Tres conversaciones que has de tener si quieres abrir tu relaci¨®n de pareja

Javier y Elena (nombres ficticios) tienen alrededor de 40 a?os y trabajan en publicidad. Viven en Madrid, est¨¢n casados, tienen una hija y algunos fines de semana les gusta ir a clubs liberales donde comparten sexo con otras personas. Luego vuelven a su d¨ªa a d¨ªa y siguen siendo la pareja ¡°normal¡± de siempre. Pero algo no es tan ¡°normal¡± cuando no quieren dar sus nombres verdaderos. ¡°Sigue habiendo mucho estigma y no tenemos ganas de escuchar cr¨ªticas ni de tener que justificarnos por ser una pareja abierta¡±, aclaran. ¡°No entiendo¡±, especifica Elena, ¡°que haya tantas infidelidades y cuando la gente acuerda libremente relaciones as¨ª, surjan tantos prejuicios. No hacemos da?o a nadie ni nos queremos menos ni hemos dejado de gustarnos ni nada de eso.¡± Una relaci¨®n abierta no es ni mejor ni peor que otra cerrada, son simplemente formas diferentes de construir una pareja, siendo lo importante que cada cual se sienta c¨®modo con su tipo de relaci¨®n.

Seg¨²n una reciente encuesta del Centro de Investigaciones Sociol¨®gicas, un 41,4% de espa?oles est¨¢ de acuerdo con que una pareja pueda tener relaciones sexuales con otras personas de manera consensuada, es decir, apoya las relaciones abiertas. Otra cosa es que luego lo pongan en marcha. Porque la teor¨ªa es una cosa y la pr¨¢ctica, otra.

En la teor¨ªa, las dos personas de la relaci¨®n son capaces de disfrutar de su intimidad con otras personas y ello puede hacer, de rebote, que mejore su vida sexual. Pero en la pr¨¢ctica a veces no es tan f¨¢cil porque pueden aparecer celos, miedos, inseguridades, el peso de la tradici¨®n¡­ ¡°Nosotros fuimos a terapia de parejas para que nos ayudaran en este camino¡±, aclara Javier, y a?ade: ¡°Empezamos ambos con muchas ganas, pero especialmente a m¨ª me surgieron inseguridades¡±.

Una de las claves para que ese paso de la teor¨ªa a la pr¨¢ctica sea exitoso la acaba de dar Javier: tener ambas personas muchas ganas. Cuando una de las dos lo tiene claro y quiere convencer a la otra, se puede caer en la situaci¨®n de que esta ¨²ltima se sienta empujada. Como en cualquier otro ¨¢mbito de la relaci¨®n, si hay discrepancias hay que negociarlas. No se deber¨ªa ni, por un lado, insistir o plantearlo como si fueran lentejas (o las tomas o las dejas), ni por el otro cerrarse en banda por ser una especie de ofensa o infidelidad. Se trata de escuchar, sin juzgar, las inquietudes, necesidades o miedos por ambas partes y hablar de c¨®mo ponerlo en pr¨¢ctica si es lo que ambas personas desean. Por otro lado, no es recomendable abrir la pareja si est¨¢ en crisis. Primero es mejor solucionar el conflicto y luego, en todo caso, valorar la apertura a la no monogamia.

Conversaciones para abrir la relaci¨®n

Una primera conversaci¨®n ¡ªporque hay que hablar mucho cuando se quiere abrir la relaci¨®n¡ª debe girar sobre para qu¨¦ se quiere incorporar a otras personas en la vida sexual. Luis y Lydia, tambi¨¦n nombres ficticios, llevan como relaci¨®n abierta desde hace seis a?os y ellos ten¨ªan claro el motivo: ¡°Siempre hab¨ªamos tenido mucha confianza en el sexo, nos gustaba probar cosas, habl¨¢bamos de fantas¨ªas y casi pensamos a la vez la idea de abrir la relaci¨®n. Quer¨ªamos seguir a?adiendo experiencias para mantener activa nuestra vida sexual¡±. Otras parejas lo hacen por no limitarse en ning¨²n aspecto, porque consideran que la fidelidad en una pareja va m¨¢s all¨¢ del sexo, porque van a estar temporalmente separados, entre otros motivos. Hablar sobre los motivos sirve para no perder de vista qu¨¦ mueve a vivir esas nuevas experiencias.

