calder¨®n de Madrid para que pasasen ¡°los mariquitas¡± que la quer¨ªan mucho y dijesen ¡°?ay, qu¨¦ lastima!¡±. Marujita D¨ªaz, en esa pulsi¨®n que ten¨ªa por estar en el candelero, se declar¨® ¡°tortillera¡± y consumidora de ¡°almejas naturales, pinchitos de tortilla, arroz con conejo¡±. Roc¨ªo Jurado par¨® en seco el previsible chiste sobre homosexuales y se puso solemne para proclamar en pleno prime time de los 2000: ¡°Yo soy progay¡±. Desde la Transici¨®n, muchas folcl¨®ricas han cerrado filas, a su manera, en torno al colectivo LGTBIQ+, pero hasta el pasado viernes ninguna lo hab¨ªa hecho para decir que, aparte de acoger con gusto su papel como divas arco¨ªris, eran una m¨¢s del colectivo. Ha tenido que llegar Mar¨ªa del Monte para poner una nueva pica en Flandes con dos frases inmediatamente hist¨®ricas pronunciadas en pleno Orgullo de Sevilla: ¡°Jam¨¢s en mi vida me he escondido de nadie, ni lo voy a hacer por amar. Soy una persona m¨¢s de todas las que estamos aqu¨ª¡±.
El paso adelante de la cantante fue lo suficientemente impl¨ªcito como para llevarse el aplauso atronador de los presentes y de las redes sociales. Y lo medidamente expl¨ªcito que, en apariencia, quiso la propia reina de las sevillanas, de 60 a?os, con su preg¨®n. Son¨® a salida del armario, aunque ella neg¨® este pasado martes en la Cadena SER que lo fuese. ¡°No he estado nunca en ning¨²n armario. Habr¨¢ quien tenga polillas, pero yo no¡±, dijo entre risas y, de paso, dej¨® otra frase para el recuerdo: ¡°Quiero que me respeten, no que me toleren. La palabra tolerancia me pone desquiciada¡±. Etiquetas aparte, a Lidia Garc¨ªa, investigadora de la Universidad de Murcia, divulgadora del g¨¦nero y activista homosexual, le pareci¨® un paso trascendental por ser la primera folcl¨®rica que habla sobre su orientaci¨®n sexual: ¡°Fue superemocionante. Es un referente de esa generaci¨®n y era algo que se pod¨ªa intuir, pero no hab¨ªa hablado de ello¡±.
El preg¨®n de Mar¨ªa del Monte ha sido, quiz¨¢s, la rotura total de un velo que ya dejaba entrever, en pleno franquismo censor, que las folcl¨®ricas y la copla eran el refugio de ¡°la disidencia de gen¨¦ro, el tab¨², la transgresi¨®n y lo poco decoroso¡±, como explica Alberto Romero, catedr¨¢tico de la Universidad de C¨¢diz y experto en la obra de Lola Flores. Es lo que la artista Mar¨ªa Pel¨¢e, referente de un nuevo folclorismo abiertamente LGTBIQ+, llama ¡°revolucionarias encubiertas¡±. Mientras Espa?a viv¨ªa sumida en una moral pacata en blanco y negro, las copleras dejaban poco margen a la duda al cantar letras dedicadas ¡°a solteras, cr¨ªmenes pasionales tremebundos, amantes, borrachas, prostitutas o disidentes de g¨¦nero y eso el p¨²blico lo admite sin problemas¡±, a?ade Romero.
Ah¨ª est¨¢ Tatuaje (1941), de Concha Piquer, copla que para Lidia Garc¨ªa es el ejemplo m¨¢ximo de ¡°lo que est¨¢ fuera de la buena sociedad¡±: una mujer u hombre que busca, sola y bebida, a su marinero entre ambientes de tabernas. O Compuesto y sin novia, una copla que en la voz del homosexual Miguel de Molina adquiere una clara dimensi¨®n queer y que fue compuesta por el triunvirato formado por el poeta Rafael de Le¨®n ¡ªtambi¨¦n abiertamente gay¡ª, el compositor Antonio Quintero y el pianista Manuel Quiroga. Porque para que la letra funcionase era importante la complicidad con artistas hiperb¨®licas exageradas en teatralidad, vestuario y maquillaje que desde principios del siglo XX ¡ªentonces con el cupl¨¦¡ª se convirtieron en divas del p¨²blico homosexual e iconos a imitar del travestismo.
