El atractivo de la orqu¨ªdea mariposa: el arte de enga?ar y tener flores varios meses al a?o
La especie m¨¢s com¨²n y comercializada de esta planta despliega tonos blancos, rosados, amarillentos y anaranjados. Para cuidarla bien, se debe colocar al pie de la ventana, conseguir que sus ra¨ªces reciban luz solar y no hay que cortar su vara floral ni encharcarla con el riego
¡°Pasaba todas las ma?anas por una tienda estilo bazar, de las que venden de todo. En la puerta ten¨ªan varias orqu¨ªdeas. Las ve¨ªa all¨ª, con tan solo dos hojas vivas, estaban en muy mal estado. As¨ª que un d¨ªa le dije al se?or de la tienda que me las llevaba todas, las cuatro orqu¨ªdeas que ten¨ªa¡±. Quien as¨ª narra esta peque?a historia cotidiana, y muy jardinera, es Marisa Damas, valenciana y apasionada de las plantas desde hace casi 50 a?os. A su compasi¨®n por los seres vivos que sufren se le uni¨® el gusto por las orqu¨ªdeas, un grupo de plantas de lo m¨¢s peculiar y ¨²nico que genera verdaderos arrebatos para los amantes de lo verde.
La cantidad de orqu¨ªdeas es inmensa, ya que cuenta entre sus miembros con cerca de 28.000 especies englobadas en 736 g¨¦neros, seg¨²n un estudio del a?o 2015. De esta forma, las orquid¨¢ceas es la familia m¨¢s numerosa dentro de las plantas vasculares ¡ªque son la gran mayor¨ªa de plantas, si excluimos a los grandes grupos de los musgos, de las hep¨¢ticas o de ciertas algas¡ª. Pero estas cifras siguen creciendo, debido a la prodigalidad de las zonas tropicales y subtropicales, donde viven muchas de estas plantas. Las orqu¨ªdeas no ser¨¢n siempre tan llamativas como las que se imagina uno habitualmente, sino que muchas veces contar¨¢n con min¨²sculas y discretas flores.
Estas son otras plantas campeonas en el arte de enga?ar a los animales, con estrategias en las que imitan a la perfecci¨®n formas y aromas de ciertos insectos, por ejemplo, para atraerlos y as¨ª conseguir una polinizaci¨®n cruzada entre varios ejemplares de una misma especie. Al ser humano ya lo engatus¨® hace mucho tiempo gracias a la espectacularidad de sus flores. Dentro de los numerosos g¨¦neros cultivados, Phalaenopsis (pronunciado correctamente como falenopsis) es la orqu¨ªdea m¨¢s com¨²n y comercializada, y recibe el nombre popular de orqu¨ªdea mariposa. Con sus varas florales de tonos blancos, rosados, amarillentos y anaranjados, destacan entre otras muchas plantas de interior en las florister¨ªas y centros de jardiner¨ªa. Una de sus sorprendentes caracter¨ªsticas es que una misma flor puede durar abierta, sin morir, un largo periodo, no siendo raro que viva cuatro o cinco meses. Esta longevidad, unida a la facilidad para que florezca, ilustra por qu¨¦ adorna tant¨ªsimas casas, oficinas y restaurantes en cualquier lugar del mundo.
Una de las normas a seguir con la orqu¨ªdea mariposa es la de no cortar esa vara floral una vez que se seque, sino que se debe dejar que sea la misma planta la que decida qu¨¦ hacer con ella. Si sigue de color verde no se poda, ya que es muy posible que la planta active una nueva yema que forme m¨¢s flores. Si la vara floral se comienza a secar y primero adquiere tonos amarillentos y despu¨¦s marrones, se puede ir cortando, pero sin da?ar la parte de la vara que permanece verde, porque de ah¨ª puede activar la siguiente floraci¨®n. Respetando esta norma tan sencilla, nos aseguramos de no comprometer su belleza, ya que puede florecer en cualquier mes del a?o. Solo cuando veamos que la orqu¨ªdea est¨¢ exhausta, quiz¨¢s con solo un par de hojas vivas, o cuando se quiera que la planta se haga m¨¢s grande, se puede cortar esa vara para que la planta concentre m¨¢s energ¨ªa en producir ra¨ªces y hojas. Sin embargo, igualmente hay cultivadores que prefieren podar la vara floral y acortarla por encima de un nudo, despu¨¦s de que la orqu¨ªdea ha florecido. De cualquier modo, cada sistema suele traer aparejado nuevas flores, as¨ª que lo mejor es experimentar y elegir cu¨¢l se prefiere.
