El kumquat, el ¡®arbolillo chino¡¯ cuyo fruto es un manjar

En el condado de Rong¡¯an, al sur de China, se cultiva uno de los c¨ªtricos m¨¢s peculiares. Con el nombre de kumquat, ha conquistado los paladares de todo el mundo, al contar con una caracter¨ªstica no muy com¨²n dentro de los c¨ªtricos: se puede comer sin necesidad de pelarlo. El flavedo de este fruto ¡ªsu piel externa o exocarpo¡ª tiene un sabor dulce, mientras que la pulpa es ¨¢cida, por lo que en ¨¦l se encuentra un equilibrio muy peculiar para las papilas gustativas. Seguramente que se haya visto en alguna fruter¨ªa una bandejita con unos pocos kumquats, casi como un manjar selecto. Su forma ovalada, del tama?o de una aceituna gordal, es muy caracter¨ªstica, y su vivo color naranja es de lo m¨¢s llamativo.

El kumquat es de esas plantas a las que le acompa?an una infinidad de nombres cient¨ªficos, ya que se le ha ido buscando acomodo entre el laberinto de la gen¨¦tica de los c¨ªtricos: una familia compleja en la que se han hibridado entre s¨ª multitud de especies y de variedades a lo largo de los siglos. De esta forma, al kumquat se le encuentra con nombres cient¨ªficos como Fortunella margarita o Fortunella japonica var. margarita, hasta llegar en la actualidad a encuadrarlo en el g¨¦nero Citrus ¡ªya como participante de pleno derecho de este g¨¦nero¡ª, con los nombres espec¨ªficos de Citrus margarita o quiz¨¢s el m¨¢s correcto de Citrus japonica. De hecho, y para aclarar toda esta confusi¨®n, se le considera un cultivar dentro de esa especie: Citrus japonica ¡®Nagami¡¯. Sus nombres populares m¨¢s habituales son los de kumquat de fruto oval, kumquat nagami o kumquat a secas, aunque en Espa?a recibe otro apelativo cari?oso: naranjito chino.

Como ya se ha mencionado, se trata de un arbolillo de origen chino, del sur de aquel enorme pa¨ªs, al igual que tantos otros c¨ªtricos que se consumen a nivel mundial en la actualidad. El kumquat nagami est¨¢ ganando popularidad muy r¨¢pidamente, por sus cualidades est¨¦ticas y gastron¨®micas. Tambi¨¦n hay otras especies y variedades de kumquats, con frutos peque?os con coloraciones m¨¢s amarillentas o con formas m¨¢s parecidas a la de la mandarina (Citrus x reticulata). Eso s¨ª, la palatabilidad de este kumquat de fruto oval es dif¨ªcil de superar por aquellos otros.

Las razones para cultivarlo en casa son muchas, y destaca su resistencia al fr¨ªo, por mencionar una de sus fortalezas, soportando hasta -10 grados cent¨ªgrados. Entonces, para despertar del letargo invernal en el que se sumerge, el kumquat necesitar¨¢ varias semanas seguidas de calorcito. A continuaci¨®n, ser¨¢ cuando forme sus peque?as flores blancas, muy arom¨¢ticas, una versi¨®n reducida de las flores de azahar de sus parientes, los naranjos o los limones, que gozan del mismo perfume suave y dulce tan cordial del kumquat. En lo que respecta al verano, lo ideal es que viva en regiones que no superen los 30 grados cent¨ªgrados, aunque vegeta bien si se alcanzan temperaturas m¨¢s altas, tan solo ralentizando o incluso deteniendo su desarrollo en esos meses m¨¢s c¨¢lidos. Que reciba sol directo, como en el resto de los c¨ªtricos, es una de las premisas fundamentales para que aquel desarrollo sea conveniente. A partir de unas pocas horas con esa iluminaci¨®n directa es feliz, aunque incluso puede vivir en una sombra muy brillante y luminosa. All¨ª, claro est¨¢, no tendr¨¢ una floraci¨®n tan abundante, pero es interesante probar si se adapta a las condiciones con las que se cuente en casa.

Otro de sus puntos fuertes es que vegeta a la perfecci¨®n en un tiesto, y se adapta a crecer en un macet¨®n a las mil maravillas. Al igual que con otros parientes cercanos del kumquat, el abonado es imprescindible, con un abono espec¨ªfico para c¨ªtricos, que le aportar¨¢ los nutrientes en los que es m¨¢s demandante, como el magnesio, por ejemplo. Con esa nutrici¨®n, la cosecha de incluso cientos de frutos en el invierno e inicio de primavera est¨¢ asegurada en una sola planta, para hacer las delicias de la familia y de los amigos. Si se planta en tierra, hay que tener en cuenta que no le gustan los suelos calc¨¢reos, y prefiere un pH menor de 7. All¨ª, con tierra libre para extender sus ra¨ªces, puede llegar a superar los 3 metros de altura, con un porte arbustivo muy sugerente y con buena presencia; en una maceta, l¨®gicamente, su tama?o ser¨¢ mucho menor, y se adaptar¨¢ al espacio que se tenga.

Un kumquat, a fin de cuentas, siempre es una elecci¨®n perfecta para iniciarse en el cultivo de los c¨ªtricos y de la belleza que aportan a todos los sentidos.