¡°Todo esto tiene que ver con una relaci¨®n mediatizada y arquet¨ªpica de la diva y el fan gay¡±, resume Garc¨ªa. Aunque esa tolerancia m¨¢s o menos consentida dentro del cors¨¦ de la censura franquista era mucho menos evidente para las mujeres homosexuales. ¡°El machismo es el lastre de las mujeres lesbianas, la invisibilidad. Ha habido much¨ªsimo silencio. Esto ha operado as¨ª, cuando la copla ha sido refugio para mujeres lesbianas y bisexuales. Son los mismos c¨®digos de amores clandestinos¡±, apunta la investigadora. Pel¨¢e, por su parte, solo puede pensar en lo que el arte se haya podido perder de estas historias de mujeres. ¡°Si eso con un quer¨ªo estaba mal visto, imagino si llego a contar que me di un beso con una amiga. Es el constante pedir perd¨®n. La mujer que ha escrito de otra mujer ni ser¨¢ conocida¡±, afirma en conversaci¨®n telef¨®nica con EL PA?S.
Todas esas referencias veladas dejaron de ser necesarias con la llegada de la democracia y la eclosi¨®n del cine del destape, del que muchas folcl¨®ricas fueron protagonistas. Con la modernidad de la Movida llamando a la puerta y repudiando todo lo ca?¨ª que se asimilaba a franquista, las copleras abren la boca. De esas d¨¦cadas son las declaraciones de Marujita, Lola o, m¨¢s recientes, Roc¨ªo Jurado. Todas a favor del colectivo, con menor fortuna ¡ªah¨ª est¨¢ Flores preguntando a un entrevistado si ¨¦l era ¡°hemosesual, o mariquita, vamos¡±¡ª o con m¨¢s atino, como las frases de la Jurado en las que, hace m¨¢s de 25 a?os, ya daba en la clave de la reivindicaci¨®n m¨¢s actual del colectivo: la necesidad de ser visibles, no solo de amar con libertad.
Mar¨ªa del Monte no necesit¨® ni una hora para convertirse en viral en redes sociales con su mant¨®n de lunares con la bandera arco¨ªris. Pese a cantar en un g¨¦nero aparentemente minoritario como el de las sevillanas, ya era un icono entre muchos j¨®venes desde antes, acrecentado por un nuevo andalucismo que reivindica lo ca?¨ª y por la propia nebulosa que ha rodeado siempre su vida sentimental, blindada por ella misma con victorias judiciales en defensa de su vida privada. Sus canciones y est¨¦tica, sumadas a todo el acervo de sus compa?eras folcl¨®ricas, pueblan el imaginario colectivo de la nueva escena drag y musical. Artistas como Carlos Carvento o Belial llevan ya a?os ¡°buceando en esa genealog¨ªa¡±, como apunta Garc¨ªa, para su travestismo.
Mar¨ªa Pel¨¢e tambi¨¦n ha abrazado ese folclorismo desde el inicio de su carrera y lo ha llevado a la agitaci¨®n en su nuevo disco La Folcl¨®rica, que ahora lleva de gira por Espa?a. En canciones como La Ni?a, la nueva folcl¨®rica cuenta su propia infancia como lesbiana, con dejes y gui?os a la cl¨¢sica Mari andaluza: ¡°Nunca hubo una pretensi¨®n de abanderamiento. Hablaba de m¨ª. Compongo canciones con Alba Rey [su pareja], ?c¨®mo voy a mentir! Si todo lo hiciese as¨ª, no tendr¨ªa coherencia¡±, cuenta. S¨ª hubo ganas de agarrar con fuerza la bandera LGTBIQ+ cuando a principios de junio se subi¨® al escenario tambi¨¦n como pregonera de un Orgullo, en este caso de Torremolinos, con un discurso mucho m¨¢s directo que el de Mar¨ªa del Monte. All¨ª, entregada, dejaba un recadito a los hombres hom¨®fobos: ¡°No necesitamos ning¨²n pichazo que nos convierta; que tienes una picha, no una varita m¨¢gica, pedazo de acelga¡±. Y aquel momento, cargado de ritmo y potencia, tambi¨¦n se hizo viral, para mayor honor y gloria del nuevo folclorismo LGTBIQ+.
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