Casa Encarna, un peregrinaje al pueblo de las ancas de rana
En el peque?o Carbellino de Sayago se encuentra un restaurante que preserva sencillas recetas tradicionales, que solo elaboran bajo encargo, y al que acuden comensales de otras provincias para degustarlas. Su due?a espera la apertura del mayor criadero de Europa de estos anfibios en 2023
¡°Las ancas de rana era un plato muy com¨²n en la mayor¨ªa de las casas de esta zona. Todo el mundo ¡®iba a ranas¡¯, hasta que se prohibi¨® hace pocos a?os [en 2018]¡±, cuenta Encarna S¨¢nchez Corral, cocinera y propietaria de la zamorana Casa Encarna, restaurante y hotel rural en Carbellino de Sayago, un pueblo de menos de 200 habitantes. La posible p¨¦rdida de esta tradici¨®n culinaria y un proyecto pionero de unos vecinos que abrir¨¢n el mayor criadero de ranas de Europa en 2023 ha hecho que Casa Encarna se especialice en estas recetas.
Grenoucerie es la empresa impulsada por Paula Echenique y el sayagu¨¦s Fabi¨¢n Sim¨®n, l¨ªder en importaci¨®n y distribuci¨®n de ancas de rana, que ha posicionado este pueblo en el mapa. Adem¨¢s, ha conseguido el permiso para ser la ¨²nica en criar la rana com¨²n ib¨¦rica, especie en extinci¨®n y cuya pesca se prohibi¨® en 2018. ¡°Gracias a este proyecto nos conocen como el pueblo de las ranas¡±, cuenta Encarna. ¡°Por eso queremos seguir especializ¨¢ndonos en cocinarlas para dar algo diferente y de calidad¡±, a?ade.
La iniciativa por cuidar su pueblo ha latido siempre en Encarna. Cuando temi¨® que Carbellino se quedara sin bar, hace m¨¢s de dos d¨¦cadas, se qued¨® con el traspaso y abri¨® un comedor. Despu¨¦s mont¨® un hotel rural para recibir a visitantes que quisieran conocer la comarca de Sayago y ahora acaba de inaugurar una tienda de ultramarinos para que los vecinos puedan hacer la compra a diario. ¡°Me decid¨ª durante el confinamiento, porque me llamaba la gente mayor para pedirme az¨²car y otros productos. Me entristeci¨® que nos qued¨¢ramos desabastecidos y sent¨ª que no pod¨ªamos dejar el pueblo al abandono¡±, explica.
Las paredes de piedra que decoran esta peque?a localidad conocen el esfuerzo que hay detr¨¢s de cada uno de los pasos de Encarna, pero ella se resta importancia al contarlos. Sus recetas de las ancas de rana pronto llamaron la atenci¨®n en la comarca y comenzaron a venir comensales de otras provincias a su casa a tomarlas. Por eso decidi¨® incluirlas definitivamente en la oferta de su restaurante. Y hasta que Grenoucerie inaugure el criadero el a?o que viene seguir¨¢ cocinando las premium que importa de Europa y Asia.
Para probarlas es imprescindible encargarlas con antelaci¨®n por tel¨¦fono (675 66 90 90), acordar el n¨²mero de comensales ¡ªes recomendable ser m¨¢s de dos para poder degustar todas las especialidades¡ª y cerrar el men¨² con Encarna. ¡°Las ranas dan mucho trabajo¡±, confiesa. Las prepara de diferentes maneras. ¡°Las recetas son las salsitas que se han cocinado siempre en mi casa con todos los ingredientes de las huertas de Zamora. Las hacemos de seis formas distintas y todas necesitan un adobo de 10 horas el d¨ªa anterior, porque es una carne a la que le cuesta coger la sal. Por eso no podemos improvisar sobre la marcha¡±, reconoce. ¡°El adobo consta de un majado de ajo y perejil con aceite, sal y lim¨®n¡±, aclara.
De todas las preparaciones, la que m¨¢s triunfa entre su clientela es la de salsa de tomate. ¡°Es una especie de pisto con mucha cebolla, tomate, pimientos en tiras y ajo. Aqu¨ª echamos las ancas m¨¢s grandes porque lo pide el guiso¡±, explica. Las siguientes en salir son las encebolladas. ¡°No tienen mucho misterio: pochamos la cebolla despacito, el ajo y la carne solo vuelta y vuelta¡±, cuenta. Otra forma tradicional de presentarlas son las rebozadas en la sart¨¦n o las salteadas al ajillo.
Adem¨¢s, cuando tiene muchos comensales, tambi¨¦n las ofrecen en formato de tosta y las sirven de aperitivo en el bar. ¡°Para las tostas usamos las perlas ¡ªuna parte del muslo despiezada que venden por separado en Grenaucerie¡ª y las hacemos con un adobo de piment¨®n, or¨¦gano y un poco de pimienta. Las salteamos con ajo en la sart¨¦n, tostamos el pan y las servimos sobre la rebanada con una base de pur¨¦¡±, detalla. En cuanto al precio, la docena cuesta 15 euros independientemente de su elaboraci¨®n. ¡°Unas dan m¨¢s trabajo que otras, pero las cobramos todas por igual¡±, afirma. Y el precio medio ronda los 25 euros.
El resto de oferta
¡°No todo son ranas¡±, recalca Encarna. ¡°A quien le gustan se vuelve loco, pero es cierto que a otros no les atraen nada. Tenemos muchos grupos que nos encargan cocido, patatas con pata, otros guisos caseros y un men¨² del d¨ªa para los obreros de la zona. Tambi¨¦n nos piden mucha carne porque la gente ya sabe que proviene de la explotaci¨®n que tiene mi hijo y ahora ha introducido la raza angus¡±, explica. Encarna cuenta los d¨ªas para que abran el criadero de ranas: ¡°Tenemos mucha ilusi¨®n por la inauguraci¨®n porque dar¨¢ puestos de trabajo¡±, dice emocionada. Ella solo piensa en el futuro de su pueblo y, para eso, amarra bien el pasado y el presente con su cocina.
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