Vivir de espaldas al oc¨¦ano
En la d¨¦cada clave para la econom¨ªa verde, los mares piden una mirada m¨¢s azul que los proteja y puedan seguir garantizando nuestra supervivencia como especie
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Pocos focos acapara la gran superficie que es el oc¨¦ano, el 70% del ¨¢rea terrestre, sin el cual no habr¨ªa vida sobre la que ejercer la transici¨®n verde que est¨¢ en boca de todos. El mensaje del secretario general de las Naciones Unidas, Ant¨®nio Guterres, es contundente; pide ¡°actuar de forma intersectorial¡± para afrontar ¡°la presi¨®n insostenible sobre ecosistemas marinos y costeros¡±. Un reto que involucra a tantas partes como intereses y que, no obstante, necesita de un abordaje ambicioso. De ah¨ª que el Pacto Verde Europeo haga una menci¨®n espec¨ªfica a la Econom¨ªa Azul.
¡°Todo lo verde est¨¢ muy desarrollado, no as¨ª lo azul, ?c¨®mo se afronta todo lo que pasa en el mar desde una perspectiva clim¨¢tica y de sostenibilidad social y econ¨®mica?¡±, plantea la ocean¨®grafa Yolanda Molares Montero, directora del Instituto para el crecimiento sostenible de la empresa (Icsem) en Vigo. ¡°La Comisi¨®n Europea ha vinculado el plan de recuperaci¨®n a la Econom¨ªa Azul, que implica a los sectores e industrias del oc¨¦ano, mares y costas que son fuente de salud, econom¨ªa, empleo, nutricional¡ Todos deben reducir su impacto ambiental para garantizar que tengamos mares sanos¡±, expone e insiste en tender puentes para invitar a todos los actores.
Pero este acuerdo no es f¨¢cil porque cada parte defiende sus intereses, no siempre compatibles; y en ocasiones no siguen las recomendaciones de la ciencia y organismos internacionales, que hay que recordar que no son vinculantes. No sientan bien los art¨ªculos cient¨ªficos que se?alan a determinados sectores como parte del problema. Un ejemplo: el sector pesquero no encaj¨® bien el art¨ªculo publicado en marzo en Nature, donde se abordan los impactos de la pesca industrial. Se explica el impacto de las redes de arrastre en los fondos marinos y que la pesca industrial bombea m¨¢s CO? que la aviaci¨®n; alrededor de mil millones de toneladas de los sedimentos cada a?o.
Tampoco ayudan documentales como Seaspiracy (Netflix, 2021), pues a pesar de contener informaciones imprecisas, ha acercado el maltrato animal y la semiesclavitud en flotas de Asia al gran p¨²blico. Parte del metraje est¨¢ dedicado a la pesca de arrastre. Desde la Confederaci¨®n Espa?ola de Pesca (Cepesca) denuncian ¡°haber sido siempre el blanco f¨¢cil¡±, en palabras del secretario general, Javier Garat, que insiste en defender las pr¨¢cticas en Europa. ¡°Hemos hecho grandes esfuerzos y no se nos reconoce. No nos gusta el planteamiento de la Comisi¨®n que subraya la sobreexplotaci¨®n para justificar determinadas propuestas, pero no habla de los avances que se han producido en los ¨²ltimos a?os con relaci¨®n a la sostenibilidad pesquera, ni del impacto de la contaminaci¨®n marina generada, sobre todo, en tierra o del impacto de otras actividades como el gas, el petr¨®leo, el transporte o la energ¨ªa e¨®lica marina¡±.
