Datos que ahorran energ¨ªa y emisiones
La micromovilidad avanza gracias a la ingente informaci¨®n de acceso libre que las administraciones ponen a disposici¨®n de empresas y operadores
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Quien desee imaginar c¨®mo es el tr¨¢fico en Los ?ngeles, solo tiene que recordar la apertura de la pel¨ªcula La La Land. Es ficci¨®n. Pero los atascos son reales. Se han convertido en una forma de vida para millones de angelinos. Desayunan en el coche, se visten, escuchan m¨²sica. Ironizaba Woody Allen que la ¨²nica ventaja cultural de la ciudad es que se puede girar a la derecha en un sem¨¢foro en rojo. Pero detr¨¢s del sarcasmo, la tragedia. El a?o pasado murieron 312 personas en accidentes de tr¨¢fico. El dato m¨¢s elevado en dos d¨¦cadas. Un angelino pas¨® 95 horas sentado al volante durante 2022 ¡ªseg¨²n las cifras de Global Traffic Scorecard¡ª frente al promedio nacional de 51 horas. Existen autov¨ªas ¡ªpensemos en la 405 en la zona oeste¡ª que llevan el apodo de nightmare (pesadilla). Sin embargo, algunas cosas est¨¢n cambiando.
Solo el sistema de autobuses el¨¦ctricos transport¨® a 10 millones de pasajeros el a?o pasado. ¡°Los retos¡±, cuenta por v¨ªdeo Connie Llanos, directora general interina del Departamento de Tr¨¢fico de Los ?ngeles, ¡°son muchos. El viajero tiene que entender que llega en el mismo tiempo a su destino que en el coche¡±. La ciudad fue construida a partir de una malla de autopistas que derribaron los barrios generalmente negros o m¨¢s desfavorecidos. Destruyendo casas, negocios. ¡°Este sistema de transporte basado en autobuses, ciclomotores el¨¦ctricos y coches compartidos es una forma de proporcionar equidad y tambi¨¦n de rebajar las emisiones de di¨®xido de carbono¡±. La pandemia demostr¨® a los angelinos el valor de poder desplazarse de forma p¨²blica y abandonar la filosof¨ªa de una persona, un coche. En esas tierras. La revoluci¨®n.
Iniciativas por doquier
Al igual que en Los ?ngeles, otras ciudades entienden que ¡°la clave es conocer los trayectos, qu¨¦ zonas est¨¢n cubiertas por el transporte y cu¨¢les faltan por llegar¡±, narra Esteve Almirall, profesor del Departamento de Operaciones, Innovaci¨®n y Data Sciencies de Esade. Cifras. Algoritmos. En Singapur, los taxistas y los conductores de Uber incorporan un peque?o dispositivo que mide desplazamientos, poluci¨®n o el tiempo que el veh¨ªculo ?circula sin viajeros. Y en la India, cuando se solicita una licencia, las autoridades acceden en tiempo real a la informaci¨®n del autom¨®vil. Trasladarse cambia. ¡°El ma?ana es la micromovilidad¡±, prev¨¦ el docente.
Esteve Almirall imagina un futuro bajo un horizonte compartido (sharing), robotaxis aut¨®nomos (Amazon Zoox), veh¨ªculos particulares (pocos), ciclomotores el¨¦ctricos y patinetes. Todos generando datos. Todos cambiando la ciudad. ¡°Al haber menos coches aumentar¨¢ el espacio p¨²blico¡±, sostiene. En Silicon Valley, donde muchas ideas comienzan y pocas terminan, el alojamiento resulta prohibitivo. Quienes viven en ciudades pr¨®ximas, por ejemplo, Oakland, situada a 10 kil¨®metros al este de San Francisco, comparten un Uber Sharing por cinco d¨®lares.
Rota el planeta y converge lo f¨ªsico y lo digital. Las ciudades representan casi el 80% del PIB del mundo. La mitad de los seres humanos vive en zonas urbanas. Y el tr¨¢fico costaba en productividad ¡ªacorde con los datos de 2015 del Centre for Economics and Business Research e Inrix¡ª unos 200.000 millones de d¨®lares anuales (187.200 millones de euros, al cambio actual) a Estados Unidos y Europa. Esta cantidad se incrementar¨¢ un 50% durante 2030. El hombre tiene un don para generar problemas, pero tambi¨¦n talento si desea resolverlos. La ciudad inteligente. Necesita infraestructuras. Pero existen. ¡°Una opci¨®n es la tecnolog¨ªa m¨®vil 5G, que ofrece 1.000 veces m¨¢s capacidad que la 4G¡±, explica Ivo Wein?hrl, gestor de Pictet SmartCity. ¡°Permite interconectar gran cantidad de sensores y analizar enormes cantidades de datos¡±. Imposible ocultar que el negocio resulta tan kilom¨¦trico como los atascos. La consultora McKinsey habla de un mercado de 500.000 millones de d¨®lares en micromovilidad durante 2030. El uso compartido de ciclomotores el¨¦ctricos ya alcanza a 100 ciudades. Dentro de dos a?os puede haber 4,6 millones de e-scooters.
