Extraescolares gratuitas y sin salir del colegio
El sistema p¨²blico requiere incrementar sus recursos para ofrecer actividades vespertinas que complementen lo aprendido en clase

De entrada, a los expertos consultados para este reportaje les parecen bien las extraescolares. ¡°En su justa medida, equilibradamente, complementan el trabajo escolar profundizando en los intereses del estudiante o reforzando sus debilidades¡±, asume Ana Cobos, presidenta de la Confederaci¨®n de Organizaciones de Psicopedagog¨ªa y Orientaci¨®n de Espa?a (COPOE). Los problemas vienen a partir del pero con el que los mismos expertos transforman sus oraciones en coordinadas adversativas cargadas de cr¨ªticas. Por resumir, se?alan que estas actividades son excesivas y estresantes; no tienen en cuenta los intereses de los ni?os y ni?as; se han convertido en una mera herramienta de conciliaci¨®n para las familias, y en un foco de desigualdad entre quienes pueden y no pueden pag¨¢rselas. ¡°Tal y como est¨¢n planteadas, no responden a una necesidad de crecimiento de los ni?os; no los estamos mirando a ellos, sino a nosotros¡±, sentencia la especialista en educaci¨®n a trav¨¦s del juego Imma Mar¨ªn.
EL PA?S re¨²ne a otros tres especialistas en una charla virtual sobre extraescolares. Manuel Fern¨¢ndez Navas, profesor de Did¨¢ctica en la Facultad de Ciencias de la Educaci¨®n de la Universidad de M¨¢laga, ve sentido a estas actividades como complemento cultural (y gratuito) dentro de los colegios, y encuadradas ¡°en la l¨®gica de esa vieja idea de los centros como dinamizadores de sus entornos¡±. Toni Solano, director del IES Bovalar de Castell¨®n, coincide en que pueden ser complemento o ampliaci¨®n, pero nunca cubrir un vac¨ªo que deje la escuela. ¡°Mucho menos a costa del bolsillo de las familias¡±, apostilla Mar¨ªa del Carmen Morillas, presidenta de la Federaci¨®n de la Comunidad de Madrid de Asociaciones de Padres y Madres del Alumnado (FAPA) Francisco Giner de los R¨ªos. El tema a debatir es, a juicio de los tres, un hilo m¨¢s del ovillo de problemas estructurales del sistema: tirando de ¨¦l van saliendo los dem¨¢s.
¡°Que en la p¨²blica haya quien normalice que sus estudiantes han de reforzar su asignatura por las tardes me parece terrible¡±, lamenta Solano, quien, ojo, tambi¨¦n entiende la postura del docente con 30 alumnos en el aula, much¨ªsima diversidad y dificultades para llegar a todos. ¡°Es urgente bajar las ratios¡±, exige Fern¨¢ndez Navas, dicho lo cual, bucea hacia la cuesti¨®n m¨¢s de fondo de c¨®mo se conciben las clases. ¡°Si es solo dar el libro de texto y mandar deberes para casa, con las extraescolares como refuerzo, me parece nefasto. Es entrar en la din¨¢mica neoliberal que siempre genera desigualdad, y en una din¨¢mica de extraescolar como extensi¨®n del mal trabajo escolar¡±, lamenta.
La proporci¨®n de clases particu?lares que se dedica a materias curricula?res centrales para recuperaci¨®n y refuerzo es muy baja entre los alumnos de la privada ¡ªen la que las familias centran sus esfuerzos, sobre todo, en los idiomas¡ª, alcanza un 30% del total en la red concertada y algo m¨¢s del 40% entre los de la p¨²blica, seg¨²n constata Educaci¨®n en la sombra en Espa?a, publicado por EsadeEcPol en 2023. ¡°Es una prueba m¨¢s de que los hogares m¨¢s pudientes tienden a invertir m¨¢s en clases de ampliaci¨®n para incrementar la oportunidad de aprender de sus hijos, mientras que los hogares con menos recursos concentran el esfuerzo de gasto en clases para recuperar o reforzar, y as¨ª prevenir y combatir la repetici¨®n de curso¡±, concluye el informe.
Educaci¨®n en la sombra
El mayor estudio realizado hasta la fecha sobre este mercado certifica que un 47% de familias con hijos en edad escolar en Espa?a pagan clases fuera del horario lectivo; el porcentaje es todav¨ªa mayor en centros concertados y privados, y en hogares de rentas altas; y sube por encima del 60% en Educaci¨®n Secundaria Obligatoria (ESO) y Bachillerato. Dos de cada tres euros van destinados a ampliar y perfeccionar; uno a reforzar y recuperar. Los autores ¡ªel catedr¨¢tico de Did¨¢ctica y Organizaci¨®n Escolar de la UNED Juan Manuel Moreno y el economista ?ngel Mart¨ªnez¡ª llaman a todo esto ¡°educaci¨®n en la sombra¡±. Un negocio muy jugoso que ascendi¨® a 1.700 millones de euros en el curso 2019-2020, seg¨²n recoge su informe a partir de la Encuesta de gasto de hogares en educaci¨®n de ese ciclo. ¡°El volumen de este mercado en Espa?a ha crecido de modo imparable en lo que va de siglo y representa una parte cada vez m¨¢s importante del gasto privado en educaci¨®n (casi un 15% en 2021)¡±, concluyen.
