El teatro de los lineales de los supermercados y sus productos para combatir la ecoansiedad
Ofrecen productos apetecibles y f¨¢ciles de comer con un aspecto gestado sobre la r¨¦plica de referencias f¨¢cilmente distinguibles, muchas de ellas para combatir la ecoansiedad
La variedad silvestre y la falsa fresa tienen poco en com¨²n, excepto el nombre, el aspecto y la competencia por el espacio. Un m¨¦todo para diseminar las semillas es llamar la atenci¨®n de los p¨¢jaros con un suculento y carnoso eterio. La cuesti¨®n es que el simulado fruto de la falsa fresa es ins¨ªpido, en contraste con la explosi¨®n de perfume y sabor de la especie nativa. Si las aves anteponen textura y color al gusto, la estrategia del m¨ªnimo esfuerzo de la insulsa frutilla es admirable. En la jerarqu¨ªa sensorial de nuestra especie la vista tambi¨¦n est¨¢ en el escalaf¨®n m¨¢s alto. Se estima que el cerebro dedica el 50% de su actividad a un procesamiento visual que cubre el 90% de la informaci¨®n que le llega. Contamos con 30 ¨¢reas cerebrales implicadas en una visi¨®n que procesa y recuerda mucho m¨¢s r¨¢pido las im¨¢genes que las palabras. Tanto es as¨ª que esta relevancia se advierte en el lenguaje. En la mayor¨ªa de los idiomas, del total de t¨¦rminos asociados a los sentidos, la vista ocupa entre el 60% y el 80% de ellos. Claramente comemos primero con la vista y a continuaci¨®n, dependiendo de la cultura, con el o¨ªdo, el tacto, el sabor o el olfato.
Quiz¨¢ por esto se tiende a valorar con una disposici¨®n m¨¢s favorable aquello que se reconoce visualmente por el simple hecho de resultar m¨¢s familiar. Un desempe?o de la econom¨ªa conductual que compara entre las alternativas disponibles para reaccionar deprisa. Esto se puede observar en las cr¨®nicas tras la llegada a Am¨¦rica, en concreto en la forma en la que se describen los frutos, semillas y plantas ignorados hasta entonces, vincul¨¢ndolos por su aspecto o parecido a referencias del Viejo Mundo. Fray Bernardino de Sahag¨²n denomina bledos o cenizos a los amarantos que se despachaban en el mercado, en tanto que sus semillas se comparan con la mostaza y las lentejas. En Historia natural y moral de las Indias, publicado en 1590, el jesuita Jos¨¦ de Acosta apunta: ¡°A muchas de estas cosas de Indias los primeros espa?oles le pusieron nombres de Espa?a, tomados de otras cosas a que tienen alguna semejanza, como pi?as y pepinos y ciruelas, siendo en la verdad frutas divers¨ªsimas¡±. El parecido de la pi?a tropical con el estr¨®bilo del pino pi?onero le vali¨® su nombre, al igual que la circunstancia de que el primer tomate que lleg¨® a Italia fuera amarillo y se asemejara a una manzana fue decisivo para que el pomodoro ¡ªla manzana de oro¡ª tomase esa designaci¨®n.
Esta predisposici¨®n a la comparaci¨®n es la forma apresurada de digerir lo que se ignora situando un parche de convicci¨®n en la brecha del desconocimiento. De ah¨ª que uno de los procedimientos m¨¢s r¨¢pidos a la hora de insertar un producto nuevo en el mercado sea equipar¨¢ndolo con otro ya conocido. Un caso c¨¦lebre fue la llegada del vodka a Estados Unidos, en la d¨¦cada de 1930. Tras una primera pobre acogida, en un pa¨ªs que principalmente consum¨ªa bourbon, se comenz¨® a presentar como whisky blanco, lo cual contribuy¨® a que alcanzara una notable popularidad. Al respecto, es l¨®gico que en el gran escenario de la alimentaci¨®n muchos art¨ªculos representen una pieza teatral sobre la tarima de los lineales. Productos apetecibles y f¨¢ciles de comer con un aspecto gestado sobre la r¨¦plica de referencias f¨¢cilmente distinguibles. A fin de cuentas, cada concepto, cada idea, se prolonga en una representaci¨®n mental alojada en una imagen.
El propio t¨¦rmino idea, que deriva del griego, significa forma o aspecto. Y es por la fisura de la apariencia por donde permean ese listado de novedades que han llegado para combatir la ecoansiedad, alternativas comestibles a base de plantas, con cuerpo de boneless, nuggets, salchichas, croquetas, fingers, bites, hamburguesas, batidos, platos de pasta y rellenos. Todo un caballo de Troya revestido de beneficios para la salud del planeta, los animales y las personas, cargado de ultraprocesados, comida industrial y los hits de una comida r¨¢pida que olvida que una propuesta de ¨¦xito no siempre es una propuesta valiosa. Una dieta que relegue esto se vac¨ªa de se?ales de identidad, se universaliza y se desliga gradualmente de la cultura, de la identidad y de los condicionantes geogr¨¢ficos, sociales, econ¨®micos e ideol¨®gicos que alberga. Aunque parezca otra cosa.
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