Caf¨¦, folk, calabazas y lluvia, ?hemos convertido el oto?o en otro espejismo viral?
Iniciativas en redes sociales y estrategias comerciales est¨¢n convirtiendo esta estaci¨®n en una est¨¦tica cultural masiva a explotar. Pero tambi¨¦n son muchos quienes usan esta ¨¦poca para enderezar lo poco que queda de a?o
Camisas de lana gruesa, m¨²sica folk y lluvia tras las ventanas. Caf¨¦ humeante, un bosque anaranjado y el calor de una chimenea. ?Hombres barbudos? ?Winona Ryder en Nueva York? ?Horas de estudio? ?Prop¨®sitos de enmienda? ?Pero es una chimenea o es la tarjeta de cr¨¦dito que est¨¢ ardiendo? Aunque no son muchos, hay momentos del a?o durante los que el calendario, el paisaje y las redes llegan a sincronizarse. Habitualmente, los ensimismados habitantes de Internet y sus publicaciones parecen habitar un tiempo propio muy alejado del que marcan las fiestas populares o los relojes de las estaciones de tren. Sin embargo, algunos cambios en la naturaleza tienen la suficiente fuerza, tambi¨¦n simb¨®lica, como para te?ir tanto las hojas de los ¨¢rboles como los posts de Instagram y las listas de Spotify. El verano es tiempo para ¨¦xitos musicales incontestables (el ¨²ltimo fue el ¨¢lbum Brat de Charli XCX, del mismo modo que hace a?os, cuando viv¨ªamos m¨¢s ajenos a las tendencias globales, escuch¨¢bamos temas sobre chiringuitos, barbacoas o ¡°movimientos sexis¡±). Y el oto?o, siempre dentro de ciertas coordenadas (septentrionales), mantiene un aire melanc¨®lico donde el repertorio se ampl¨ªa. En esta estaci¨®n sirve todo lo que remita a ropa de abrigo, setas y reposo. Incluso la poblaci¨®n m¨¢s urbana siente que los cambios en la naturaleza afectan a su propio ritmo de vida.
En su reciente ensayo Mundofiltro: c¨®mo los algoritmos han aplanado la cultura, el periodista Kyle Chayka centra sus pesquisas en las cafeter¨ªas hipsters (el oto?o es el momento ideal para recuperar esa etiqueta gastada y para dejarse ver en ese tipo de establecimientos). Chayka defiende que son lugares tan similares en todo el mundo porque en ellas ¡°la presi¨®n para ajustarse a la norma ¡ªen cuanto a decoraci¨®n, hilo musical o carta de productos¡ª es real¡±. La presi¨®n ¡°carece de cualquier forma de coordinaci¨®n centralizada y funciona a partir de una din¨¢mica de la red en que cada n¨®dulo emite a la vez que recibe su est¨¦tica¡±. La red principal mediante la que funciona esa distribuci¨®n y homogeneizaci¨®n es Instagram y cabe pensar que ese ¡°flujo algor¨ªtmico¡± que afecta a locales y negocios es el mismo que est¨¢ ayudando a construir la est¨¦tica oto?al que durante los ¨²ltimos a?os hemos abrazado con entusiasmo. El fil¨®sofo Marco Portillo llama a ese conjunto de referencias e ideas ¡°oto?o imaginado¡± y lo define as¨ª: ¡°De entre las cuatro estaciones, el oto?o es el estado mental m¨¢s mental. Una categor¨ªa emocional de Occidente, ahora ya global. Es Pinterest, es Lo-Fi, un hashtag, un fondo de pantalla, una pel¨ªcula bonita... Un delirio colectivo en la mente individual y viceversa. El domingo a mediod¨ªa del a?o. Una puesta a punto en la que cualquiera sabe lo que toca¡±.