Tantos veh¨ªculos, aunque sean aut¨®nomos, el¨¦ctricos o compartidos, son igual que el n¨²mero ¦Ð (pi): genera vol¨²menes infinitos de informaci¨®n. Decimales. La respuesta son matem¨¢ticas avanzadas. ¡°Los algoritmos deber¨¢n monitorizar la red [de transporte] y guiar a los pasajeros para que la optimicen pensando en el bien com¨²n¡±, analiza C¨¢ndido P¨¦rez Serrano, socio responsable de Infraestructuras, Transporte, Gobierno y Sanidad de KPMG en Espa?a. Y a?ade: ¡°El algoritmo de movilidad tiene que considerar el impacto de la huella de carbono, la congesti¨®n del sistema y la necesidad de que los trabajadores cr¨ªticos lleguen a donde deben llegar¡±. Los pol¨ªticos y la sociedad civil tendr¨¢n que priorizar los decimales. Impacto en el medio ambiente, econ¨®mico, social.
El momento justo
Esa es la geograf¨ªa que descubre Minsait (filial de Indra). Atraviesa mares, desiertos, llanuras y quiz¨¢ sea demasiado pronto o quiz¨¢ demasiado tarde. Pero tienen claro que la movilidad llega en el momento justo. ¡°Es necesaria una visi¨®n transversal¡±, justifica Alberto Bernal, director de Ciudades Inteligentes y Territorios Phygital, ¡°que potencie la intermodalidad de los distintos medios de transporte para favorecer un desplazamiento m¨¢s inteligente, sostenible y colaborativo¡±. En lo alto del palacio, la mujer de la mirada dorada. Esa es Berta Barrero, directora general de Movilidad de Indra. ¡°Conocer el comportamiento real de los datos de movilidad de una ciudad resulta b¨¢sico para dise?ar o redise?ar los espacios, las infraestructuras: m¨¢s limpias, m¨¢s verdes, conectadas y acce?sibles¡±.
Desde luego, esta forma de moverse distinta tambi¨¦n abre una gram¨¢tica diferente. Enrique Dans, profesor de Innovaci¨®n en IE Business School, aporta un t¨¦rmino: ¡°Data c¨¦ntrico¡±. Los ayuntamientos se transforman en redes neuronales que saben no solo la informaci¨®n de autobuses, trenes o metros, sino tambi¨¦n de transportes como Uber o Cabify. ¡°Y esos datos deben ser p¨²blicos¡±, matiza. ¡°El Consistorio es una application program interface¡±. La tecnolog¨ªa se escribe, con insistencia, en ingl¨¦s. Hay que afinar y no solo el lenguaje. ¡°Ser¨ªa deseable, por parte de las administraciones, disponer tambi¨¦n de datos sobre la demanda de forma m¨¢s sistem¨¢tica y actualizada¡±, reflexiona Henning St¨¹hrmann, ingeniero experto en movilidad y socio fundador de la consultora Ctym. El veh¨ªculo avanza, las ruedas giran, el usuario pide: lleno, por favor, de datos.
En la bancada pol¨ªtica
Los datos o el centro del mundo. El incandescente núcleo terrestre. La base de la multimovilidad y los nuevos medios de transporte. Lo sabe la bancada política. El Congreso de los Diputados creará el Espacio de Datos Integrado de Movilidad (EDIM) dentro del Sistema de Movilidad Sostenible. Es abrir las puertas y que los ciudadanos (con las restricciones necesarias) y las administraciones accedan a los datos generados por los operadores de transporte, los gestores de infraestructuras y los entes locales, entre otros. La visita guiada la describe Gregorio Serrano, sénior advisor de Movilidad Sostenible, Segura y Conectada de EY. “Deben seguir las especificaciones técnicas indicadas desde la Oficina del Dato, que está integrada en la Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial”. La transparencia como pilar ciudadano.
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