Del coche deportivo al piso en el centro: ahora los ¡®influencers¡¯ presumen de vivienda como art¨ªculo de lujo
Las estrellas de las redes sociales ya no muestran sus bolsos de Loewe o sus Lamborghinis, sino los as¨¦pticos pisos en los que invierten. Est¨¢n dirigiendo su dinero hacia un valor refugio que es, a la vez, algo con mucho valor social: la vivienda
YouTube se ha llenado de personajes estramb¨®ticos que conducen coches deportivos (con frecuencia Lambos, que son especialmente ostentosos), se levantan de madrugada para atender sus negocios (nunca est¨¢ del todo claro en qu¨¦ consisten) y se machacan en el gimnasio. Otros s¨ª que tienen una fuente de ingresos conocida: ...
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YouTube se ha llenado de personajes estramb¨®ticos que conducen coches deportivos (con frecuencia Lambos, que son especialmente ostentosos), se levantan de madrugada para atender sus negocios (nunca est¨¢ del todo claro en qu¨¦ consisten) y se machacan en el gimnasio. Otros s¨ª que tienen una fuente de ingresos conocida: el stream (retransmisi¨®n de partidas de videojuegos) y/o la creaci¨®n de contenido. En cualquier caso, con excepciones como Ibai Llanos, casi todos difunden el mismo discurso presuntamente antisistema y lleno de trampas. La principal: el sistema econ¨®mico es injusto con los j¨®venes (una impresi¨®n que, esta s¨ª, comparten capas cada vez m¨¢s amplias de la poblaci¨®n). Pero a la hora de dirigir su venganza no lo hacen contra las ¨¦lites de ese sistema del que dicen haber escapado mediante un talento heterodoxo, sino contra quienes hasta hace poco eran como ellos, es decir, contra todos los ciudadanos que no pueden instalarse en Andorra o Miami.
As¨ª que cuando deciden no pagar impuestos o invierten en el mercado inmobiliario no est¨¢n llevando a cabo ninguna estrategia novedosa, sino exactamente la misma que buena parte de las clases altas tradicionales ha practicado durante las ¨²ltimas d¨¦cadas. Y es que con las criptomonedas y los NFTs en horas bajas (dos productos que ellos mismos ayudaron a difundir), las estrellas de las redes sociales est¨¢n dirigiendo su dinero hacia un valor refugio que es, a la vez, algo con mucho valor social: la vivienda.
La vivienda, a diferencia de las obras de arte o el oro, es un bien de primera necesidad. Quien especula con ella agrava el s¨¦ptimo problema que m¨¢s preocupa a los espa?oles, seg¨²n datos del CIS del pasado 17 de enero. Alrededor de este problema existen todo tipo de discursos: por un lado, los activistas defienden que no deber¨ªa ser un bien de mercado; por otro, los m¨¢s liberales sostienen que el exceso de regulaci¨®n es el que est¨¢ asfixiando la oferta. No obstante, todas esas discusiones part¨ªan de cierto consenso en cuanto al alcance (y la existencia) del problema. Hasta ahora, cuando surge un contenido audiovisual desconcertante que coloca las casas de youtubers e influencers, sin nada especial en cuanto a arquitectura o interiorismo, al nivel de su tambi¨¦n deseada ropa de marca. No se trata de conocer d¨®nde y c¨®mo vive el ¨ªdolo: el youtuber que recorre su piso detalla el precio y las condiciones de compra. Tambi¨¦n abundan los v¨ªdeos en los que un an¨®nimo es abordado por la calle para que ense?e, con una sonrisa y sin mencionar ninguno de los conflictos tan habituales entre arrendadores y arrendatarios, la casa o habitaci¨®n que alquila.
Los espacios que habitamos ¡ªal menos de acuerdo con esos contenidos¡ª ya no son un hogar ni un soporte para la intimidad (tampoco un s¨ªmbolo de autonom¨ªa o de emancipaci¨®n, como desarroll¨® Virginia Woolf). Son una mercanc¨ªa excepcional, pero no por su excepcional valor de uso, sino porque como inversi¨®n basta con poseerlos a determinades edades para se?alar (y presumir de) una posici¨®n de privilegio. Acapararlos se ha convertido en otra forma de restregar el ¨¦xito individual a quienes no han triunfado dentro de este sistema incapaz de cumplir sus propias promesas (los soci¨®logos no hablar¨ªan de promesas rotas sino de ¡°interrupci¨®n de la reproducci¨®n social¡±).