Pero, ?qu¨¦ tiene de verdadero ese ¡°oto?o imaginado¡±? ?Es solo un espejismo algor¨ªtmico, una maniobra comercial o supone algo m¨¢s? Aesthetics Wiki, la enciclopedia virtual que recoge est¨¦ticas online, insiste en que los aspectos populares de la est¨¦tica de oto?o son las hojas que caen, las calabazas, los abrigos, el caf¨¦ y el estudio. Esta ¨²ltima ha dado lugar a toda una nueva tendencia, la Autumn Academia, que gira en torno a la b¨²squeda de conocimiento a trav¨¦s de la lectura y la investigaci¨®n, y combina velas arom¨¢ticas, parafernalia de Halloween, tonos ocres y escritorios repletos de material de escritura. Por su parte, los historiadores del arte, alrededor de estas fechas, recuerdan que la est¨¦tica oto?al no es exclusiva de Internet y que artistas de todas las ¨¦pocas, como el pintor suizo F¨¦lix Vallotton a principios del siglo XX o Caspar David Friedrich a inicios del XIX, ya la desarrollaron a su manera. Adem¨¢s, los bodegones de oto?o o las alegor¨ªa de las estaciones son temas recurrentes en pintura al menos desde el Renacimiento.
Iniciativas virales y buenos prop¨®sitos
En 2009, el ilustrador estadounidense Jake Parker propuso en su blog un reto para todos los compa?eros de profesi¨®n y aficionados al dibujo que quisieran mejorar su t¨¦cnica: crear una ilustraci¨®n diferente usando tinta durante cada uno de los 31 d¨ªas de octubre. Pronto la propuesta se hizo popular y, con algo de ejercicio y algo de competici¨®n, el llamado Inktober se convirti¨® en un cl¨¢sico del oto?o virtual. Movember es otro movimiento que anima a los hombres a dejarse crecer el bigote durante el mes de noviembre para llamar la atenci¨®n sobre la prevenci¨®n de varios tipos de c¨¢ncer espec¨ªficamente masculinos. Estos son dos buenos ejemplos de los desaf¨ªos que aparecen durante estos meses: virales, colectivos, bienintencionados y relacionados con actividades culturales y art¨ªsticas o con el vello corporal y la salud.
El psic¨®logo Ivo Vlaev, profesor en la Universidad de Warwick (Reino Unido), tiene una explicaci¨®n para este tipo de comportamientos. Vlaev ha desarrollado toda una teor¨ªa en torno al oto?o como periodo excepcional durante el que, a partir de una serie de respuestas emocionales y de sesgos cognitivos, somos m¨¢s proclives a tomar decisiones relacionadas con el autocuidado y el bienestar. ¡°A medida que el a?o se acaba, aumenta la motivaci¨®n para cumplir ciertos objetivos financieros, laborales o sentimentales¡±, explica el psic¨®logo. ¡°Aunque la reducci¨®n en las horas de luz solar puede resultar complicada para el humor y los niveles de energ¨ªa, esta estaci¨®n tambi¨¦n proporciona una buena oportunidad para la reflexi¨®n, la relajaci¨®n y el estrechamiento de los lazos sociales. Es un momento ¨²nico para cambiar de h¨¢bitos o para regular nuestras emociones¡±, contin¨²a.
Cuando habla de la influencia del oto?o, Vlaev distingue entre los factores naturales y los factores sociales y culturales a trav¨¦s de los que lo experimentamos. Entre los primeros, destaca las fluctuaciones en los niveles de melatonina y serotonina y las alteraciones en el ritmo del sue?o que provoca la falta de luz solar. Tambi¨¦n recalca el impacto positivo ¡ª demostrado, adem¨¢s, por la psicolog¨ªa del color¡ª que tienen sobre el humor los tonos rojos, naranjas y amarillos que presenta la vegetaci¨®n. Entre los sociales y culturales, se centra en todas esas ¡°asociaciones con la rutina y la responsabilidad¡± que ayudan a que esta sea una ¨¦poca para ¡°lograr y marcarse objetivos¡±. Esto tambi¨¦n conecta con la necesidad de prepararse para el invierno. ¡°Debido a la proximidad de las temperaturas m¨¢s fr¨ªas, valoramos las necesidades futuras m¨¢s de lo habitual¡±, comenta. Adem¨¢s, esto se traduce en todo tipo de ¡°gastos preventivos¡±, tanto relacionados con la salud como con el ocio que, previsiblemente, se llevar¨¢ a cabo en el interior de las casas. Vlaev ha observado, en definitiva, que muchos usamos el oto?o para enderezar lo poco que queda de a?o.