Necesidad de acuerdos
Consciente de las diferencias, la Comisi¨®n Europea ha publicado sus recomendaciones para que todos los pa¨ªses busquen espacios de encuentro. El ¡®Foro Azul¡¯ pretende ser un marco para debatir sobre el oc¨¦ano y la econom¨ªa a su alrededor. Para el doctor en Ciencias del Mar por el CSIC y ambient¨®logo, Pablo Rodr¨ªguez Ros, ¡°falta di¨¢logo con la gente que trabaja en el oc¨¦ano, que no son solo pescadores, tambi¨¦n trabajadores del sector tur¨ªstico, emprendedores que est¨¢n estudiando, por ejemplo, c¨®mo hacer biocombustibles con algas y alimentos marinos m¨¢s sostenibles; hay cient¨ªficos, y no se nos oye mucho. Reivindico este tipo de espacios¡±. La ocean¨®grafa gallega insiste sobre este punto, que ve como una oportunidad: ¡°Deben sentarse los inversores, los cient¨ªficos y los emprendedores¡±.
Es la misma reivindicaci¨®n que se traslad¨® en abril en el foro que organiz¨® la conservera gallega Jealsa sobre la sostenibilidad de los recursos marinos. ¡°Los expertos de la pesca espa?ola reclamaron una mayor colaboraci¨®n activa por parte de todos los agentes del sector¡±, traslada la compa?¨ªa en un comunicado. Foros como este o marcos como el que la Comisi¨®n Europea pretende tienen la misi¨®n de construir una definici¨®n de pesca sostenible; pues aunque hay sellos privados que la certifican, a¨²n hay diferencias en la concepci¨®n.
El gran p¨²blico, seg¨²n el informe Radiograf¨ªa del consumidor responsable, realizado por el programa de RSC de Jealsa, We Sea, confirma que un 82% de los encuestados considera importante o muy importante que las empresas del sector pesquero luchen por erradicar la contaminaci¨®n en mares y oc¨¦anos. Sin embargo, seg¨²n esta fuente, solo un 52% estar¨ªa dispuesto a consumir ¨²nicamente productos sostenibles del mar. La cifra invita a pensar en el trabajo que queda por hacer en este sector pues ya en 2019 un estudio de la OCU y NESI f¨®rum cifraba en un 73% los consumidores en Espa?a que ya tomaban decisiones de compra teniendo en cuenta la sostenibilidad.
¡°Las empresas deber¨ªan comprometerse para transmitir los valores de consumo sostenible para que la demanda sea mayor todav¨ªa¡±, remarcan desde la conservera. Para Cepesca, el sector debe practicar la sostenibilidad ¡°al 100%, a trav¨¦s de un equilibrio entre la conservaci¨®n de la biodiversidad y el uso sostenible de los recursos naturales¡±. El directivo recuerda que Espa?a ¡°ha cerrado un mont¨®n de kil¨®metros cuadrados para evitar que los ecosistemas marinos vulnerables se vean afectados por la pesca¡±
Replantear las ¨¢reas protegidas
Sin embargo, defensores del oc¨¦ano como el fundador de la consultor¨ªa estrat¨¦gica The Varda Group, R¨¦mi Parmentier, considera que la pesca moderna industrial necesitar¨ªa una profunda transformaci¨®n para ser sostenible: ¡°Tiene una historia de sobreexplotaci¨®n a todos los niveles, desde el social al ambiental¡±. Voces como la suya hablan de repensar de forma m¨¢s ambiciosa las ¨¢reas marinas protegidas. Habla de ¨¢reas marinas explotables; es decir, que las zonas protegidas no sean la excepci¨®n, sino que la norma sea ¡°proteger el h¨¢bitat y la vida marina¡±, y que los que quieren llevar a cabo actividades extractivas se comprometan a demostrar que su actividad no tiene impacto (y no sea la ciencia la que, a posteriori, lo denuncie). Esto obligar¨ªa a realizar y tomar en serio los estudios de impacto ambiental ¡°antes de llevar a cabo nuevas actividades extractivas o potencialmente da?inas, especialmente en el alta mar, m¨¢s all¨¢ de las 200 millas jurisdiccionales, como se est¨¢ considerando en la actualidad en el marco de la ONU¡±. El alta mar representa el 64% de la superficie del oc¨¦ano, es decir el 45% de la superficie de nuestro planeta, pero como no es de nadie, hay pocos instrumentos para protegerla; desde hace una d¨¦cada est¨¢ en fase de negociaci¨®n un acuerdo internacional para la conservaci¨®n de la biodiversidad en alta mar, pero de momento est¨¢ congelado por la pandemia.