Dime de lo que presumes y te dir¨¦ lo que escasea
En 1959 se estren¨® El pisito, una pel¨ªcula basada en la novela hom¨®nima de Rafael Azcona. Desde entonces, el mercado inmobiliario espa?ol ha cambiado mucho, pero todav¨ªa muchos j¨®venes pueden identificarse con Petra y Rodolfo, los protagonistas que no pueden permitirse una vivienda en la que instalarse como pareja independiente. Aquel fue tambi¨¦n el a?o que trabajos como Efecto clase media, del soci¨®logo Emmanuel Rodr¨ªguez, se?alan como de aparici¨®n del ¡°capitalismo popular¡±: empezaron a desarrollarse pol¨ªticas que pretend¨ªan solucionar el hacinamiento chabolista en las grandes ciudades y, de paso, convirtieron el ¡°hogar fijo y estable¡± en un instrumento de control social. Fueron los inicios de aquella ¡°Espa?a de propietarios¡± de la que, con altibajos y excluidos, llegaron a formar parte m¨¢s de un 85% de los hogares y que no salt¨® por los aires hasta la crisis financiera de 2007.
¡°Entonces, si no hubiera sido por la intervenci¨®n de los Estados, el sistema econ¨®mico global hubiera colapsado¡±, explica Jaume Palomera, codirector del Institut de Recerca Urbana de Barcelona y cofundador del Sindicat de Llogateres. ¡°Se hizo un enorme esfuerzo estatal para volver a aumentar el precio de la vivienda porque los activos de los grandes bancos, fondos y empresas est¨¢n en lo inmobiliario y los balances de esas compa?¨ªas deb¨ªan salir de n¨²meros rojos¡±, a?ade. El cambio de paradigma fue total, y de la figura del propietario se pas¨® a la del inquilino: ¡°Todo lo que se hace entre 2008 y 2013 va dirigido a que se pueda reiniciar un ciclo de inversi¨®n inmobiliaria y, viendo que ya no se podr¨¢n dar hipotecas con la facilidad de antes, se produce una transici¨®n al mercado del alquiler¡±, contin¨²a Palomera. ¡°Muchas personas, tanto quienes hab¨ªan perdido la casa como los j¨®venes, van a vivir cada vez m¨¢s de alquiler y hay una serie de cambios legislativos para hacer muy atractiva esa inversi¨®n. Se convirti¨® a la poblaci¨®n inquilina y sus viviendas en un activo del que extraer rentas¡±.
Que la vivienda se haya convertido en uno de los activos econ¨®micos m¨¢s importantes y atractivos a nivel global, se debe, seg¨²n Palomera, a dos motivos: ¡°Cuando la pr¨¢ctica totalidad de vivienda est¨¢ en el mercado libre, como en Espa?a, eso la transforma en un valor refugio que funciona como ninguna otra mercanc¨ªa. Por ejemplo, el petr¨®leo si no se vende tiene que desecharse, y eso sucede con la inmensa mayor¨ªa de productos, pero no con la vivienda. Puedes tener una vivienda, no ponerla en circulaci¨®n, y que su valor no solo no caiga, sino que aumente¡±. Y, de nuevo seg¨²n el investigador, ese fen¨®meno se ha combinado con un cambio general en la actitud de las ¨¦lites econ¨®micas porque ¡°especialmente desde los a?os noventa, ya no se dedican a pensar en c¨®mo generar valor, como hac¨ªan los potentados industriales, sino a pensar en c¨®mo extraer valor. El rentismo inmobiliario no pasa por generar nuevo valor o aportar riqueza social, sino que extrae: es una estrategia parasitaria¡±.
As¨ª que Palomera lo tiene claro: los youtubers que est¨¢n invirtiendo en el mercado inmobiliario no son distintos del resto de especuladores. Al contrario: act¨²an as¨ª porque la actitud de quienes ¡°est¨¢n extrayendo rentas mediante una transferencia desde la poblaci¨®n trabajadora hacia ellos¡±, termina permeando y siendo imitada. ¡°Seguramente sorprende porque los youtubers son j¨®venes y son referencia para otros j¨®venes, pero no se diferencian de la inmensa mayor¨ªa de ¨¦lites que, gracias a las leyes, pueden utilizar la vivienda como un producto financiero privilegiado¡±, concluye.