Estrategias comerciales (y musicales) para disfrutar de los d¨ªas m¨¢s cortos
Por supuesto, el oto?o no hace feliz a todo el mundo. Dispuestos a usar cualquier excusa para discutir (no siempre en serio), los usuarios de X se han dividido entre partidarios del fr¨ªo y partidarios del calor. Y los segundos, en cuanto llega octubre, asocian el oto?o con todo tipo de vicios burgueses. ¡°La narrativa moderna capt¨® muy bien esa magia que antes se expresaba en los magostos, la noche de difuntos, el fr¨ªo, la lumbre o las historias a la luz del candil. Aquel misterio de cuando la naturaleza lo marcaba todo¡±, apunta el fil¨®sofo Portillo. ¡°Algo de eso a¨²n perdura, pero es una l¨¢stima que esa energ¨ªa sea absorbida y reconducida por el capital para vender tonter¨ªas. A d¨ªa de hoy el calendario ya no es cristiano o pagano, sino comercial¡±. Y si hay unas empresas que tienen claro ese tir¨®n comercial del oto?o son las compa?¨ªas discogr¨¢ficas.
Aunque la banda sonora m¨¢s o menos oficial de la estaci¨®n est¨¢ dominada por temas tranquilos ¡ªcomo Las hojas muertas, esa vieja canci¨®n escrita por Jacques Pr¨¦vert que se convirti¨® en un est¨¢ndar del jazz¡ª o por el folk-rock de los artistas m¨¢s o menos hipsters que surgieron hace unos 15 a?os ¡ªFleet Foxes, Bon Iver o Sufjan Stevens¡ª, el oto?o es tambi¨¦n el momento en que m¨¢s discos de todos los g¨¦neros son lanzados al mercado. La cantante y compositora Alondra Bentley, que acaba de publicar La materia y es autora de temas como Autumn Rhyme o Mid-September, cree que no es casual: ¡°Por las caracter¨ªsticas que tiene el oto?o, como no estar hasta tan tarde en la calle, hay una especie de recogimiento, y cuando uno est¨¢ consigo mismo presta m¨¢s atenci¨®n a la cultura: al cine, a la lectura y, sin duda, a la m¨²sica¡±, reflexiona la cantautora. ¡°La m¨²sica es un soporte que, m¨¢s all¨¢ de lo que oyes en el disco, te ayuda a escucharte a ti mismo, a comprobar qu¨¦ te provocan esas canciones, esas melod¨ªas, esas letras¡¡±. El oto?o, adem¨¢s, es el momento de volver a las salas de conciertos con la ¨²ltima temporada de festivales de verano en el retrovisor y la siguiente todav¨ªa lejos. Adem¨¢s, hay quien cree que un ¨¢lbum lanzado recientemente tiene m¨¢s posibilidades de aparecer en las listas de ¡°lo mejor del a?o¡± porque los cr¨ªticos lo tendr¨¢n m¨¢s en cuenta cuando las elaboren.
En cualquier caso, para Bentley, como buena amante de la m¨²sica folk, el entusiasmo oto?al es m¨¢s que sincero: ¡°En nuestro g¨¦nero es la tem¨¢tica m¨¢s evidente y m¨¢s f¨¢cil de encontrar porque todos hablamos del oto?o y de la lluvia¡±. Entonces, ?se puede disfrutar del oto?o sin verlo a trav¨¦s de tantos filtros? ¡°Es complicado no caer en clich¨¦s, no parecer Pantomima Full, pero, en mi caso, todos esos olores y esa cosa sensorial del fr¨ªo en la cara (porque en mi familia nos mov¨ªamos en bici y en moto), de la chimenea, aunque suene inevitablemente a parodia, son elementos que me llevan a mirar atr¨¢s¡±, contesta. ¡°Dicen que la primavera la sangre altera y a m¨ª me sucede lo contrario: eso me pasa ahora. Tal vez sea porque la primera vez que me enamor¨¦ fue en oto?o y, desde entonces, determinadas sensaciones, olores, colores o im¨¢genes oto?ales me permiten volver a experimentarlo a trav¨¦s de una especie de memoria del cuerpo. Es mi momento favorito del a?o¡±, concluye la compositora.