La despensa ecol¨®gica gana terreno
La pandemia ha dejado una gran sensibilizaci¨®n sobre la necesidad de estar sano que ha impulsado la preferencia por productos sostenibles, m¨¢s naturales y de cercan¨ªa
Duermen las 25 vacas y nueve novillas de Marcos Rivas Negro, ganadero de Agolada (Pontevedra), como ninguna en el pueblo: lo hacen en colchonetas. ¡°Claro, se cuida de su bienestar animal¡±, dice este peque?o empresario gallego, v¨ªa telef¨®nica. Este productor de leche ha dado el salto al mundo ecol¨®gico. La tierra donde pastan los animales est¨¢ libre de pesticidas y herbicidas aplicados con anterioridad. El ganado, por su parte, ahora lleva una dieta diferente. ¡°Comen un pienso compuesto de granos de avena, guisante, ma¨ªz, cebada, soja y algo m¨¢s¡, todo ecol¨®gico¡±. Adem¨¢s, al animal no se lo maltrata. ¡°Hay que tenerlo feliz¡±, comenta con orgullo, a pesar de que este viraje le ha hecho bajar el rendimiento de cada vacuno en casi un tercio. ¡°No puedo esforzarlas¡±.
Las vacas de Rivas Negro ahora forman parte del selecto grupo de la producci¨®n alimentaria ecol¨®gica que no para de crecer en Espa?a. En 2020, el n¨²mero de productores agrarios ecol¨®gicos (agr¨ªcolas, ganaderos y mixtos) lleg¨® a los 44.493, un 6,33% m¨¢s que en 2019, seg¨²n los ¨²ltimos datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentaci¨®n. El 10% de la superficie agraria espa?ola ya es ecol¨®gica y supera los 2,4 millones de hect¨¢reas. ¡°El crecimiento de la producci¨®n ecol¨®gica responde a la demanda de un cierto n¨²mero de consumidores que buscan unos alimentos que respetan sus ciclos naturales, con una gesti¨®n que cuida del medio ambiente, el desarrollo rural y el bienestar animal¡±, afirma Concha Fabeiro, presidenta de la Sociedad Espa?ola de Agricultura Ecol¨®gica (SEAE).
En 2021 (con datos hasta noviembre), el 55,2% de los hogares en el pa¨ªs hab¨ªa adquirido alg¨²n alimento ecol¨®gico (tambi¨¦n identificado con etiqueta b¨ªo, org¨¢nico o sostenible), seg¨²n las cifras del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentaci¨®n. ¡°Lo m¨¢s comprado son frutas, verduras, huevos y carnes¡, en su mayor¨ªa productos frescos¡±, explica Marta Munn¨¦, consultora en Aecoc, la patronal del gran consumo. La pandemia ha jugado un papel relevante en la demanda de estos alimentos. ¡°El consumidor se ha concienciado respecto al cuidado del medio ambiente y eso se ha reflejado en la demanda¡±, se?ala ?lvaro Barrera, presidente de la Asociaci¨®n Profesional Espa?ola de la Producci¨®n Ecol¨®gica (Ecovalia).
La impronta econ¨®mica ha sido importante. La industria de la alimentaci¨®n ecol¨®gica factur¨® 2,2 millones de euros en los primeros 11 meses de 2021, un 15,7% m¨¢s que en el mismo periodo de 2020, seg¨²n las cifras del Ministerio de Agricultura. Mientras, el gasto hecho por los consumidores espa?oles en alimentos y bebidas ecol¨®gicos lleg¨® a m¨¢s de 2.752 millones de euros en 2021, un 9% m¨¢s que un a?o antes, de acuerdo con las estimaciones de Ecovalia. Para 2030 se espera que la cifra se multiplique por 2,7, hasta llegar a los 7.500 millones de euros.
