Flores al balc¨®n, unos consejos para impregnar las calles de bellos y peque?os jardines bot¨¢nicos
Para quienes han decidido cultivar plantas en la terraza o en el alf¨¦izar de la ventana, la deliciosa rutina de observar sus procesos vitales es parte del color de sus d¨ªas
En Espa?a, una gran parte de la poblaci¨®n vive en pisos, ausentes del contacto con la tierra en su propia casa, con los pies a muchos metros del suelo. Pero la inventiva del ser humano posibilit¨®, desde hace siglos, que un pedazo de campo pueda crecer en una ventana o en un balc¨®n gracias a las macetas y a cacharros similares. De esta forma tan pintoresca, si se piensa bien, hierbas y ¨¢rboles vegetan felices junto a los propietarios de estas casas verticales, incluso en lo alto del edificio, sobrevolando toda la ciudad. De hecho, estas terrazas que se adornan con plantas no solo se disfrutan por los que viven en esas casas, sino tambi¨¦n por los viandantes que deciden elevar la vista y contemplar las calles desde una perspectiva m¨¢s luminosa, para dejar de mirar la gris acera a cada paso. As¨ª, quienes no se suman en el encorvamiento que producen sus propios pensamientos, se sorprenden de los peque?os jardines bot¨¢nicos de los apartamentos de cada calle y avenida cuando pasean con la cabeza erguida.
Para quienes han decidido cultivar plantas en la terraza, o en el alf¨¦izar de la ventana, la deliciosa rutina de observar sus procesos vitales es parte del color de sus d¨ªas. Es cierto que esas plantas nos requerir¨¢n, pero, en el trasiego cotidiano, el riego, la limpieza o el abonado de estos seres se convierten en tareas agradables que recompensan con creces el ligero esfuerzo. Una nueva flor en un tiesto es una peque?a fiesta matutina que se vive con una taza de caf¨¦ en la mano.
Por desgracia, cuando se mira con atenci¨®n un edificio, lo normal es que la mayor parte de las terrazas o ventanas no cuenten ni con una sola planta. Y una casa sin plantas es, para un jardinero, como un hogar sin libros o una relaci¨®n sin risas. Para cambiar ese modelo de vidas sin la belleza bot¨¢nica cerca no hay m¨¢s impedimento que dar unos cuantos pasos hasta la siguiente florister¨ªa del barrio o del pueblo. Tan solo hay que decidirse a hacerlo y pensar que, si a tantas personas el cuidado de las plantas les trae tanta felicidad, quiz¨¢s a uno tambi¨¦n se la regale uno de estos seres vivos.
Lo primero que hay que tener claro es el tipo de iluminaci¨®n que tiene el lugar. No ser¨¢ lo mismo un balc¨®n con orientaci¨®n norte que otro con orientaci¨®n al sur. De eso fue consciente Fran Rico, peluquero e interiorista, un enamorado de la hermosura y de la est¨¦tica de los vegetales que vive en el madrile?o barrio de Lavapi¨¦s: ¡°Cuando sal¨ªa de casa e iba al mercado de Ant¨®n Mart¨ªn, me daba cuenta de c¨®mo en los balcones de las casas donde da m¨¢s el sol no hab¨ªa tantas plantas, o incluso no hab¨ªa ninguna. Pens¨¦ que era porque, directamente, se achicharraban¡±, detalla de manera acertada. Entonces, se hace vital respetar este principio jardinero: plantar¨¢s en tu terraza aquellas plantas que puedan resistir el clima y la iluminaci¨®n del lugar. Con esta premisa clara, habr¨¢ que adaptarse a lo que se tenga. Si la terraza mira hacia el norte, se debiera evitar la tentaci¨®n de plantar aquellas especies que requieran de algo de sol directo para vegetar de forma sana. Si la terraza mira hacia el sur o hacia el oeste, m¨¢s t¨®rridos, habr¨¢ que descartar aquellas otras especies que requieran de sombra para crecer bien. Estas l¨ªneas, que parecen una perogrullada, son algunos de los primeros errores que se cometen cuando se elige una planta.
Asimismo, se ha de saber qu¨¦ temperatura m¨ªnima puede resistir la planta elegida, para que no se hiele cuando llegue el invierno. Otro factor limitante, y mucho, es la humedad ambiental de la zona clim¨¢tica donde est¨¦ la casa. En muchas partes, cuando llega el verano, esa humedad ambiental desciende dr¨¢sticamente, y deja agotadas a muchas especies.
Despu¨¦s de leer esto, quiz¨¢s es el momento en el que una persona que no tenga plantas piense que por eso mismo no tiene ni una triste hierba en su balc¨®n, por lo complicado que se vuelve todo, o quiz¨¢s por los fracasos en el cultivo de plantas en el pasado. Pero pensar as¨ª es un error. Tan solo hay que elegir bien esa primera especie, y no hay nada como dejarse aconsejar por los profesionales. Para que ese consejo sea efectivo, hay que detallar bien qu¨¦ condiciones va a tener la planta que se lleve a casa: cu¨¢ndo comienza a darle el sol directo ¡ªo si no va a tener ni un solo rayo de sol¡ª, el espacio que se tiene, si se quiere una planta que lo resista todo, incluso ausencias por viajes, con la consiguiente falta de agua incluso. Para este ¨²ltimo caso, habr¨ªa que recurrir a las plantas suculentas, como los cactus y otras compa?eras, que sobrevivir¨¢n incluso a muchas semanas sin una gota de agua.
Siempre hay una planta que se puede cultivar en el exterior del piso. Quienes no hayan probado a cuidar de un balc¨®n florido, no saben lo que se est¨¢n perdiendo. Disfrutar de la belleza de las plantas, y la felicidad que ello trae, est¨¢ a tan solo una maceta de distancia.
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