Orden y concierto en las dos ruedas

No hay juguetes antiguos, sino evolucionados. Una evoluci¨®n que se aprecia en los materiales que se emplean para su fabricaci¨®n y en el uso que se hace de los mismos. El patinete y la bicicleta, por ejemplo, son juguetes y medios de transporte que han pasado de pesados a ligeros y de funcionar por el impulso de quien los maneja o pedalea, respectivamente, a hacerlo mediante una bater¨ªa de ion de litio. Una comodidad de la que se benefician los usuarios y el resto de ciudadanos al no contaminar el aire de las ciudades por las que circulan estos dos renovados veh¨ªculos.

Para ?lex Ballesta, CEO y fundador de Btwice, empresa de ingenier¨ªa para motocicletas y movilidad el¨¦ctrica, ¡°los proyectos de sharing anteriores a la pandemia hicieron una labor evangelizadora muy importante al dar la oportunidad a mucha gente de entrar en contacto por primera vez con la movilidad el¨¦ctrica, permitiendo ver sus ventajas¡±. Ventajas a pesar del desorden derivado de que los usuarios pod¨ªan dejar ¡ªm¨¢s que estacionar¡ª tanto las bicicletas como los patinetes donde quer¨ªan. Un modelo de empresa que se conoce como free floating y que acarrea un problema de gesti¨®n del espacio p¨²blico.

Por ese motivo, Javier Huesa, jefe de Servicio de Sostenibilidad e Innovaci¨®n Urbana de la Gerencia de Urbanismo y Medio Ambiente del Ayuntamiento de Sevilla, dice que no son partidarios de ese libertario modelo, como tampoco lo es Voi, operador de micromovilidad compartida. Raz¨®n, previa experiencia piloto, por la que en la capital andaluza bicicletas y patinetes circulan y se estacionan de manera ordenada y reglada, y son un complemento al transporte p¨²blico. Porque el plan es implantar en la ciudad de Sevilla una red de movilidad multimodal optimizada y segura.

La movilidad el¨¦ctrica compartida puede ser una soluci¨®n, pero tambi¨¦n un problema si no est¨¢ regulada, acompa?ada de pol¨ªticas que incentiven y fomenten tanto su uso como su desarrollo y fabricaci¨®n, adem¨¢s de dotada de infraestructuras: carriles bien segregados, que no compartan la v¨ªa ni con el coche ni con el peat¨®n, y aparcamientos. Medidas a las que hay que sumar el buen uso de la tecnolog¨ªa y la educaci¨®n vial y c¨ªvica por parte de los usuarios de dichas bicicletas el¨¦ctricas y patinetes. En relaci¨®n con la tecnolog¨ªa, Eliana Michel, del departamento de marketing y comunicaci¨®n de YUP, empresa que se dedica a implantar parkings para patinetes y bicicletas el¨¦ctricas, sostiene que ¡°el paradigma de la movilidad ha cambiado, cada vez encontramos un mayor n¨²mero de usuarios traslad¨¢ndose en bicicletas y patinetes el¨¦ctricos, pero a las ciudades les hacen falta datos reales y tangibles que faciliten la toma de decisiones de las instituciones p¨²blicas¡±.

Los datos ¡ªy compartirlos¡ª sirven para desarrollar estrategias de movilidad que establezcan el per¨ªmetro en el que se puede hacer uso del patinete, las zonas en las que se puede estacionarlo y las zonas de reducci¨®n de velocidad. En el caso de Voi, toda esa informaci¨®n la vuelca en sus patinetes y cuando el usuario hace algo fuera de los par¨¢metros establecidos se detienen. Huesa dice que ¡°a la hora de implantar un modelo nuevo, a la gente hay que instruirla para que lo conozca y haga un buen uso del mismo. Para nosotros, la seguridad es un requisito b¨¢sico¡±.

Iniciativas educativas

?lvaro Rodr¨ªguez, director de pol¨ªticas p¨²blicas de Voi, explica que ellos organizan experiencias temporales e itinerantes de seguridad y que cuentan con una autoescuela virtual. Iniciativas te¨®ricas que, para que eviten accidentes, necesitan estar acompa?adas de una reducci¨®n de velocidad y carriles segregados. Aun as¨ª, Eliana Michel cree que ¡°el gran problema de las ciudades europeas es que se olvidan de crear infraestructuras p¨²blicas que fomenten la seguridad y el orden de los veh¨ªculos de movilidad personal¡±.

En la ciudad de Sevilla hay 250 puntos en los que se pueden aparcar los patinetes. Cuadrados pintados en el suelo y geolocalizados, adem¨¢s de unos 4.200 aros de aparcamiento p¨²blico en los que se pueden anclar 8.400 bicicletas. La red municipal de bicicletas el¨¦ctricas tiene sus propias estaciones de aparcamiento y recarga. El usuario de patinete particular no hace uso ni de los cuadrados pintados en el suelo ni de los aros porque corre el riesgo de que se lo roben. Para el patinete y bicicleta particular se necesita una instalaci¨®n con un sistema mecanizado, tipo igl¨², como los que hay en Santander, que conllevan una serie de gastos que resultan dif¨ªciles de asumir a un ayuntamiento. Instalaci¨®n m¨¢s factible de materializar para empresas como YUP, que las puede construir sobre el suelo de sus clientes: hospitales, centros deportivos, educativos y comerciales. En la isla de la Cartuja hay un proyecto de construir una estaci¨®n de aparcamientos con recarga para patinetes y bicicletas como las que ya hay en ciudades de los Pa¨ªses Bajos.

Y es que el discurso del Ayuntamiento de Sevilla es el de la sostenibilidad de los sistemas de movilidad. Javier Huesa explica que a su gerencia no le interesa implantar un sistema de movilidad en el que el ciclo de la sostenibilidad se pierda. Algo que tambi¨¦n tiene presente Tuvalum, plataforma que vende bicicletas de segunda mano. Para su cofundador y CEO, Alejandro Pons, ¡°dar una segunda vida a nuestras bicicletas el¨¦ctricas significa ahorrar las toneladas de emisiones contaminantes que supondr¨ªa la producci¨®n de modelos nuevos. Pensamos que tan importante como la movilidad el¨¦ctrica es el modelo que seguimos para impulsarla¡±, explica.