?Por qu¨¦ nos siguen importando los premios Oscar si muchas veces no hemos visto las pel¨ªculas nominadas?
El debate sobre si Greta Gerwig o Margot Robbie deber¨ªan o no haber sido nominadas por ¡®Barbie¡¯ muestra que, a pesar de la ca¨ªda en audiencia, estas ceremonias de premios de Hollywood siguen generando una conexi¨®n emocional y contin¨²an marcando la conversaci¨®n cultural
¡°Greta y Margot, aunque ganar en la taquilla, pero no llevarse a casa el oro puede doler, sus millones de fan¨¢ticos las aman¡±, escribi¨® en X (antes Twitter) Hillary Clinton. El tono dram¨¢tico de la ex secretaria de Estado estadounidense podr¨ªa hacer creer, sin el contexto necesario, que se est¨¢ refiriendo a alguna gran injusticia, a alg¨²n atropello de los derechos de estas dos mujeres. Pero la publicaci¨®n era del d¨ªa en que se anunciaron los nominados a los Oscar de este a?o, y Clinton hac¨ªa referencia a que Greta Gerwig y Margot Robbie quedaron fuera de las nominaciones en las categor¨ªas de direcci¨®n y mejor actriz protagonista, respectivamente, por Barbie. El mensaje de Clinton fue compartido por cientos de miles de personas y se convirti¨® en objeto tanto de validaci¨®n como de burla. La excandidata presidencial dem¨®crata no fue la ¨²nica que consider¨® escandalosas estas omisiones; Ryan Gosling, coprotagonista de Barbie que s¨ª fue nominado como actor de reparto y que suele ser muy discreto en estos temas, expres¨® en un comunicado su decepci¨®n por la ausencia de Gerwig y Robbie. Y as¨ª, como ellos, miles de personas saturaron las redes sociales durante semanas con su descontento.
El debate que ha generado la temporada de premios de Hollywood de este a?o, con las nominaciones de Barbie como tema principal, muestra que, a pesar de la ca¨ªda en audiencia, estas ceremonias siguen generando una conexi¨®n emocional y que a una celebridad la nominen o no a un galard¨®n sigue marcando la conversaci¨®n cultural.
¡°Estamos interesados en estos premios, en esencia, porque nos dicen que debemos estar interesados¡±, sentencia por videollamada Robert Thompson, catedr¨¢tico de Televisi¨®n y Cultura Popular en la Universidad de Siracusa (Nueva York) y autor de seis libros sobre la industria del entretenimiento. Para el acad¨¦mico, una de las razones tras la obsesi¨®n que generan es que, con el paso de las d¨¦cadas, han adquirido un estatus de tradici¨®n cultural que les han permitido sobrevivir en la era de las redes sociales y el streaming.
Thompson considera a las ceremonias de premios como ¡°precursores¡± de muchos formatos modernos, en el sentido de que eran el espacio donde las audiencias pod¨ªan ver a sus estrellas favoritas en su ¨¢mbito m¨¢s ¨ªntimo. Se trata de un monopolio que perdieron desde hace a?os, ya que ver a un famoso desayunando en su pijama se volvi¨® algo de todos los d¨ªas gracias a los reality shows y las redes sociales. ¡°Ahora podemos observar a las celebridades fuera de sus existencias en la ficci¨®n, lo que significa que la emoci¨®n de un programa de premios no es ni de lejos tan grande como sol¨ªa ser¡±, apunta el investigador.
En la transmisi¨®n de los Oscar del a?o pasado, la audiencia televisiva subi¨® un 12% con respecto a la edici¨®n de 2022. Sin embargo, la ca¨ªda libre en la ¨²ltima d¨¦cada es notoria y las tres ceremonias anteriores (2021, 2022 y 2023) son las de menor audiencia en toda la historia de estos premios. Thompson, a quien la Associated Press bautiz¨® como ¡°el embajador de la cultura pop¡±, opina que las ceremonias de premios inevitablemente se comienzan a ver anacr¨®nicas: ¡°Si elimin¨¢ramos el color de una transmisi¨®n de premios en el siglo XXI, se ver¨ªa pr¨¢cticamente igual que una de los a?os cincuenta o sesenta¡±. El autor sostiene, sin embargo, que ser¨ªa un error calificarlas de ¡°irrelevantes¡±. ¡°Aunque no est¨¦n atrayendo a tantos millones de espectadores, a¨²n est¨¢n superando su franja horaria, siguen obteniendo los ¨ªndices de audiencia m¨¢s altos de la semana y son algunos de los programas m¨¢s vistos de todo el a?o¡±, matiza.
