El ¡®cacau del collaret¡¯, el cacahuete valenciano al borde de la extinci¨®n
El que fuera uno de los cultivos m¨¢s importantes de la Comunidad Valenciana se est¨¢ recuperando gracias a peque?os proyectos como Ca Climent
Junto al tomate, la patata y los pimientos, del nuevo mundo lleg¨® tambi¨¦n el rey del esmorzaret. Su ¨¦xito no se debe exclusivamente a su tostado crujiente y al toque salado que te hace pedir la siguiente cerveza. Si Valencia es templo de esta leguminosa es porque durante varios siglos la provincia produjo hasta el 80% del cacahuete nacional.
La introducci¨®n de esta especie en Europa fue tard¨ªa. Alrededor de 1800 se cultiv¨® por primera vez en Europa, concretamente en Valencia, por iniciativa del can¨®nigo Francisco Tabares de Ulloa. En sus inicios, el cacahuete se produc¨ªa para la obtenci¨®n de aceite, muy apreciado en la ¨¦poca, al nivel de situarse en el tercer puesto entre las explotaciones agr¨ªcolas valencianas. Josep Rosell¨® Oltra, Director General de Desarrollo Rural Institut Valenci¨¤ d¡¯Investigacions Agr¨¤ries (IVIA), escribe en una de sus publicaciones sobre el cacahuete valenciano: ¡°Durante 150 a?os fue un alimento emblem¨¢tico, pero en la d¨¦cada de los setenta del siglo XX cae r¨¢pidamente la producci¨®n local, mientras aumentan fort¨ªsimamente las importaciones, hasta quedar como testimonial en nuestras tierras¡±. Alginet y Benifai¨® fueron las localidades que concentraban la producci¨®n, llegando a ocupar las de 700 hect¨¢reas entre los dos t¨¦rminos hasta la d¨¦cada de los 60, seg¨²n afirma Slow Food Valencia.
Pese a que el nombre, cacao del collaret, hace imaginar un cacahuete aut¨®ctono, la realidad es que el que se consume actualmente bajo esta nomenclatura es de importaci¨®n ¡ªcasi todo de origen chino o norteamericano¡ª. Los peque?os agricultores responsables de su cultivo hasta finales del siglo pasado fueron dej¨¢ndolo poco a poco debido al empuje competitivo del cacahuete de importaci¨®n, sin posibilidad de competir con los precios y producciones extranjeras. El verdadero cacao del collaret qued¨® a merced de la voluntad de unos pocos por mantenerlo. Seg¨²n una encuesta realizada por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentaci¨®n, solo se contemplaban en el 2022 dos hect¨¢reas en regad¨ªo de cacahuetes en Espa?a y las dos est¨¢n en la Comunitat Valenciana, en comparaci¨®n a las 1.864 hect¨¢reas (1.398 en la C.V.) cultivadas en la d¨¦cada de los ochenta y a las 5.010 registradas en el a?o 1961, como recog¨ªa la revista de Extensi¨®n Agraria.
Se ha perdido tanto que ni siquiera existen ya las herramientas utilizadas tradicionalmente para el cultivo del cacahuete. Un antiguo utensilio para recoger ajos tiernos permiti¨® a Ana Climent (33 a?os, La Granja de la Costera, Valencia) recolectar los primeros mil kilos de Cacaus Climent, en octubre de 2022. ¡°La semilla que utilizamos es la misma que cultivaban mis bisabuelos¡±, cuenta Climent. Lidera junto a su padre este proyecto, a trav¨¦s del cual pretenden rescatar especies en peligro de extinci¨®n ¡ªel Collaret y la Cacaua¡ª haci¨¦ndose cargo de todos los procesos de producci¨®n: cultivo, recolecci¨®n, tostado, envasado y distribuci¨®n. Las 6 hanegadas (medida valenciana que equivale a 831 metros cuadrados) les proporcionan alrededor de mil kilos de cacahuete al a?o, cifra que quieren aumentar mecanizando parte del proceso de recolecci¨®n.
La falta de industria hace complicada la posibilidad de cultivar el propio cacahuete. Antiguamente, se encontraba la figura del corredors, intermediario entre los agricultores y los tostadores, el cual compraba la materia prima a un grupo de productores y la vend¨ªa a la industria del tostado. A d¨ªa de hoy es inviable plantear una peque?a cosecha con fines comerciales sin instalar un tostadero propio. Por este motivo, Ana y su familia decidieron hacerse cargo de todo el proceso, desde el cultivo y la recolecci¨®n, al tostado y distribuci¨®n.
De forma anecd¨®tica tambi¨¦n pueden encontrarse otros sin tostar en algunos mercados locales y producidos por peque?os agricultores. Cuando llega la temporada, Bruno de Mastika l¡¯Horta, y Enric Navarro de Terra i Xufa, agricultor con venta directa, disponen de ellos en sus puestos. La Barraca de Montoliu es un restaurante a las afueras de Valencia conocido por su cocina tradicional y su defensa de L¡¯Horta de Val¨¨ncia, y Toni Montoliu abre su barraca para quien quiera conocerla, as¨ª como sus campos, donde ¨¦l mismo produce cacahuete valenciano para el consumo en el restaurante y el mantenimiento de esta cultura. Ca Climent es actualmente ¡°el ¨²nico proyecto en Espa?a que cultiva, tuesta y vende sus propios cacahuetes¡±. Los comercializa a un precio de 4,70 euros los 200 gramos tostados (frente a 2,10 euros los importados) y crudos a 12 euros el kilo frente a los 7 euros el kilo que se encuentra en algunos supermercados. El sabor de las dos variedades con las que trabajan habla por s¨ª solo: no se parece a ning¨²n cacahuete que hayas probado antes. ¡°Yo siempre hab¨ªa consumido los cacahuetes que produc¨ªa mi padre en el huerto. Fue durante el confinamiento, que tuve que quedarme una temporada larga en Valencia, cuando compr¨¦ una bolsa en el supermercado y no pude reconocer el sabor que yo recordaba¡±. Al no estar protegido por ning¨²n sello de calidad, el cacao del collaret puede etiquetarse como tal y producirse en la otra punta del mundo.
La recuperaci¨®n de este cultivo ha llamado la atenci¨®n de cocineros y cocineras que apuestan por este tipo de productos. Algunos restaurantes que est¨¢n empezando a probar el cacahuete en crudo son Ricard Camarena, Llisa Negra o La Salita, buscando aplicaciones m¨¢s novedosas, como por ejemplo emplearlo en guisos.
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