Las ¡°croquetas de paella de chorizo¡± del supermercado de Marks & Spencer calientan las redes sociales

Es complicado de ver, pero en ocasiones una patada a las tradiciones gastron¨®micas del calibre de la propinada por las ¡°croquetas de paella de chorizo¡± del supermercado de la cadena brit¨¢nica Marks & Spencer esconde en realidad una declaraci¨®n de amor. Solo una pasi¨®n desatada por la cocina espa?ola puede concentrar tres platos en uno solo: croquetas, arroz de paella y chorizo. Cocina fusi¨®n. Fusi¨®n nuclear, se entiende.

La cadena ha incluido en sus propuestas de delicatessen, las que presenta bajo la marca M&S Food Collection. Master Deli, una bandeja con seis croquetas gigantes de forma m¨¢s bien cuadrada y aplanada. Asegura en la etiqueta que est¨¢n ¡°hechas a mano en Espa?a con arroz de paella, chorizo ahumado, azafr¨¢n y bechamel cremosa¡±.

Hay que indagar de modo m¨¢s puntilloso para comprobar la veracidad de lo prometido. En primer lugar, no se indica el menor rastro del lugar de Espa?a donde supuestamente se habr¨ªa perpetrado el crimen. Quiz¨¢ para evitar posibles ataques. Se asegura que es ese el pa¨ªs de origen, pero como fabricante se se?alan dos c¨®digos postales en Chester (Inglaterra) y Ravensdale (Irlanda).

En cuanto a los ingredientes, se desvelan al leer lo que la etiqueta denomina como ¡°nombre completo del producto¡±: ¡°Seis croquetas rellenas de arroz, pimientos rojos y verdes, salchicha de cerdo (chorizo) y una salsa de tomate con base de leche, todo empanado con pan rallado¡±. La descripci¨®n parece confundir la croqueta como resultado ¨²ltimo de la mezcla y moldeado de esos ingredientes y la croqueta como recipiente imaginario donde se meten ¡ªa presi¨®n¡ª siglos de historia culinaria espa?ola.

Incidente en las redes y en la embajada

Fue el periodista brit¨¢nico afincado en Espa?a Simon Hunter el primero en lanzar la alarma en las redes sociales cuando alguien le puso en alerta. Un usuario hab¨ªa visto el producto en la tienda, y lo expuso al escarnio. Hunter fue el responsable durante a?os de la versi¨®n en ingl¨¦s del diario EL PA?S. Es un profundo conocedor de la realidad espa?ola y hoy contribuye con su firma desde Madrid en varios medios del Reino Unido ¡ªentre ellos, el prestigioso The Times¡ª. En su cuenta de X (antes Twitter) advert¨ªa de la tremenda tormenta que M&S pod¨ªa acabar provocando. ¡°NO NO NO¡±, se limitaba a escribir, con la imagen de las croquetas. M¨¢s de 30.000 personas se hac¨ªan eco de la advertencia.

¡°Deber¨ªamos contraatacar vendiendo fish and chips [el cl¨¢sico ingl¨¦s de pescado rebozado con patatas fritas] empapado en t¨¦, o algo similar. ?Alguna idea?¡±, respond¨ªa a Hunter H¨¦ctor Qui?ones desde su cuenta. ¡°?Hecho en Espa?a? Rodeados de Guardaespaldas, supongo¡±, ironizaba un usuario llamado Ian.

Las redes, con la participaci¨®n tambi¨¦n de usuarios ingleses, se debat¨ªan entre calificar el invento de apropiaci¨®n cultural o puro terrorismo gastron¨®mico.

Era una pol¨¦mica tan irresistible como para que el embajador del Reino Unido en Espa?a, Hugh Elliot, entrara de lleno. ¡°Chorizo, ?s¨ª! Paella, ?s¨ª! Croqueta, ?s¨ª, s¨ª! ?Todo junto? M&S, ?qu¨¦ hab¨¦is hecho?¡±, escrib¨ªa en las redes.

Era una expresi¨®n de lo que se define como ¡°s¨ªndrome de Estocolmo¡±, aunque Elliot viva en Madrid. El diplom¨¢tico, contagiado por el arrebato popular, cargaba contra la cadena brit¨¢nica. Enseguida, sin embargo, plegaba velas. ¡°Quiz¨¢s simplemente tenga hambre, pero ?qu¨¦ te parece si las probamos, Simon?¡±, propon¨ªa a su compatriota periodista. ¡°Todav¨ªa tengo que probar algo del supermercado de M&S que no me haya encantado. Qui¨¦n sabe. Igual nos tenemos que comer tambi¨¦n nuestras palabras...¡±

Como todo lo que tiene que ver con el paladar admite discrepancias y debate, entraba en la discusi¨®n alguien con pedigr¨ª para opinar: Omar Allibhoy, el chef que trabaj¨® con Ferran Adri¨¤ en elBulli y triunf¨® con su Tapas Revolution por todo Londres.

Omar ha colgado en X un video en el que se acerca a Marks & Spencer a comprar las croquetas y las prepara en el horno de su casa. Acompa?ado de un buen tinto, se dispone a probarlas reci¨¦n salidas del horno: ¡°Hmm, buen sabor. Cremoso. Notas la bechamel. El chorizo tambi¨¦n, aunque no sea el sabor dominante. Y la paella est¨¢ all¨ª. Est¨¢ muy lograda, no te puedes quejar¡±, dice con una carcajada.

Hasta el diario The Times llevaba a portada el esc¨¢ndalo de las croquetas este mi¨¦rcoles. ¡°Ay caramba! (sic) How Spanish are your croquetas¡± (Ay caramba, cu¨¢nto de espa?olas son tus croquetas), titulaba, sin aclarar en qu¨¦ regi¨®n, exactamente, se utiliza la expresi¨®n ¡°Ay caramba¡±. O si es m¨¢s portuguesa que espa?ola, pero eso ser¨ªa entrar en otro terreno diplom¨¢tico resbaladizo.

Es normal que los puestos callejeros de Londres en los que se ofrece paella incorporen la variedad con chorizo, por mucho que algunos espa?oles se sigan enrabietando cuando lo ven. Es su particular vendetta, como la de los italianos es la pi?a en la pizza. Las declaraciones de amor pueden tambi¨¦n ser interpretadas como declaraci¨®n de guerra.

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