Las familias madrile?as fueron las que m¨¢s dinero se dejaron en el empe?o: 350 euros por alumno, frente a los 270 euros de la media nacional; tambi¨¦n fueron las que m¨¢s desembolso hicieron en idiomas. Algo que, seg¨²n Morillas, puede ir asociado ¡°al gran problema que tenemos con el programa de biling¨¹ismo de la Comunidad de Madrid; a las cosas que no quedan resueltas en el centro educativo¡±, especifica. En general, el ingl¨¦s concentr¨® el 46% del gasto nacional en clases particulares y fue una prioridad para los hogares nacionales.
Educaci¨®n en la sombra en Espa?a deja constancia del impacto negativo de las clases particulares para la equidad educativa: ¡°Tanto en la red p¨²blica como en la concertada, el gasto medio por alumno de los hogares m¨¢s ricos triplica al de los hogares m¨¢s pobres¡±; si bien es cierto que los hogares de ingreso medio y bajo est¨¢n aumentando el porcentaje de sus presupuestos dedicados a este cap¨ªtulo. Los trabajos sobre extraescolares publicados entre 2000 y 2020, y revisados en 2021 por el entonces doctorando de la Universidad Complutense de Madrid Juan Pedro Franco Hidalgo-Chac¨®n, arrojaban que el coste de estas actividades ¡°podr¨ªa suponer un elemento m¨¢s de exclusi¨®n social en las familias con menos recursos, y no contribuir a la conciliaci¨®n¡±.

Cambio de tendencia
Seg¨²n la recopilaci¨®n de Franco Hidalgo-Chac¨®n, en 2007 las actividades m¨¢s demandadas eran las recreativas ¡ªcon los deportes a la cabeza¡ªcon m¨¢s de 20 puntos porcentuales con respecto a las cognitivas (idiomas y m¨²sica, sobre todo). El investigador reforz¨® estos datos con una encuesta m¨¢s cualitativa, realizada en el curso 2018-2019. Aqu¨ª ya se observaba m¨¢s equilibrio entre el alumnado participante en las actividades recreativas (un 76,7%) y cognitivas (un 69,4%); incluso avanzaba que ¡°se observa un cambio de tendencia hacia las extraescolares cognitivas, con la aparici¨®n de nuevas como rob¨®tica, programaci¨®n y las cient¨ªficas¡±. La elecci¨®n parec¨ªa recaer en los escolares: un 76,7% les dedicaban de dos a cuatro d¨ªas a la semana, un 26,7% de ellos en su propio colegio.
¡°El de los tiempos escolares es el debate de los ego¨ªsmos, tanto por parte de los docentes como de las familias¡±, reconoce autocr¨ªtica Morillas, de la FAPA. El director de instituto Toni Solano cree que la jornada en la ESO es demasiado larga. Apuesta por acortarla y completarla, ya en horario vespertino, con extraescolares financiadas por el sistema p¨²blico, ¡°en la medida de lo posible¡±, y de corte l¨²dico, cultural y deportivo. Por ejemplo, hasta las cinco de la tarde. En el momento actual, la propuesta le parece una utop¨ªa, habida cuenta de la infrafinanciaci¨®n que sufren los centros educativos. Fern¨¢ndez Navas comparte su visi¨®n, advirtiendo de que el cambio no lo puede financiar el colegio ni hacerse a costa del claustro.
Para este experto de la Universidad de M¨¢laga lo que est¨¢ en el centro del debate es la jornada continua y partida. ¡°La continua nos gusta, porque es m¨¢s c¨®moda, para el profesorado y el alumnado; es sano que lo enfoquemos as¨ª¡±, reconoce. Saca a colaci¨®n el concepto de jornada completa, ¡°aunque no para el profesorado, y no con los ni?os 6,5 horas atornillados a una silla¡±, aclara. Ser¨ªa un buen escenario para la intervenci¨®n de los animadores socioculturales, sugiere. ¡°Hay que dar una vuelta a la manera de trabajar¡±, reclama. En cualquier caso, concentrar las horas lectivas durante la ma?ana, como ocurre en muchos centros, implica dejar el resto del d¨ªa a las actividades organizadas por academias o empresas privadas. Los expertos piden, en aras de la justicia y la equidad, que lo p¨²blico entre en ese espacio de la tarde.