La demanda ha traspasado ya el nicho de mercado para avanzar muy r¨¢pidamente hacia el mundo mainstream. De hecho, mientras el consumo de productos ecol¨®gicos en Espa?a ha crecido un 154% entre 2012 y 2020, el consumo total alimentario (flujo de materias primas y productos alimentarios procesados a trav¨¦s del sistema de comercializaci¨®n) solamente ha repuntado un 3,6% en igual periodo, seg¨²n las cifras oficiales. ¡°El contraste entre ambos porcentajes permite valorar la intensidad del proceso de implantaci¨®n del consumo de productos ecol¨®gicos¡±, explica el Ministerio de Agricultura. Pero, seg¨²n Munn¨¦, los consumidores a¨²n confunden diversos conceptos en el mercado. ¡°Se mezcla lo ecol¨®gico con lo natural, lo artesanal o con aquellos de producci¨®n local¡±, afirma la experta de Aecoc.
El marketing asociado a los ¡°pollos de corral¡±, ¡°huevos de gallinas en libertad¡±, ¡°productos kil¨®metro cero¡±, ¡°de proximidad¡±, ¡°frutas y verduras del huerto¡±, ¡°crianza de nuestros mares¡±, ¡°carne 100% pasto¡± ha inundado las estanter¨ªas de los comercios grandes y peque?os. En realidad, los ¨²nicos conceptos que pueden intercambiarse son aquellos con etiqueta eco (ecol¨®gico), b¨ªo (biol¨®gico), sostenible u org¨¢nico. ¡°No hay ninguna diferencia entre estos¡ Cada empresa puede usar el que mejor le represente¡±, agrega Fabeiro. Por ejemplo, a diferencia de la agricultura ecol¨®gica, aquella conocida como de ¡°cercan¨ªa¡± no tiene una definici¨®n reglamentada. ¡°No est¨¢ definido, es un concepto mucho m¨¢s et¨¦reo que habla sobre la distancia entre donde ha sido producido el alimento y donde se consume¡±, destaca Diego Juste, jefe de prensa de la Uni¨®n de Peque?os Agricultores y Ganaderos (UPA). ¡°Para nosotros, en Espa?a, no es dif¨ªcil que los consumidores puedan comprar productos de cercan¨ªa porque somos una gran potencia ecol¨®gica que produce de todo en todas las zonas del pa¨ªs¡±, abund¨®.
Sin embargo, de acuerdo con los datos del Ministerio de Agricultura, actualmente, el 40% del consumo de los alimentos con etiqueta eco depende de las importaciones. En 2015, este porcentaje llegaba al 28,54%. La evoluci¨®n que se ha tenido en las compras del extranjero contrasta con la posici¨®n que tiene el pa¨ªs en el mundo. Espa?a es el cuarto mayor exportador global de productos ecol¨®gicos, solo por detr¨¢s de Estados Unidos, Italia y Pa¨ªses Bajos, y la segunda naci¨®n con mayor tierra cultivada en la Uni¨®n Europea, tan solo por detr¨¢s de Francia, seg¨²n datos de Eurosat. ¡°Dentro del reglamento [de la Producci¨®n Ecol¨®gica y Etiquetado de los Productos Ecol¨®gicos de la UE] que se ha puesto en marcha este mismo a?o, ya se habla de que la agricultura ecol¨®gica debe atender hacia los canales cortos de comercializaci¨®n¡±, dice la representante de SEAE. ¡°Pero claro, la libertad del comprador es la libertad del comprador. Es decir, la producci¨®n ecol¨®gica debe tender hacia la comercializaci¨®n cercana y de temporada, pero el comprador puede hacer lo que quiera donde quiera. Si su inter¨¦s es por un producto de cercan¨ªa y no ecol¨®gico, pues lo comprar¨¢¡±, detalla.
