C¨®mo evitar que el ¡®burnout¡¯ nos queme por completo
El agotamiento f¨ªsico y mental por exceso de presi¨®n ha ido en aumento en los ¨²ltimos a?os, pero con ¨¦l tambi¨¦n la b¨²squeda de soluciones: escuchar el propio cuerpo, poner l¨ªmites o expresar las emociones que nos sobrevienen pueden ayudar a gestionarlo mejor
En el coraz¨®n de los Alpes italianos, justo en una peque?a casa con torre¨®n situada junto al lago de Ledro, un grupo de hombres y mujeres r¨ªe en torno a una mesa mientras comen panecillos, tarta, polenta, queso y, para acompa?ar, beben cava o agua con gas y refrescos. Hay abrazos, risas c¨¢lidas, y ese tipo de alegr¨ªa de la familia o los amigos cuya relaci¨®n se ha forjado con el tiempo. Llama la atenci¨®n que la ...
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En el coraz¨®n de los Alpes italianos, justo en una peque?a casa con torre¨®n situada junto al lago de Ledro, un grupo de hombres y mujeres r¨ªe en torno a una mesa mientras comen panecillos, tarta, polenta, queso y, para acompa?ar, beben cava o agua con gas y refrescos. Hay abrazos, risas c¨¢lidas, y ese tipo de alegr¨ªa de la familia o los amigos cuya relaci¨®n se ha forjado con el tiempo. Llama la atenci¨®n que la mayor¨ªa r¨ªe como adolescentes un s¨¢bado por la noche pese a que tienen el pelo blanco y este ha sido un d¨ªa arduo, uno m¨¢s detr¨¢s de otros tantos. El v¨ªnculo, la naturaleza y el ejercicio que sienten y viven es un tipo de protecci¨®n ante un mal que amenaza con convertirse en pandemia. Y la mayor parte de los que est¨¢n aqu¨ª lo saben bien. Todos ellos y ellas vienen de Alemania y quien m¨¢s quien menos ha sufrido en alg¨²n momento de su vida, o lo ha visto en alguien cercano, agotamiento por estr¨¦s o burnout ¡ªtambi¨¦n conocido como el s¨ªndrome del trabajador quemado¡ª, lo que significa no tener fuerzas ni motivaci¨®n para seguir adelante. De hecho, en Alemania el 61% de los trabajadores teme padecerlo, seg¨²n un informe de la compa?¨ªa de seguros de salud Pronova, y un tercio de los empleados ¡ªel 37%¡ª se queja de agotamiento f¨ªsico y mental, seg¨²n un estudio del McKinsey Health Institute.
Por ejemplo, Jean (nombre ficticio), barba blanca, polo rojo, ojos casta?os, da vueltas a un guiso de pimientos en la cocina y piensa en uno de sus hijos cuando escucha hablar de burnout. Su primog¨¦nito es jefe de una multinacional, y en enero y febrero estuvo en una cl¨ªnica para aprender nuevos h¨¢bitos por haber sufrido agotamiento f¨ªsico y mental. ?Motivo? Sobrecarga de trabajo, tal vez haber tenido que despedir a mucha gente sin estar de acuerdo y consciente de que algunos tendr¨ªan serias dificultades para superarlo. ¡°?Qu¨¦ puedo hacer como padre? ?C¨®mo puedo ayudar a mi hijo?¡±, se cuestiona el hombre mientras niega con la cabeza y baja la mirada.
