Soledad, autoestima e identidad: los problemas del uso masivo de redes sociales entre j¨®venes
El 98,9% de los adolescentes tiene una cuenta en Instagram, TikTok o X que usa a diario y donde su perfil digital est¨¢ en constante cambio para adaptarse a un mundo ¡®online¡¯ impredecible y ef¨ªmero. Una idea subyace en eso: si no est¨¢s conectado, ni perteneces, ni eres
En Instagram solo se publica una foto de las muchas que se pueden tomar en la playa que triunfa en redes sociales. Las historias de esta aplicaci¨®n solo muestran 15 segundos de las 24 horas que tiene el d¨ªa. De todos los trends que aparecen en TikTok se realiza el baile m¨¢s popular de la semana. Y los comentarios y opiniones sobre el ¨²ltimo debate del momento quedan reducidos a un meme o a los 280 caracteres en X. Todo esto con un fin: crear y consolidar un perfil en redes sociales. O, dicho de otro modo, construir una identidad digital que se adapta constantemente a los cambios de un mundo online, impredecible y ef¨ªmero. Ello exige un uso constante de las redes sociales para habitarlo, y puede acarrear problemas como la distorsi¨®n de la identidad real en favor de la digital, los sentimientos de soledad y la erosi¨®n de la autoestima debido a la comparaci¨®n constante.
Los j¨®venes est¨¢n cr¨®nicamente conectados porque Instagram, TikTok, YouTube o X se han convertido para los centennials (nacidos entre 1995 y 2009) y los alpha (de 2010 en adelante) en el no-lugar donde suceden las cosas. Hablan y conectan con personas que no est¨¢n en un mismo espacio f¨ªsico, comparten lo que est¨¢ pasando en ese instante a la vez que son testigos de ello y se enteran, en menos de un minuto, de las nuevas y ef¨ªmeras modas. Para estas generaciones ¡ªel 98,9% tiene un perfil personal en redes sociales y lo emplea a diario, seg¨²n el estudio Ocio digital. Redes sociales, elaborado por la fundaci¨®n Fad Juventud con datos de 2023¡ª, consumir contenido online y crearlo es la nueva forma de socializar y de formar la autoconcepci¨®n. Quienes han crecido con menor interacci¨®n cara a cara de la historia se gu¨ªan por lo siguiente: si no est¨¢s conectado, ni perteneces, ni eres.
¡°Al principio, no quer¨ªa crearme un perfil en Instagram pero, con 15 a?os, lo hice por presi¨®n social¡±, relata Candela (prefiere no dar su apellido) en una conversaci¨®n con EL PA?S. Ahora, con 24 a?os, entra a la red social, al menos, tres veces al d¨ªa. ¡°Reviso las historias y, si tengo tiempo, veo las publicaciones o los reels. Tambi¨¦n respondo algunos mensajes directos¡±. En su rutina diaria, mirar las redes sociales, a pesar de que realiza una o dos publicaciones al a?o en Instagram, tiene un papel importante: ¡°Me ayudan a despejarme y me dan esa dosis de dopamina diaria¡±.
En su experiencia como usuaria de redes sociales destacan unos patrones comunes a muchos. Cuando era m¨¢s joven sinti¨® la presi¨®n de gestionar, de forma constante, su imagen virtual en Instagram. Ahora reconoce que, en estas plataformas, procura no maquillar qui¨¦n es aunque ¡°a veces resulta inevitable¡±. En momentos de transici¨®n entre las nuevas y viejas amistades, se sinti¨® sola y aislada ¡°al estar en casa y ver c¨®mo otras personas estaban disfrutando de amistades aparentemente perfectas¡±. Y si bien no est¨¢ pendiente de lo que publican diariamente los creadores de contenido a los que sigue, s¨ª que, en sus palabras, ¡°en ocasiones me he comparado con personas que muestran vidas m¨¢s lujosas, variadas o felices¡±. Su realidad no es ajena a la de muchos j¨®venes que padecen, o padecieron, problemas de identidad, soledad y autoestima por el uso masivo de las redes.