Agricultura cero emisiones
Entonces, ?cu¨¢n ecol¨®gico es un producto que ha tenido que viajar miles de kil¨®metros antes de llegar a su punto de destino final? La pregunta no es sencilla de responder. De acuerdo con los participantes de esta industria, para hacer esta comparativa hay que tomar en cuenta no solo la huella de carbono que deja el transporte, sino aquella que se desprende de toda la cadena de producci¨®n: desde la energ¨ªa que se utiliza hasta el buen uso de los recursos h¨ªdricos. El olivar ecol¨®gico, por ejemplo, contribuye a mitigar la emisi¨®n de gases de efecto invernadero a trav¨¦s del secuestro de carbono en el suelo: la remoci¨®n del carbono de la atm¨®sfera mediante la fotos¨ªntesis de las plantas y su almacenamiento como forma de materia org¨¢nica estable y de larga vida en el suelo. En t¨¦rminos de CO? significa que este cultivo (en su versi¨®n eco) puede ser neutro en carbono, seg¨²n el estudio Producci¨®n ecol¨®gica mediterr¨¢nea y cambio clim¨¢tico: estado del conocimiento.
El an¨¢lisis ¡ªpublicado en 2019 por la C¨¢tedra de Producci¨®n Ecol¨®gica Clemente Mata de la Universidad de C¨®rdoba, y editado por Ecovalia¡ª explica que el elevado secuestro de carbono en el cultivo ecol¨®gico se produce gracias a la aplicaci¨®n de cubiertas vegetales ¡ªmantener el suelo forrado por hierbas vivas durante el oto?o e invierno¡ª, restos de poda que no sean destruidos en el propio olivar por el fuego o la trituraci¨®n, y la utilizaci¨®n de enmiendas org¨¢nicas (abono org¨¢nico). Pero no es el ¨²nico cultivo que puede lograr beneficios para el medio ambiente. Tambi¨¦n los de cereales de invierno (como el trigo, la cebada, el centeno y la avena) reducen las emisiones contaminantes hasta en un 42%, frente a los campos del agro convencional. El an¨¢lisis, que ha sido realizado bas¨¢ndose en 1.023 estudios, indica que la reducci¨®n de gases da?inos para el planeta se logra, de igual forma, por una menor emisi¨®n del ¨®xido nitroso (N?O), producido en los suelos a partir de los fertilizantes nitrogenados, y menores emisiones directas de metano (CH4), que se da en los suelos inundados y en la quema de residuos de cosecha.
Hoy, las emisiones de N?O se han convertido en uno de los principales retos a atacar. Este gas es 300 veces m¨¢s nocivo que el di¨®xido de carbono (CO?), ya que puede permanecer en el aire m¨¢s de un siglo, seg¨²n un estudio publicado en 2020 por la revista Nature. Es en la agricultura y en la ganader¨ªa donde se emite la mayor parte de esta sustancia, y cada a?o llegan a la atm¨®sfera 4,1 millones toneladas de ¨®xido nitroso.
Pero la huella de carbono de nuestra alimentaci¨®n no est¨¢ ligada ¨²nicamente a estas emisiones, sino tambi¨¦n a las que tienen lugar fuera de la finca: durante la producci¨®n de insumos como fertilizantes, pesticidas, agua de riego, combustibles o incluso el propio suelo, que en muchos lugares se obtiene previa deforestaci¨®n, dice el an¨¢lisis Emisiones de gases de efecto invernadero en el sistema agroalimentario y huella de carbono de la alimentaci¨®n en Espa?a. Tambi¨¦n se producen durante su transformaci¨®n en bien de consumo, y en la gesti¨®n de los residuos, arguye el an¨¢lisis realizado por investigadores de la Universidad Polit¨¦cnica de Madrid (UPM) con el apoyo de la Real Academia de Ingenier¨ªa, y publicado en 2020.
Las conclusiones de ese estudio muestran que la huella total de carbono de la alimentaci¨®n en Espa?a, desde la producci¨®n de insumos a la gesti¨®n de residuos, se ha multiplicado por 4 en t¨¦rminos totales y por 2,5 en t¨¦rminos per capita entre 1960 y 2010. Para paliar este efecto, la ¨²nica respuesta es seguir incrementando la agricultura y ganader¨ªa ecol¨®gicas, de acuerdo con el Plan de Acci¨®n de la UE sobre esta materia. ¡°Debe ser un referente para la agricultura convencional¡±.