Como con cualquier planta, es esencial encontrar el sitio correcto para que crezca. La iluminaci¨®n ideal la tenemos justo al pie de una ventana orientada al Norte o al Este, ya que no es necesario que reciba el sol directo. Si alguno de sus rayos la alcanzan durante el d¨ªa, tampoco le har¨¢n ning¨²n mal, si no son demasiado fuertes; de hecho, si no florece, podemos activarla coloc¨¢ndola en una ventana orientada al Oeste, m¨¢s luminosa todav¨ªa.
En su lugar de origen, el sudeste asi¨¢tico tropical, es una orqu¨ªdea ep¨ªfita, es decir, crece sobre otras plantas m¨¢s grandes que ella ¡ªcomo ¨¢rboles o palmeras¡ª, pero sin parasitarlas. Simplemente, utiliza a la otra planta hu¨¦sped como un soporte. Para ello, la orqu¨ªdea mariposa cuenta con unas poderosas aliadas: sus ra¨ªces, que se desenvuelven como tent¨¢culos, aferr¨¢ndose a troncos y ramas.
Estas ra¨ªces tienen, adem¨¢s, la peculiaridad de realizar la fotos¨ªntesis, como se aprecia por sus colores verdosos, especialmente en la punta. Por esta raz¨®n se comercializan en macetas de pl¨¢stico transparente. De igual forma, esta maceta se suele colocar dentro de un cubremacetas de cristal transparente, para que siga haciendo esa fotos¨ªntesis. Muchas personas que cr¨ªan esta orqu¨ªdea no prestan atenci¨®n a este factor, y tampoco les suele ir mal. Pero si la ayudamos a que tambi¨¦n reciba luz en su parte radicular lo agradecer¨¢.
Esa ra¨ªz a¨¦rea de la orqu¨ªdea mariposa es tambi¨¦n un indicador para los cultivadores, que se?ala el momento correcto para regarla. Todas esas ra¨ªces est¨¢n cubiertas por un tejido que se llama velamen. Su funci¨®n es la de proteger a las ra¨ªces de la desecaci¨®n. Cuando est¨¢n hidratadas, el velamen es de color verdoso. Pero cuando la orqu¨ªdea tiene menos cantidad de agua, el velamen de las ra¨ªces que est¨¢n dentro de la maceta se vuelve de color plateado. Es entonces una se?al perfecta para regar. Respetando este ciclo de ra¨ªces verdosas que pasan a estar plateadas se consigue no sobrepasarse con el agua, ya que prefiere no contar con sus ra¨ªces constantemente h¨²medas.
En cuanto al riego, varios son los m¨¦todos utilizados, dependiendo de la persona. Lo importante es que la orqu¨ªdea pueda realizar sus procesos metab¨®licos con normalidad, y que el agua no se quede estancada entre sus hojas. Una de las formas m¨¢s habituales para regar la orqu¨ªdea mariposa es la de sumergir toda la maceta en agua, durante unos 10 minutos. Para ello, se puede emplear el mismo cubremacetas. Despu¨¦s, una vez que el agua ha hidratado todos los resquicios del sustrato, se deja que escurra por completo, y se retorna al cubremacetas, vac¨ªo de agua por completo. Por cierto, ese cubremacetas es una parte indispensable para su cultivo en maceta, ya que procura a la planta la estabilidad necesaria para evitar que vuelque.
Esta inestabilidad es debida a la extrema porosidad del sustrato, que evita el encharcamiento a la planta. Como se ha visto, el ¨²nico sustrato que necesitar¨ªa esta orqu¨ªdea es una planta a la que adherirse. En maceta, en cambio, el sustrato se compone principalmente de corteza de pino compostada, que confiere ese espacio poroso y poco retentivo de agua.
Asimismo, no podemos olvidar abonar estas plantas para conseguir floraciones de calidad, para lo que hay que nutrir ese sustrato con un buen abono espec¨ªfico para orqu¨ªdeas, normalmente l¨ªquidos. Por cierto, las orqu¨ªdeas mariposa rescatadas por Marisa Damas han vuelto a florecer, y ya vuelan sus colores por las estancias de su casa.
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