Jos¨¦ Luis Copete, ornit¨®logo: ¡°Nunca hubiera dicho que las aves me llevar¨ªan al amor de mi vida en Ir¨¢n¡±

Al ornit¨®logo catal¨¢n Jos¨¦ Luis Copete (Badalona, 54 a?os), codirector del programa de radio y podcast de referencia sobre p¨¢jaros La Radio del Somormujo, los que le conocemos nunca le habr¨ªamos definido como una persona rom¨¢ntica, y menos cuando le ve¨ªas entusiasmado rodeado de cuervos o cuando te contaba c¨®mo obten¨ªa esperma de aves en la Amazonia aspir¨¢ndoles con la boca en la cloaca mediante una pipeta. Y sin embargo, un d¨ªa cay¨® como un mortal cualquiera en los lazos del amor (o como un paseriforme en un encantador y amable cepo) y ha vivido una de esas historias envidiables que parecen ocurrir solo en las novelas y pel¨ªculas. Fascinado con Ir¨¢n y sus aves, conoci¨® por Internet, hablando de trabajo, a una bi¨®loga iran¨ª de 38 a?os y ojos de profundidad insondable, Kordiyeh Hamidi, de la Universidad Ferdous¨ª de Mashhad (UFM); Ferdous¨ª es el gran poeta persa que escribi¨® el poema Shahnameh, en el que se cuentan, entre otras muchas cosas, los amores de Zal y la princesa Rudabeh. Se enamoraron y, tras varias peripecias interculturales, han acabado cas¨¢ndose en Ir¨¢n por el rito musulm¨¢n.

Pregunta. Cuente, cuente.

Respuesta. Bueno, conoc¨ª a Kordiyeh en 2015 intercambiando mensajes cuando yo trabajaba en la edici¨®n del atlas de todos los mam¨ªferos del mundo para Lynx. Necesitaba fotograf¨ªas de unos ratones y ella, adem¨¢s de excelente fot¨®grafa, es especialista en calom¨ªscidos, unos roedores de Oriente Medio, como jerbos, que viven en el desierto de Ir¨¢n. Tuvimos una intensa relaci¨®n epistolar sin yo saber que era una chica, porque me despist¨® el nombre. A ella esto le hizo bastante gracia.

P. Quiz¨¢ hablar de roedores no es un inicio muy prometedor para una relaci¨®n rom¨¢ntica.

R. Yo no ca¨ª en con qui¨¦n estaba hablando hasta que un d¨ªa en que ten¨ªa que viajar a Ir¨¢n para abrir rutas ornitol¨®gicas ella se enter¨® y se molest¨® porque no se lo hab¨ªa dicho. ¡®Vaya, pod¨ªas haberme avisado¡¯, me escribi¨®. Entonces busqu¨¦ su nombre y descubr¨ª que era una mujer, y muy atractiva. Pens¨¦: ¡®Mira que eres idiota Jos¨¦ Luis¡¯. Y quedamos para vernos.

P. Y all¨¢ que fue.

R. Ella es de Mashhad, una gran ciudad y centro de peregrinaci¨®n al noreste, cerca de la frontera con Turkmenist¨¢n y Afganist¨¢n. Es doctora en biolog¨ªa en la UFM. Conocerla fue precioso.

P. Aunque les uniera la naturaleza, y valga la frase, ?hubo choque cultural?

R. Bueno, a la madre me cost¨® gan¨¢rmela, pero eso me hubiera ocurrido igual aqu¨ª, y ahora nos llevamos muy bien. All¨ª hay tradiciones distintas, una pareja no casada puede tener dif¨ªcil estar a solas, la hospitalidad es abrumadora y no te dejan ayudar. Kordiyeh es una mujer moderna, claro, pero arrastra su cultura, como nos pasa a todos. En general los iran¨ªes son muy amables y quieren saber de la gente de afuera. Tenemos falsos estereotipos: hay muchas mujeres que estudian y hacen carreras.

P. Se casaron.

R. S¨ª, este verano, de momento la boda administrativa. Estamos pendientes de la gran boda persa de tres d¨ªas, que hemos dejado para el a?o que viene. El novio (yo) tiene que conseguir una banda de m¨²sica y repartir monedas de oro.

P. ?Qu¨¦ opina su propia familia?

R. Mi madre bien, al principio le sorprendi¨®. Con ella y mi hermana viajamos a Estambul para que conocieran all¨ª a Kordiyeh. Es muy alegre y han conectado. En mi entorno la gente, en general, se sorprende.

P. ?Qu¨¦ planes tienen?

R. Tras muchas dificultades burocr¨¢ticas, ella ha conseguido el visado para venir a Espa?a. Hemos pactado los dos que cuando me jubile iremos de vuelta a vivir a su pa¨ªs. A m¨ª Ir¨¢n me encanta desde antes incluso de conocer a Kordiyeh. Hasta hay unos montes que se llaman como yo: Kopet Dag. Y las aves son una maravilla, las aves, adem¨¢s del rat¨®n, que me han llevado a Kordiyeh. Nunca hubiera dicho que las aves me llevar¨ªan al amor de mi vida en Ir¨¢n.

P. ?Qu¨¦ ave iran¨ª prefiere?

R. El hipocolio, un pariente del ampelis. Kordiyeh siempre hab¨ªa sido de mam¨ªferos, pero est¨¢ aprendiendo mucho de p¨¢jaros, tiene un don. Pronto me va a adelantar y sabr¨¢ m¨¢s que yo¡­

P. Eso solo lo dice un pajarero enamorado.

R. Pues s¨ª.