Poco despu¨¦s, desde la cocina, Peter, presidente de un club de escalada de la zona ¡ªel Deutscher Alpenverein Sektion Karlsruhe¡ª y ejecutivo jubilado que ha investigado el burnout en profundidad en los ¨²ltimos a?os preocupado por encontrar herramientas para enfrentar y prevenir la plaga, reflexiona sobre la profundidad de este problema. ¡°Se invierten millones de euros en Alemania en cl¨ªnicas, p¨ªldoras, terapia y tratamientos, pero muy poco en prevenirlo. Sabemos qu¨¦ es y c¨®mo definirlo, pero no sabemos c¨®mo curarlo. Sabemos que hay muchos condicionantes, como que desde la pandemia se ha disparado por el teletrabajo; eso s¨ª lo sabemos¡±, dice mientras observa a los miembros ¡ªmujeres y hombres¡ª m¨¢s veteranos del club de escalada que preside, que r¨ªen en torno a unos panecillos aderezados con tomate y perejil. ¡°Es muy importante que los directivos eviten causar estr¨¦s. Una de cada diez personas adultas vive sola, trabajan mucho y al terminar la jornada est¨¢n solos; algunos tienen como mucho un solo contacto con otra persona en toda la semana. ?Qu¨¦ hacer?¡±, reflexiona, toma aire y se contesta. ¡°El burnout es una radiograf¨ªa de la sociedad. Creo que cada persona tiene que hacer lo que pueda para librar la batalla, y evitarlo. Yo hago lo que puedo en mi peque?o c¨ªrculo¡±, a?ade.
Sandra G., 47 a?os, trabajadora social por vocaci¨®n y v¨ªctima de burnout, tiene una pareja que la adora y cuida de su huerta siempre que puede. Ella preside un club de hortelanos, toca el chelo, canta y siempre est¨¢ para sus muchos amigos. Antes de vivir el colapso ten¨ªa un horario intensivo que le obligaba a no dormir m¨¢s de un d¨ªa y jam¨¢s dejaba de pensar en quienes estaban a su cargo ¡ªrefugiados y ni?as aquejadas de anorexia¡ª, con quienes trabajaba. Un d¨ªa perdi¨® la ilusi¨®n, se dio cuenta de que no ten¨ªa fuerza y tuvo un leve problema con una compa?era. Entonces colaps¨®. Pasados los meses y superada la gran lista de espera, Sandra ingres¨® por prescripci¨®n m¨¦dica en una de las muchas ¡ªcientos¡ª cl¨ªnicas gratuitas dedicadas en exclusiva al burnout que hay en Alemania. ¡°En el centro hicimos terapia individual y en grupo, mindfulness, ejercicio... Estar con gente que ha pasado lo mismo que yo ha sido lo m¨¢s importante¡±, explica.
¡°Lo primero es entender de d¨®nde viene todo¡±, considera Sandra. ¡°Imagina un ni?o que tiene que cuidar de sus hermanos, el padre no est¨¢, y nadie jam¨¢s alaba lo que hace. El ni?o no siente nada, aguanta todo, pero no siente. Siempre se pide m¨¢s. Cuando es adulto se carga m¨¢s y m¨¢s¡±, explica visiblemente emocionada. ¡°He aprendido que he de estar atenta a los m¨²sculos que me avisan del estr¨¦s, y hacer ejercicio. El burnout puede durar a?os, ahora s¨¦ que cuando te ocurre no has de abandonar el trabajo y dejarlo todo. Tambi¨¦n que personas como yo soportan sin poner l¨ªmites hasta que algo colma el vaso y entonces se derrama¡±, a?ade.
En Espa?a, para Mar¨ªa, seg¨²n explica, la gota que colm¨® el vaso fue la llegada de un compa?ero t¨®xico al trabajo al que no supo hacer frente. Ella llevaba tiempo desilusionada y sin fuerzas. Supo que estaba al borde del colapso mental y f¨ªsico por los an¨¢lisis, y su m¨¦dico decret¨® que deb¨ªa aprender a relajarse; ir¨ªa a peor si segu¨ªa as¨ª, pero su carga de responsabilidades contin¨²a. Durante a?os ha puesto en el trabajo su foco porque ama lo que hace, pero es la responsable a d¨ªa completo del cuidado de su madre, muy anciana. Desde la llegada de la pandemia trabajaba en casa, y durante a?os apenas ha salido por miedo a los contagios. Ahora tiene todos los s¨ªntomas de burnout, pero es evidente que no ha podido cambiar h¨¢bitos t¨®xicos. Tal vez se debe a que a¨²n no ha calado en la opini¨®n p¨²blica la importancia del problema, aunque el agotamiento profesional es, seg¨²n la Organizaci¨®n Mundial de la Salud, una enfermedad.