Tambi¨¦n recomienda replantear subsidios y el sistema de cuotas para la pesca de peces grandes ¨Cat¨²n, pez espada, tiburones¨C, basado en l¨ªmites de peso, por n¨²mero de peces, y controlar as¨ª la poblaci¨®n. Tambi¨¦n menciona la contaminaci¨®n por pl¨¢sticos y micropl¨¢sticos y defiende que, m¨¢s que seguir poniendo la responsabilidad en el consumidor, debe recaer en el productor y el regulador. ¡°Falta un r¨¦gimen que regule y sancione el da?o ambiental, hay que legislar sobre el asunto. Invito a la responsabilidad pol¨ªtica de los que pueden crear un marco jur¨ªdico que permita cambiar las pautas de producci¨®n y el consumo, no valen acuerdos voluntarios ni actuaciones a corto plazo¡±, plantea Parmentier, quien lamenta que muchos pol¨ªticos ¡°no vean m¨¢s all¨¢ del siguiente plazo electoral¡±. Los comprometidos con la transici¨®n se enfrentan a obst¨¢culos por intereses creados en el camino, se ve a diario¡±.
Lo que parece evidente es que, de todos los problemas del mar, el del pl¨¢stico es uno de los que se ha abordado con m¨¢s contundencia. Quiz¨¢, ¡°porque se ha visto que es una fuente de negocio¡±, como desliza Rodr¨ªguez Ros, que lamenta que ¡°otros procesos naturales igualmente graves se queden fuera de los focos porque no entran en el juego del mercado, porque la soluci¨®n es tecnol¨®gicamente lejana o directamente imposible¡±. En este punto, Molares pide mirar a trav¨¦s de la lente de la Econom¨ªa Azul; pues conf¨ªa en que se pueda abordar cada una de las amenazas del mar como una urgencia y una necesidad, pero tambi¨¦n como una oportunidad de negocio para ¡°sectores de todo tipo: del turismo y el ocio a la medicina, la biotecnolog¨ªa, o el textil, que pueden encontrar en el oc¨¦ano una revoluci¨®n¡±.
El fondo marino y el clima
Ayudar¨ªa conocerlo mejor. Saber, por ejemplo que es regulador del clima y juega un papel clave absorbiendo un tercio del CO? antropog¨¦nico (producido por la humanidad) y el 90% del calor que creamos. Ser¨ªa deseable entender la conexi¨®n del oc¨¦ano con el di¨®xido de carbono, hay mecanismos por el cual el oc¨¦ano lo captura no solo en superficie sino en capas profundas, lo que se llama sumidero de carbono. Rodr¨ªguez Ros pide ¡°prestar atenci¨®n a las profundidades, no solo a nivel clim¨¢tico, sino de biodiversidad¡±, porque el fondo marino tambi¨¦n regula el clima. ¡°El agua no solo se calienta en superficie, el exceso de calor se acumula al fondo y puede tener l¨ªmite¡±. El ambient¨®logo recuerda que, seg¨²n el ¨²ltimo informe del IPCC, desde 1973 los oc¨¦anos han absorbido m¨¢s del 90% del calor de la atm¨®sfera. ¡°Es el momento de dejar de vivir de espaldas al oc¨¦ano porque, aunque lo pretendamos, no lo estamos. La humanidad impacta sobre el oc¨¦ano y gracias y a trav¨¦s de ¨¦l se desarrollaron las civilizaciones, el conocimiento¡ Nosotros no podemos ser humanidad sin ser oc¨¦ano¡±.