El reto de la proximidad
Uno de los grandes desaf¨ªos, seg¨²n el Plan de Acci¨®n de la UE sobre esta materia, tiene que ver con las cadenas de suministro de productos ecol¨®gicos y la necesidad de reducir al m¨¢ximo los kil¨®metros que recorren los alimentos. ¡°Es una tarea que exige racionalizar la log¨ªstica de los productos y las redes de insumos agr¨ªcolas¡±, afirma el documento. Lo que es un hecho es que los consumidores buscan cada vez m¨¢s productos de proximidad. Un estudio realizado por la consultora de mercado Kantar afirma que el 74% de los consumidores espa?oles prefieren los alimentos locales antes que importados. En este sentido, el objetivo del Gobierno es que las importaciones de productos ecol¨®gicos copen una menor parte de la tarta hacia 2030; que lleguen a representar solo el 30% del consumo espa?ol.
Para ello se tendr¨¢ que dar un fuerte impulso al campo, que deber¨¢ incorporar entre 50.000 y 55.000 nuevos productores agrarios ecol¨®gicos en los pr¨®ximos ocho a?os, hasta llegar a un total de m¨¢s de 97.000 que satisfaga tanto la demanda interna como externa, seg¨²n las estimaciones del propio Gobierno. El Plan de Acci¨®n de la Producci¨®n Ecol¨®gica de la UE establece que, para esa fecha, el 25% de la tierra cultivable tendr¨¢ que ser destinada a producci¨®n ecol¨®gica. ¡°Se trata de una cifra realmente importante que abre significativas oportunidades para la incorporaci¨®n de j¨®venes y mujeres al medio rural y contribuir a la reducci¨®n del despoblamiento¡±, dice el ministerio.
Y no solo eso; el mercado demandar¨¢ m¨¢s establecimientos industriales ecol¨®gicos. En concreto, se necesitan entre 6.000 y 7.000 nuevos establecimientos, tanto en producci¨®n vegetal como animal, y especialmente en la fabricaci¨®n de productos ecol¨®gicos elaborados y de alto valor a?adido. ¡°Hay dos factores decisivos para alcanzar ese 25%¡±, asegura Helena Cifre, coordinadora t¨¦cnica del SEAE. Por un lado, enumera esta experta, se necesita un apoyo decidido de la Administraci¨®n, con compromisos como, por ejemplo, el incremento de la compra p¨²blica verde (en hospitales o comedores escolares). Y, por otro, es fundamental incrementar los esfuerzos para concienciar a toda la sociedad sobre las contribuciones positivas de la producci¨®n ecol¨®gica y que ello tenga como resultado el aumento del consumo de estos productos. ¡°La agricultura ecol¨®gica es un modo de vida que implica un respeto por el ecosistema, un v¨ªnculo con la agricultura familiar, el mundo rural, ligado a una econom¨ªa circular, que no malgasta los recursos, como el agua, o los explota, como al suelo¡±, concluye.
La barrera del precio
Consumir bío no es barato. De acuerdo con un análisis realizado el año pasado por la OCU, estos productos llegan a costar hasta tres veces más que sus equivalentes de marca blanca. “El precio es una de las principales barreras para adquirir estos productos”, afirma Marta Munné, de Aecoc. La agricultura ecológica es más costosa, ya que los agricultores ecológicos trabajan con métodos más extensivos y utilizan procesos y sustancias naturales (prescindiendo, por tanto, de los sintéticos), lo que merma los rendimientos, explican desde la Comisión Europea. Dicho esto, los agricultores ecológicos suelen percibir ingresos más elevados, dado que los productos ecológicos se venden a precios más altos que los convencionales, y los consumidores valoran la contribución de la agricultura ecológica al medio ambiente. En Europa, los consumidores gastan, de media, unos 56 euros en alimentos ecológicos por persona al año, según los datos del Instituto de Investigación de Agricultura Orgánica (FiBL). Los daneses y suizos son los que más desembolsan: 344 euros y 338 euros per capita, respectivamente. En España, el gasto por persona asciende a 53,41 euros al año.
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