La rana hervida
En Espa?a el agotamiento profesional de una forma u otra afectaba al 43% de la poblaci¨®n en 2022, seg¨²n la Gu¨ªa del Mercado Laboral. No obstante, no en todos los casos tiene la misma gravedad. ¡°Hay muchos niveles de burnout. Tambi¨¦n hay una imagen descriptiva para explicarlo¡±, apunta Esther P¨¦rez, creadora del gabinete de psicolog¨ªa en Zaragoza que lleva su nombre desde el otro lado del tel¨¦fono. ¡°Imagina una rana que cae en una cazuela de agua templada. La rana se siente bien ah¨ª. Subes el fuego poco a poco, y la rana a¨²n est¨¢ bien. Pero ya no puede huir cuando el agua hierve y muere. Las personas con burnout pueden ser como esa rana. La presi¨®n es m¨¢s de lo que pueden soportar, pero creen que el problema es suyo sin caer en la cuenta de que la presi¨®n es insoportable¡±, a?ade la especialista, que asegura que los casos que trata se han incrementado tras la pandemia. ¡°Muchas personas que lo sufren tambi¨¦n tienen responsabilidades familiares¡±, a?ade la psic¨®loga, quien llama a tener en cuenta que el burnout es real y puede ser una oportunidad para cambiar de vida si se act¨²a a tiempo.
Gustavo Diez, fundador y director de Nirakara ¡ªinstituto especializado en investigaci¨®n y formaci¨®n de salud mental¡ª, lleva a?os haciendo propuestas formativas para mejorar la calidad de vida, y tambi¨¦n para evitar el burnout y sus causas. ¡°El cerebro busca mantenernos con vida y lo hace propiciando equilibrio. Por ejemplo, un deportista de ¨¦lite exhausto tendr¨¢ una depresi¨®n postcompetici¨®n y falta de motivaci¨®n porque el cerebro genera conductas y emociones para evitar tareas que nos pongan en riesgo. (¡) Hay casos distintos. Hay personas que necesitan terapia porque su infancia fue dif¨ªcil, el motivo para otras es exceso de presi¨®n profesional¡±, a?ade Diez, quien, desde Nirakara, ha investigado el cerebro junto a laboratorios de universidades como la Complutense. ¡°Para evitar el burnout es fundamental conocerse, evaluar qu¨¦ queremos y nuestros valores. Saber que este es nuestro tiempo de vida, y que la vida termina¡±, explica.
Para Emiliano Bruner, bi¨®logo investigador de la evoluci¨®n del cerebro en el Centro Nacional de Investigaci¨®n sobre la Evoluci¨®n Humana (CENIEH) y colaborador del Centro de Investigaci¨®n en Enfermedades Neurol¨®gicas, lo m¨¢s importante es desarrollar la atenci¨®n y salir de la vida autom¨¢tica; esa es la protecci¨®n contra el colapso y la forma de evitar los problemas. ¡°El cerebro es un m¨²sculo que se entrena y la atenci¨®n es una pr¨¢ctica que se aprende. La mayor parte de la gente vive de forma autom¨¢tica y eso puede llevar al colapso¡±, asegura Bruner, para quien la clave para prevenir dolencias como el burnout es entrenar el cerebro de igual modo que un m¨²sculo. ¡°Para educar la atenci¨®n lo primero es volver al cuerpo. Poner atenci¨®n a la respiraci¨®n y a los sentidos es una forma de enganchar la atenci¨®n¡±, explica. A ¨¦l eso le llev¨® a practicar mindfulness: ¡°Se trata de gimnasia para el cerebro; esta te lleva a salir de la vida autom¨¢tica, a observar y tomar decisiones que evitan los problemas. Quince minutos de meditaci¨®n diaria cambian la vida¡±, detalla. Hacer yoga o meditar no garantiza evitar el agotamiento, aunque ayuda si se logra llevar la atenci¨®n al cuerpo. Para Bruner lo definitivo es actuar: ¡°Cuando est¨¢s atento y sabes qu¨¦ puede ocurrirte si sigues por el mismo camino; y sabes qu¨¦ quieres. Lo que toca es tomar decisiones y actuar, aunque eso es lo m¨¢s dif¨ªcil¡°, explica el cient¨ªfico.