Es interesante hablar sobre qu¨¦ pr¨¢cticas apetece compartir. Hay personas que pueden no sentirse c¨®modas dej¨¢ndolo desde el principio libre a todo y prefieren reservarse algunas cosas para hacerlas solo entre ellas. Se puede optar, tambi¨¦n, por hacer intercambios, tr¨ªos, estar juntas en todas las situaciones sexuales o que cada miembro vaya a su aire. Hay quienes deciden que no se puede repetir con una misma persona, o solo un determinado n¨²mero de veces o sin l¨ªmite. En algunos casos se quiere saber detalles de qu¨¦ ha hecho la otra persona (les da un morbo extra escucharlo) y, en otros, no. Siempre es necesario hablar sobre la prevenci¨®n y acordar el uso de preservativo. En definitiva, una segunda conversaci¨®n ha de ir sobre las normas y l¨ªmites que se quieran poner. Porque abrir la relaci¨®n no es un ¡°a partir de ahora todo vale¡±. Incluso si alguien piensa que no quiere poner ning¨²n l¨ªmite, ese es tambi¨¦n un acuerdo que ha de quedar claro.

Javier y Elena se saltaron esta conversaci¨®n. ¡°S¨ª hablamos, pero pens¨¢bamos que lo ten¨ªamos todo m¨¢s claro y luego vimos que surg¨ªan inseguridades. Javier tuvo celos, no se sent¨ªa c¨®modo en el ambiente liberal y optamos por recoger cable¡±, se?ala ella. No cerraron la relaci¨®n, sino que se plantearon que necesitaban ayuda profesional que les acompa?ara en este proceso. ¡°Acordamos mejor las normas, empezamos a hablar m¨¢s de la parte emocional y fuimos m¨¢s despacio en ese camino¡±, aclara Javier. Ir poco a poco es mejor que pasarse de frenada.

Llega el d¨ªa en que se decide probar, ya sea yendo a un club liberal, conociendo a alguien por una red social (las hay espec¨ªficas de esta tem¨¢tica) o porque se ha conocido a alguien a la antigua usanza y hay ganas de compartir algo m¨¢s que un caf¨¦ en un bar. Adem¨¢s de cumplir con las normas previamente acordadas, habr¨¢ que estar pendiente de la pareja. Si, por ejemplo, se ha hablado de ir cada cual por su aire, a lo mejor un mensaje de WhatsApp de ¡°todo va bien¡± sirve para que quien se queda en casa sienta que se acuerdan de ¨¦l. Si se est¨¢ haciendo un intercambio o un tr¨ªo, no perder de vista que todas las personas est¨¦n c¨®modas.

Y la tercera conversaci¨®n necesaria tiene que llegar despu¨¦s de esa primera pr¨¢ctica. Qu¨¦ tal ha ido, qu¨¦ se siente, qu¨¦ hay de diferente, qu¨¦ sigue igual (posiblemente habr¨¢ m¨¢s cosas iguales que diferentes, por cierto), si ha sido como se imaginaba, qu¨¦ ha gustado, qu¨¦ no, qu¨¦ se ha echado en falta, si se quiere repetir¡­ y muchos m¨¢s aspectos que se pueden comentar. Con ello, se eval¨²a para tomar nuevas decisiones. Luis y Lydia tras sus primeras experiencias de intercambio juntos, decidieron ir poco a poco ampliando las pr¨¢cticas. ¡°Vimos que nos sent¨ªamos c¨®modos y seguros, no afectaba a nuestra relaci¨®n o, mejor dicho, nos generaba m¨¢s complicidad y buen rollo¡±.

Como en el caso de Javier y Elena, a veces se tirar¨¢ marcha atr¨¢s. Puede, incluso, que del todo. Volver a una relaci¨®n cerrada no tiene por qu¨¦ entenderse como un fracaso. Puede servir para conocerse mejor como personas y como pareja. Sin duda, se mantenga la apertura o no, ser¨¢ una evoluci¨®n a favor de la relaci¨®n. Eso s¨ª, si las cosas se hacen bien desde un principio.