El ¨¦xito laboral de las Matem¨¢ticas deja en minor¨ªa a las mujeres
El creciente ambiente competitivo de la carrera ha ido en paralelo al descenso de la representaci¨®n femenina en la misma
Las Matem¨¢ticas son el grado de moda. Lo demuestran las notas de corte, que en muchas universidades espa?olas se sit¨²an por encima de un 13 sobre 14. El exponente m¨¢ximo de esta fiebre es el doble grado de Matem¨¢ticas y F¨ªsica de la Universidad Complutense de Madrid, que lleva varios a?os presentando la nota de acceso m¨¢s alta de entre todas las carreras universitarias (13,825 en 2023). ¡°El grado de Matem¨¢ticas es una carrera muy demandada en la que se gana mucho dinero y con niveles de paro pr¨¢cticamente de cero. Muchos alumnos tienen trabajo antes incluso de acabar el grado, sin haber hecho todav¨ªa el proyecto final¡±, explica Clara Grima, profesora del Departamento de Matem¨¢tica Aplicada de la Universidad de Sevilla y presidenta de la comisi¨®n de divulgaci¨®n de la Real Sociedad Matem¨¢tica Espa?ola (RSME).
Curiosamente, el prestigio creciente de la carrera ha ido en paralelo al descenso de la representaci¨®n femenina en la misma. Seg¨²n datos del Ministerio de Universidades, desde el curso 1985-1986 hasta el 2003-2004, salvo alguna excepci¨®n puntual, las mujeres fueron mayor¨ªa en el n¨²mero de matriculaciones, llegando a alcanzar en el a?o 1996-1997 un pico m¨¢ximo de 9.543 inscripciones (por las 8.620 de hombres). A partir de ah¨ª, y tras un descenso brusco del inter¨¦s en la carrera que dej¨® las inscripciones en m¨ªnimos (6.800 matriculaciones totales en el curso 2007-2008), el grado volvi¨® a resurgir a partir de la d¨¦cada de 2010 con un cambio notorio: los hombres eran mayor¨ªa. Y una mayor¨ªa m¨¢s grande en cada curso. As¨ª, si en el curso 96-97 las mujeres representaban el 52,5% del alumnado, en el ¨²ltimo curso del que existen datos (22-23) apenas eran el 36,27%: 9.426 hombres por 5.365 mujeres.
?Qu¨¦ pas¨® por el camino?
¡°Entiendo que las perspectivas laborales de la carrera han cambiado, y eso ha provocado cambios en las elecciones de las chicas y, fundamentalmente, de los chicos. La carrera ha pasado de tener casi exclusivamente salidas en el ¨¢mbito de la docencia a tener salidas muy variadas en espacios insospechados hace unos a?os¡±, reflexiona Marta Macho, profesora del departamento de Matem¨¢ticas de la Facultad de Ciencia y Tecnolog¨ªa de la Universidad del Pa¨ªs Vasco y editora del portal web Mujeres con Ciencia, quien considera que muchos chicos que hace unos a?os se decantaban por estudiar carreras de ingenier¨ªa ¡°por ser exitosas¡±, ahora han virado su mirada hacia los grados de matem¨¢ticas ¡°porque saben que van a colocarse bien y su futuro es prometedor¡±. Sin embargo, sostiene la experta, no pasa lo mismo con las chicas: ¡°Por la manera en la que se educa a unos y otras, las elecciones que hacen mujeres y hombres respecto a sus estudios no se deben a los mismos motivos. Las carreras prestigiosas, que implican altos grados de competitividad, atraen a los chicos y no tanto a las chicas, a las que el ¨¦xito laboral no es lo que m¨¢s les importa en el momento de elegir una carrera¡±.
Visi¨®n que comparte Clara Grima, quien considera que cuando la salida t¨ªpica del Grado de Matem¨¢ticas dej¨® de ser una profesi¨®n de servicio a la comunidad (profesor o profesora), las mujeres dieron un paso atr¨¢s. En su opini¨®n, por tanto, la causa no tendr¨ªa que ver tanto con las notas de corte ¡ª¡±tambi¨¦n son altas en carreras como Medicina o Biotecnolog¨ªa y ah¨ª son mayor¨ªa las mujeres¡±¡ª como con una cuesti¨®n cultural y biol¨®gica que ¡°empuja a las mujeres a la b¨²squeda de salidas m¨¢s enfocadas al servicio a la comunidad que al liderazgo o la competitividad¡±, asegura Grima.
Como reconocen ambas docentes, en la Universidad no se observan diferencias de confianza respecto a su capacidad entre hombres y mujeres, aunque, como matiza Marta Cacho, ¡°a los alumnos varones buenos se les ve enseguida: se muestran, responden, interact¨²an; mientras que a las buenas alumnas cuesta mucho m¨¢s detectarlas porque en el aula no participan. El s¨ªndrome de la impostora les juega malas pasadas¡±.
El problema, por tanto, viene de antes. Seg¨²n datos del estudio Mujeres en STEM: Desde la educaci¨®n b¨¢sica hasta la carrera laboral, las ni?as a los seis a?os ya se sienten menos capaces en Matem¨¢ticas; con nueve a?os tienen un 15% menos de probabilidades que los ni?os de considerar las Matem¨¢ticas como su asignatura favorita, y a los 15 a?os una de cada cinco siente nervios ante problemas matem¨¢ticos.
Estos datos, seg¨²n Marta Macho, reflejan una realidad: mientras que a los chicos, desde casa y desde la escuela, se les anima a atreverse a hacer cualquier cosa, a optar por lo que consideran mejor, aunque sea dif¨ªcil, a las chicas no se las educa de la misma manera. ¡°Esto al final va calando y provoca una baja autoestima en las mujeres, que terminan por no sentirse capaces de estar a la altura en ciertos ¨¢mbitos de conocimiento¡±, concluye esta docente.
Su opini¨®n la comparte Mar¨ªa Garc¨ªa Monera, profesora de Matem¨¢ticas en el IES Comarcal de Burjassot (Valencia) y miembro de la comisi¨®n Mujeres y Matem¨¢ticas de la RSME. Por su propia experiencia en el aula con alumnas de 1? y 2? de ESO, afirma, el problema no es tanto cuesti¨®n de una asignatura concreta como de la capacidad que tiene una alumna para enfrentarse a los problemas del d¨ªa a d¨ªa. ¡°Si una alumna no tiene la suficiente confianza en s¨ª misma, por supuesto que se pondr¨¢ nerviosa ante un problema de matem¨¢ticas, pero lo mismo le ocurrir¨¢ ante un problema de f¨ªsica, de qu¨ªmica o ante el miedo a que se olvide la obra de alg¨²n autor literario en un examen de castellano¡±, sostiene la profesora, quien destaca que el objetivo, adem¨¢s de motivar a las alumnas a estudiar una carrera de ciencias, deber¨ªa pasar por ¡°ense?arles a adquirir la suficiente seguridad en s¨ª mismas para saber que pueden hacer todo aquello que se propongan¡±.
La docencia pierde puestos
Como señala Clara Grima, el hecho de que las empresas tecnológicas hayan lanzado sus redes sobre los estudiantes de Matemáticas ha provocado que la que era hasta hace unos años la principal salida del grado, la docencia, sea hoy en día una salida casi residual al finalizar los estudios.
“La realidad, en ese sentido, es que tenemos un problema: ningún graduado de Matemáticas quiere ser profesor de secundaria o de Universidad, así que hoy en día necesitamos más que nunca seguir sacando matemáticos y matemáticas para la docencia. ¡Ser profesor sigue siendo una gran salida!”, reivindica.
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