La difusi¨®n de los l¨ªmites entre la identidad real y la digital
Los perfiles personales en Instagram, TikTok o X son la carta de presentaci¨®n de una persona. Una selecci¨®n de fotos propias, tuits que resumen un problema social cuya profundidad no se alcanza a entrever, un reel con las ¨²ltimas lecturas del mes, una historia para presumir del ¨²ltimo plan de fin de semana o un meme que engloba a todo un nicho poblacional. El objetivo que se persigue con la creaci¨®n de contenido es claro: mostrar al mundo qui¨¦n es una persona o qui¨¦n quiere ser. Sin embargo, esta dicotom¨ªa puede, en ocasiones, desdibujar los l¨ªmites entre la identidad real y la digital, favoreciendo la segunda.
El ensayista N. S. Lyons, responsable del popular bolet¨ªn The Upheaval en el que explora los cambios culturales, tecnol¨®gicos y pol¨ªticos en nuestra era, lo resum¨ªa de la siguiente manera en una conversaci¨®n con la escritora Freya India en su newsletter Girls: ¡°Las redes sociales nos reducen a etiquetas de identidad o a preferencias de consumo. Y ambas nos encasillan en categor¨ªas cerradas. Lo que realmente importa ¡ªnuestro car¨¢cter, nuestras virtudes o c¨®mo tratamos a las personas¡ª no es algo que pueda mostrarse online f¨¢cilmente¡±.
Un ejemplo de esta sumisi¨®n de la identidad real a un patr¨®n de redes sociales es la adscripci¨®n al concepto Thought Daughter (cuya traducci¨®n podr¨ªa ser algo as¨ª como la hija pensante) entre las chicas j¨®venes en TikTok. Esta est¨¦tica engloba a aquellas mujeres hipersensibles, que leen cl¨¢sicos, escriben diarios, escuchan a Lana del Rey y tienen tendencia a so?ar despiertas, de acuerdo con el v¨ªdeo The rise of the Thought Daughter: reading aesthetic of femcel rebrand?, de la cuenta According to Alina. En la plataforma digital triunfan los v¨ªdeos de chicas reivindicando que son Thought Daughter, una identidad com¨²n creada en redes sociales que traspasa las fronteras virtuales.
En los perfiles de las plataformas digitales se crea una persona ¡ªadaptada a las nuevas y ef¨ªmeras modas¡ª a partir de compartir peque?as dosis de la vida real y que se adscribe a causas o etiquetas que abarcan caracter¨ªsticas comunes a un g¨¦nero o a unos rasgos de la personalidad. Esto provoca que las identidades, de forma cada vez m¨¢s acuciante entre las mujeres j¨®venes, sean algo que debe ser gestionado principalmente en redes sociales de forma obsesiva y constante. Lo que propicia el desarrollo de una sociedad individualista y con tendencia a la soledad.
La contradicci¨®n de las redes sociales: estar constantemente acompa?ado, pero estar solo
El uso de redes sociales ha derivado en una fuerte tendencia hacia el individualismo y a un consecuente aislamiento ¡ªel 34,6% de los j¨®venes entre 18 y 24 a?os sufre soledad no deseada, seg¨²n el ¨²ltimo bar¨®metro de la fundaci¨®n ONCE y AXA¡ª. Porque cada perfil representa a un individuo el cual es el protagonista en todo momento. Porque desde el sof¨¢ de una casa se puede acceder a cualquier espacio del mundo. Porque todos los usuarios comparten c¨®mo se sienten, lo que les gusta o sus ideas, evitando las dificultades de las interacciones cara a cara. Y porque las redes demandan una constante atenci¨®n a lo qu¨¦ ocurre en el mundo online en favor del real.
Esta individualidad extrema deriva en un sentimiento de soledad a pesar de que, en apariencia, cada persona est¨¢ constantemente acompa?ada en redes sociales. Se ilustra con un ejemplo que no es ajeno a muchos j¨®venes: en ocasiones, la preocupaci¨®n principal durante un concierto, un viaje o una quedada con amigos es c¨®mo tomar una foto o grabar un v¨ªdeo para que tenga mayor repercusi¨®n en redes sociales y estar luego pendiente de las reacciones de forma obsesiva. Eva Molero, psic¨®loga y psicoterapeuta experta en terapia juvenil, infantil y familiar, explica la raz¨®n detr¨¢s de este motivo ulterior: ¡°Queremos que el resto de personas vean que lo estoy pasando bien, que me relaciono, que he ido al lugar de moda. Y, todo esto, viene de la necesidad de aprobaci¨®n¡±.