Del ¡°piso Paco¡± a la ¡®cueva gamer¡¯¡ o al cuarto propio conectado
Con la tasa de emancipaci¨®n por los suelos y a la vista de los porcentajes de rentabilidad, cualquier vivienda puede servir como dep¨®sito de valor. Pero, ?realmente los pocos j¨®venes que consiguen comprar se han olvidado de las caracter¨ªsticas de esas viviendas? No del todo, porque muchos tambi¨¦n quieren vivir en ellas y, junto a la fascinaci¨®n por el mercado inmobiliario, tambi¨¦n han surgido algunos t¨®picos sobre las tipolog¨ªas a evitar. Por ejemplo: algunos los llaman ¡°pisos paco¡±, otros ¡°pisos Cu¨¦ntame¡± y son, precisamente, las viviendas del desarrollismo que hoy protagonizan decenas de memes entre la nostalgia y el rechazo: paredes de gotel¨¦, grandes librer¨ªas presidiendo el sal¨®n con huecos in¨²tiles para la enciclopedia, largos pasillos que conducen a habitaciones min¨²sculas¡ Viviendas pensadas para otros modelos de vida y de familia, y muy alejadas de los usos contempor¨¢neos, tan marcados por la necesidad de un espacio c¨®modo desde el que conectarnos a internet: eso que la fil¨®sofa Remedios Zafra llama cuarto propio conectado¡±.
Juanjo Pastor y Manuela Gonz¨¢lez son arquitectos en el estudio Pastor y Gonz¨¢lez, especializado en la reforma de viviendas ya existentes, e insisten en que el morador debe recuperar el uso y el protagonismo dentro de su vivienda. ¡°La arquitectura es conversaci¨®n con el morador y no con el especulador que toma las decisiones por ¨¦l y no est¨¢ dispuesto a asumir riesgos¡±, comentan.
As¨ª que, frente a las l¨®gicas especulativas, Pastor y Gonz¨¢lez querr¨ªan que las construcciones dejasen de ser activos financieros y, de nuevo, pudieran ser ¡°vividas, reconocidas y gozadas¡±. Seg¨²n su experiencia, todo lo interesante sucede cuando ¡°el habitante, el cliente ¨²ltimo, te exige y te lleva al l¨ªmite. Est¨¢s actuando directamente en su vida, le est¨¢s tocando el alma y ¨¦l se la est¨¢ dejando tocar. Quiere saber a qu¨¦ altura estar¨¢ la barra de colgar la ropa en el armario, qu¨¦ anchura tendr¨¢ la mampara de entrada a la ducha y si el vidrio de la ventana se mojar¨¢ cuando llueva. Quiere saber si has considerado que quiere tener ventiladores sobre la cama y en el ba?o un enchufe para el calentador que necesitar¨¢ en invierno porque es muy friolero. Si el proyecto es audaz, adem¨¢s necesita que est¨¦s pendiente de ¨¦l durante toda la obra, casi todos los d¨ªas¡±.
Es un punto de partida imposible para muchos, y es que el problema de la vivienda tiene derivadas pol¨ªticas, sociales y econ¨®micas. Pero lo que recomiendan Pastor y Gonz¨¢lez podr¨ªa servir para empezar a mirar la vivienda con otros ojos: ¡°Por encima de una cuesti¨®n est¨¦tica y de dise?o, una vivienda debe estar bien orientada, con la mejor calidad espacial y constructiva posible y debe identificarse con su morador¡±. Quiz¨¢ as¨ª, centr¨¢ndonos en su uso, las viviendas dejar¨ªan de ser una combinaci¨®n de n¨²meros, expectativas y estatus. Los youtubers, adem¨¢s, tendr¨ªan algo interesante y personal que mostrar. Si no, pueden seguir exhibiendo Lamborghinis: son muy contaminantes y ruidosos, pero, al menos, no complica que los dem¨¢s puedan ejercer su derecho a una vivienda digna.