En paralelo a la disminuci¨®n de espectadores, durante los ¨²ltimos a?os los premios han estado en el punto de mira por la falta de diversidad. Los Globos de Oro, el segundo evento de mayor audiencia tras los Oscar, ni siquiera tuvieron trasmisi¨®n en vivo en 2022 despu¨¦s de que la cadena NBC retirara su patrocinio ante los se?alamientos de poca representaci¨®n ¨¦tnica en los nominados de a?os anteriores. Los Oscar, por su parte, se vieron presionados por campa?as como #OscarsSoWhite, que buscaba mayor presencia de personas no blancas en las categor¨ªas de actuaci¨®n, as¨ª como el empuje medi¨¢tico para que m¨¢s mujeres fueran consideradas en direcci¨®n y guion. ¡°Los votantes de los premios Oscar durante mucho tiempo han sido desproporcionadamente blancos, masculinos y anticuados, y sus selecciones frecuentemente han sido objeto de burla¡±, indic¨® en una columna de The Guardian el escritor y productor de televisi¨®n David Cox.
Estas controversias llevaron a la Academia del Cine a diversificar su membres¨ªa para aumentar la participaci¨®n de mujeres y minor¨ªas ¨¦tnicas y que esto se reflejara en las pel¨ªculas nominadas y galardonadas. Por esto, Cox cree que, m¨¢s all¨¢ de las discusiones sobre calidad cinematogr¨¢fica, los premios son ¡°un reflejo impresionante de las preocupaciones sociales actuales¡±.
Es en este contexto que muchos dieron por hecho que Greta Gerwig, quien realiz¨® una comedia de empoderamiento femenino que super¨® los mil millones de d¨®lares en taquilla, iba a estar entre los nominados a mejor direcci¨®n, y que su ausencia provoc¨® tanta indignaci¨®n. Aunque tambi¨¦n surgieron voces como la de Helen Mirren, quien hace de narradora en Barbie, que han tratado de restarle importancia a las nominaciones y creen que ya la pel¨ªcula asegur¨® su lugar en la historia. ¡°Lo fant¨¢stico es que Barbie fue la pel¨ªcula m¨¢s taquillera que Warner Bros ha tenido en toda su existencia, ?recuerdas qui¨¦n gan¨® mejor pel¨ªcula del a?o ante pasado?¡±, dec¨ªa hace tres d¨ªas la oscarizada actriz en declaraciones a Variety.
Las ceremonias de premios como los Oscar son entonces un c¨®ctel de culto a las celebridades, tradici¨®n cultural y caleidoscopio de los debates sociales que se coloca, seg¨²n Robert Thompson, en ¡°el contexto de un gran evento deportivo¡±. Para el acad¨¦mico, lo m¨¢s cercano a la emoci¨®n que generan estas ceremonias es la de un partido de f¨²tbol, porque los directores, int¨¦rpretes, guionistas y dem¨¢s nominados compiten en vivo por las estatuillas y siempre est¨¢ la adrenalina de que pueda suceder algo inesperado (como cuando, en 2017, Faye Dunaway anunci¨® que la ganadora del Oscar a mejor pel¨ªcula era La La Land en lugar de Moonlight). ¡°Y aunque el espect¨¢culo se alargue, aunque tengas que soportar algunas introducciones mal escritas, nunca se sabe cu¨¢ndo podr¨ªa suceder algo. Chris Rock podr¨ªa ser abofeteado. Y siempre est¨¢ esa promesa¡±, explica Thompson.
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