Un refuerzo de la industria de la UE para retener inversiones
El pulso por la soberan¨ªa industrial entre Europa, EE?UU y China se?intensifica en una carrera por?conseguir que?las?compa?¨ªas puedan?adaptarse a?los?desaf¨ªos globales
El reciente debate sobre el estado de la UE, celebrado el pasado 13 de septiembre, viene a corroborar la falta de confianza en los sistemas de libre mercado. Y es que no parece que sus reglas puedan ayudar a la industria a responder a los desaf¨ªos actuales, con las apremiantes demandas de la transici¨®n energ¨¦tica.
Lo cierto es que la lucha contra el cambio clim¨¢tico y las consecutivas crisis causadas por la pandemia y la guerra en Ucrania han llevado a los pa¨ªses de la eurozona y a EE UU a aplicar pol¨ªticas m¨¢s propias de China. Esto es, a que los Gobiernos tomen medidas ¡°que han supuesto grandes paquetes de gasto y suspensi¨®n de las reglas del pacto de estabilidad, al igual que ha ocurrido a causa de los recientes problemas inflacionistas, como el ajuste del IVA¡±, explica Mar¨ªa Jes¨²s Valdemoros, docente de IESE Business School.
El 9 de marzo, la Comisi¨®n Europea adopt¨® el Marco Temporal de Crisis y Transici¨®n (TCTF). Se trata de una medida que, en la teor¨ªa, flexibiliza las reglas que rigen los subsidios que pueden ofrecer los estados miembros para ¡ªa saber¡ª acelerar la implementaci¨®n de energ¨ªa renovable, la descarbonizaci¨®n de procesos de producci¨®n industrial y las inversiones en sectores estrat¨¦gicos.
¡°Durante los ¨²ltimos meses, la diplomacia de los pa¨ªses europeos ha trabajado para que se eliminen diferentes partidas del c¨¢lculo de la deuda y del d¨¦ficit de los pa¨ªses relacionadas con dichas circunstancias¡±, indica Massimo Cermelli, profesor de Econom¨ªa de Deusto Business School. Para quien ¡°2024 se caracterizar¨¢ por la b¨²squeda de maneras flexibles que reconduzcan a cada pa¨ªs hacia la senda de un mayor orden fiscal¡±.
Iniciativas probadas
As¨ª, el objetivo es establecer ¡°un paraguas para que las compa?¨ªas queden retenidas en Europa, facilitando un acceso m¨¢s r¨¢pido a la financiaci¨®n para la transici¨®n hacia una econom¨ªa con cero emisiones netas de carbono¡±. Algo que forma parte del Plan Industrial del Pacto Verde, o Green Deal, puesto en marcha el pasado mes de febrero.
Sin ir m¨¢s lejos, en Espa?a contamos con un ejemplo de los resultados de estas iniciativas: la aprobaci¨®n de una ayuda de 450 millones de euros destinada a las industrias con un alto consumo de gas; y que fue anunciada por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo a finales de abril.
Si el origen de estos movimientos lo encontramos en la guerra rusa y el intento de reducir la dependencia de los combustibles f¨®siles, en la pr¨¢ctica se trata de la respuesta del Viejo Continente a Estados Unidos a ra¨ªz de su Ley de Reducci¨®n de la Inflaci¨®n (IRA). Que, tras su puesta en marcha en 2022, supone una inyecci¨®n de m¨¢s de 350.000 millones de d¨®lares en ayudas gubernamentales destinadas a ¡°inversiones verdes¡±.
¡°Desde la energ¨ªa e¨®lica hasta el acero, desde las bater¨ªas hasta los veh¨ªculos el¨¦ctricos, nuestra ambici¨®n es clara: el futuro de nuestra industria con tecnolog¨ªas limpias debe ser fabricado en Europa¡±, manifestaba Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisi¨®n Europea, durante el mencionado debate. Una declaraci¨®n de intenciones respaldada por el anuncio de m¨²ltiples medidas encaminadas a complementar el Pacto Verde.
En particular, la aplicaci¨®n de la Ley de la Industria de Cero Emisiones (Net Zero Industry Act) y de la Ley de Materias Primas Cr¨ªticas (Critical Raw Materials Act) ¡ªpropuestas tambi¨¦n en marzo¡ª, as¨ª como un paquete de medidas para la producci¨®n de energ¨ªa e¨®lica. La primera tiene como objetivo asegurar el despliegue y la competitividad de las tecnolog¨ªas asociadas a la descarbonizaci¨®n, mientras que la segunda busca garantizar el suministro de las materias primas necesarias para lo anterior.
¡°La propuesta de la Uni¨®n Europea es de claro car¨¢cter reactivo, ante los programas de corte similar de China y EE UU. Es lo que hay que hacer, aunque vamos tarde¡±, apunta Mar¨ªa Jes¨²s Valdemoros. El ejemplo de ambos pa¨ªses es ¡°una prueba m¨¢s de que los incentivos funcionan; ahora bien, Europa debe crear un marco atractivo para los planes de industrializaci¨®n, que adem¨¢s de ayudas precisan de un entorno empresarial e institucional adecuado. Por ejemplo, es dif¨ªcil atraer planes de inversi¨®n ante la escasez de proveedores o tecnolog¨ªas. Por eso no solo hay que buscar eficiencia, tambi¨¦n seguridad y resiliencia¡±.
El coche el¨¦ctrico, caballo de batalla
La industria del vehículo eléctrico es una de las protagonistas de todas estas estrategias. Y es que, si bien la meta principal de la Ley de Reducción de la Inflación (IRA) es transformar el mercado hacia una economía libre de emisiones, en la práctica busca potenciar la electrificación del transporte estadounidense; eso sí, favoreciendo la fabricación de coches eléctricos y sus componentes en su territorio. De hecho, varias de las principales marcas ya han anunciado futuras inversiones por este motivo.
Financial Times publicó en marzo que Volkswagen pospuso sus planes para la construcción de seis plantas de fabricación de baterías en Europa. Pero la semana pasada la compañía china Gotion High-tech, socia de la alemana, anunció el comienzo de la construcción de una de estas plantas en EE UU el próximo año.
Con respecto al país asiático, su Gobierno ha promovido la electrificación de vehículos desde 2009, con iniciativas como el plan Made in China 2025 —y una inversión anunciada de 300.000 millones de dólares— o un reciente paquete de desgravaciones fiscales por valor de 70.000 millones. Tal ha sido su éxito, que la presidenta de la Comisión Europea también anunció en su discurso la apertura de una investigación sobre estas subvenciones a los vehículos eléctricos procedentes de China.
“La automoción vivirá un gran cambio radical, al igual que otras industrias como la farmacéutica, que también ha demostrado su papel clave y global tras la pandemia”, finaliza Massimo Cermelli. “Así que —teniendo en cuenta los avances en digitalización y en el uso de la inteligencia artificial— en las próximas décadas viviremos en un mundo conceptualmente distinto al que conocemos ahora”.
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