Optimizaci¨®n
Solano y Fern¨¢ndez Navas lamentan la cantidad de infraestructuras educativas ¡ªinstalaciones deportivas, bibliotecas, salas de usos m¨²ltiples¡ª que se desaprovechan por las tardes cuando el cole o el instituto cierra a las 14.00 o a las 15.00. ¡°Corresponde a las administraciones dotar de personal para mantenerlas funcionando¡±, aclara Fern¨¢ndez Navas. ¡°Tambi¨¦n en fin de semana¡±, suma Morillas. ¡°Desde la FAPA hemos conseguido abrir las pistas de colegios p¨²blicos por la tarde en algunas localidades, con muy buenos resultados¡±, apunta. Mar¨ªn anima a las asociaciones de padres y madres de alumnos (AMPA) y a los municipios a organizar propuestas, y a que estas sean recreativas y l¨²dicas, fuera del sota, caballo y rey que es el f¨²tbol, la clase de mates y la academia de ingl¨¦s. Juegos de mesa, cer¨¢mica, huerto urbano, un taller de cocina y otro de ciencias en el que los participantes crean una estaci¨®n meteorol¨®gica o un cohete, seg¨²n sus intereses.
¡°Se nos olvida que la principal extraescolar que necesitan los ni?os es jugar¡±, subraya Mar¨ªn. ¡°En los juegos no guiados, entre iguales, aprenden a autogestionarse y a resolver conflictos; no es perder el tiempo, es ganarlo¡±, enfatiza. Para ello invita a las familias a organizarse: hoy me llevo a tus hijos al parque; ma?ana lo haces t¨² con los m¨ªos. La experta receta juego libre, y al aire libre si es posible. Le entristece que una parte importante del imaginario de los menores est¨¦ copado por las pantallas. Ana Cobos, por su parte, compara estas actividades extra con abrir puertas para que el chico o la chica exploren y, qui¨¦n sabe, encuentre posibles vocaciones. La m¨²sica, la danza, el ajedrez, el deporte. Y aqu¨ª vienen los peros: hay que preguntar al interesado y pactar qu¨¦ quiere hacer, encontrando el equilibrio entre los intereses del menor y los objetivos de los progenitores; en un horario razonable, que le permita descansar, jugar en la calle o dar una vuelta con los amigos. La orientadora desaconseja cualquier planificaci¨®n que conlleve estr¨¦s, y mucho menos angustia.
M¨¢s juego, menos exigencia
Hace un tiempo, la FAPA Giner de los R¨ªos organiz¨® una actividad que, en total, duraba de 16.30 a 21.30, dividida en tramos para grupos diferentes. ¡°Nos lleg¨® una familia que quer¨ªa apuntar a su hija de primaria en todos los tramos¡±, recuerda Morillas. D¨ªas m¨¢s tarde, en conversaci¨®n telef¨®nica, Mar¨ªn hablar¨¢ de menores cansados y sin tiempo para jugar. ¡°Existe el argumento de querer prepararlos para la vida que creo que, en parte, es una manera de justificar nuestras decisiones¡±, estima. Ni?os como la mejor versi¨®n de sus padres, con un nivel de exigencia alto, que han de responder a una serie de expectativas. ¡°Deber¨ªamos preguntarnos qu¨¦ tipo de educaci¨®n y de sociedad queremos. ?Queremos ser como los pa¨ªses asi¨¢ticos, con los ni?os de extraescolar en extraescolar hasta las diez de la noche?¡±, formula Mar¨ªa del Carmen Morillas.
¡°El debate de extraescolares s¨ª o no, no me interesa¡±, apunta Fern¨¢ndez Navas. ¡°La pregunta es ?para qu¨¦ las quiero?¡±, puntualiza. ¡°Se nos olvida que la funci¨®n de la escuela es crear ciudadanas y ciudadanos cr¨ªticos, que sepan desenvolverse en democracia, convivir, vivir en sociedad¡ El comedor y otros espacios de tarde en los que puedan relacionarse con la comunidad o con otras entidades son tan prioritarios como estudiar matem¨¢ticas; no son escenarios de segunda¡±, concluye el experto.
Deberes, el trabajo que no se ve pero pesa
A los cuatro tipos principales de extraescolares —las que organiza el centro dentro de su programación anual y en horario lectivo (excursiones, salidas educativas, viajes de fin de curso), que en un mundo ideal deberían ser gratuitas; la programación en horario de comedor, que ha de corresponder a la empresa encargada de este servicio, y debería ser igualmente gratuita; las clases, talleres o propuestas que organizan las AMPA fuera del tiempo de clases en los centros públicos, y actividades que se buscan las familias por su cuenta—, Toni Solano, director del IES Bovalar, suma una quinta categoría: “Las extraescolares que no se ven, y que se suelen llamar deberes”, concreta tirando de ironía. Otro foco de desigualdad entre quienes tienen los medios y apoyos en casa para hacerlos y quienes no. María del Carmen Morillas, de la FAPA Giner de los Ríos, recuerda el revuelo nacional (e internacional) que se formó con la campaña de sensibilización y movilización en contra de los deberes escolares que protagonizó la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres del Alumnado (CEAPA) en 2016, bajo el lema En la escuela falta una asignatura: mi tiempo libre. “Se hicieron eco en países orientales, y nos entrevistaron”, rememora. ”Debajo de ese mensaje, lo que subyacía era un cuestionamiento al modelo educativo”, apuntilla Morillas.
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