Adem¨¢s, esto propicia, de acuerdo con Alejandro G¨®mez, soci¨®logo de la fundaci¨®n Fad Juventud, la formaci¨®n de v¨ªnculos sociales y comunitarios m¨¢s d¨¦biles construidos sobre un sentimiento generalizado de soledad. ¡°Ya no es juntarme en el parque con mi amigo a charlar. Ahora es juntarme en el parque con mi amigo para charlar con el m¨®vil con otra persona¡±. Por tanto, lo que esconden las redes sociales es una ilusi¨®n: en apariencia, tienes a muchas personas a tu alrededor para ayudarte y hacerte compa?¨ªa pero, en realidad, est¨¢s sola.
La condena a nuestras vidas porque no son como las de Instagram
La industria de las redes sociales se sostiene en la comparaci¨®n constante. Viaje a un para¨ªso tropical en pleno invierno. Tour por un piso en el centro de una capital gentrificada y con los alquileres disparados. O un outfit compuesto con la ¨²ltima colecci¨®n de una marca que no est¨¢ al alcance de la clase media. Los j¨®venes se enfrentan, en un d¨ªa a d¨ªa desarrollado online, a un constante bombardeo de lo que no son y de lo que no tienen. Todo esto acaba propiciando un detrimento de la autoestima al no poder alcanzar las vidas que las influencers muestran en sus perfiles. ¡°Una adolescente piensa que una persona con dos millones de seguidores en Instagram lleva una vida normal y que puede ser como ella¡±, comienza G¨®mez. ¡°Adem¨¢s, como tiene seguidores y likes, t¨² tienes que ser eso o no est¨¢s bien¡±.
Las redes sociales han favorecido la construcci¨®n de un tipo de referente muy espec¨ªfico: una persona cuyo trabajo es crear contenido y hacer publicidad en sus distintos perfiles y que muestra una realidad alejada de la que un adolescente puede alcanzar. Molero explica as¨ª esta situaci¨®n: ¡°Personas con la autoestima en construcci¨®n o m¨¢s vulnerables se comparan constantemente con los referentes en redes y siempre salen perdiendo al no poder alcanzar la vida que otras personas muestran¡±. Con esta idea coincide G¨®mez, para quien tambi¨¦n la autoestima de los j¨®venes se ve minada debido a que, en la comparaci¨®n con los referentes de las distintas plataformas digitales, el usuario com¨²n siempre va a perder. ¡°Es entendible con 15 a?os tengas una necesidad de encajar. Entonces, en ese camino para lograrlo se fijan mucho en la gente que m¨¢s encaja hoy y es aquella que tiene m¨¢s ¨¦xito en redes sociales. Y de aqu¨ª surge la comparaci¨®n¡±. Sin embargo, en palabras de la psic¨®loga, ¡°no debemos olvidar que las redes son un negocio y que el contenido que publican viene de un privilegio econ¨®mico y social que la mayor¨ªa de personas no tienen¡±. Y que, adem¨¢s, la mayor¨ªa tiene un equipo de marketing detr¨¢s que gu¨ªa, controla y aprueba lo que muestran.
Los j¨®venes viven en redes sociales. Antes de dormir, el dedo se desliza para pasar al siguiente reel del infinito archivo de Instagram. Cada ma?ana se abre X para conocer el tema del d¨ªa. Y TikTok es el foro com¨²n donde resolver problemas cotidianos. Todo esto para descubrir qui¨¦nes son recreando la est¨¦tica brat o demure, seg¨²n la ¨¦poca del a?o. Para salvarse de una soledad no deseada de la que dif¨ªcilmente pueden encontrar escapatoria en su m¨®vil. Para, en fin, volver siempre al mundo de las redes sociales que nunca te satisface pero siempre te da.
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