Como recuerda su colega Parmentier ¡°el oc¨¦ano es la sala de m¨¢quinas del sistema clim¨¢tico, pero esto tiene un coste¡±, dice mencionando la acidificaci¨®n creciente de las aguas, de la que advirti¨® el informe del IPCC presentado en la ¨²ltima Cumbre del Clima. ¡°Tiene consecuencias para la vida marina, especialmente para los organismos que crean conchas, sus caparazones se ven afectados, se vuelven vulnerables¡±. Tambi¨¦n recuerda que la elevaci¨®n de la temperatura afecta a ecosistemas marinos. ¡°La desoxigenaci¨®n, que crea zonas muertas por falta de ox¨ªgeno, y el calentamiento del mar, afectan a las migraciones de los peces. La pesca debe adaptarse a estos escenarios. Los eventos clim¨¢ticos extremos son y ser¨¢n cada vez m¨¢s frecuentes¡±, sentencia Parmentier y recuerda que hay zonas en el Pac¨ªfico ¡°que ya no son habitables¡± por la elevaci¨®n del nivel del mar.
Y esto invita a reflexionar sobre el hecho de que hoy no hay problema que solo afecte a un ¨¢rea, todo repercute en el resto. ¡°T¨² en Madrid contaminas el r¨ªo y acaba en el oc¨¦ano, que es solo uno para todos. Cada acto acaba all¨ª y nos perjudica a todos¡±, remarca Molares. Por eso, su discurso vuelve a la Econom¨ªa Azul. ¡°Ahora toca hablar m¨¢s de ella, hay que hacer esfuerzos para financiarla. No son temas medioambientalistas, es de supervivencia.¡±. La Fundaci¨®n Biodiversidad dispone de programas de ayudas para ello, como el Programa Pleamar, cofinanciado por el Fondo Europeo Mar¨ªtimo y de Pesca, para ¡°abordar la reducci¨®n de las capturas accesorias o el aprovechamiento de los descartes pesqueros, identificar nuevas materias primas para la alimentaci¨®n de peces o la mejora de los sistemas de cultivo en la acuicultura¡±. Adem¨¢s tienen el Programa Empleaverde, cofinanciado por el Fondo Social Europeo, con una l¨ªnea para el apoyo de proyectos vinculados a la econom¨ªa azul.
Econom¨ªa azul y emprendimiento sostenible
En los ¨²ltimos a?os ha crecido el n¨²mero de iniciativas empresariales que transforman los desechos del oc¨¦ano en algo ¨²til y, de paso, cumplen con una funci¨®n social. En el textil, un ejemplo es Ternua. Premiada por la innovaci¨®n en los tejidos sostenibles, la empresa deportiva vasca ha usado los desechos para confeccionar sus prendas. Su primer proyecto de limpieza de oc¨¦anos, Redcycle, en 2015, recuper¨® y convirti¨® en hilo 12 toneladas de redes con las cofrad¨ªas de pescadores. En 2019, en colaboraci¨®n con otras empresas y el Gobierno vasco, llev¨® a cabo Seacycle y convirti¨® toneladas de residuos en tejido. Tambi¨¦n en el norte est¨¢ EcoBallution, que pone en valor el trabajo de las ¡®redeiras¡¯ gallegas, contrat¨¢ndolas para producir redes de baloncesto hechas a mano con redes de pesca recicladas, y redes para transportar balones. Hay m¨¢s ejemplos de concienciaci¨®n en otros sectores. Las bodegas Mar de Frades han participado en la edici¨®n de este a?o de CasaDecor (hasta el 21 de junio en la Plaza Canalejas, 3 de Madrid) decorando estancias de la sede con el trabajo en el Atl¨¢ntico del fot¨®grafo subacu¨¢tico Enric Gener, titulado Sea Conscious. Tambi¨¦n est¨¢ involucrada en temas del oc¨¦ano Red El¨¦ctrica, cuyo proyecto Bosque Marino ha constatado la supervivencia de la plantaci¨®n de fragmentos de Posidonia oce¨¢nica en la bah¨ªa de Pollen?a iniciada hace dos a?os, con una tasa de supervivencia superior al 90%. Ejemplos que ayudan a visibilizar una revoluci¨®n azul que tambi¨¦n debe ser verde.
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