La importancia de educar a los ni?os en nutrici¨®n
Sumidos en la ignorancia sobre el origen de los alimentos que comen y bombardeados por anuncios de procesados, podemos ser c¨®mplices de su desdicha o llenar sus miradas de curiosidad y su dieta de colores, placer y cultura
Los datos de una encuesta realizada por un centro de innovaci¨®n de Estados Unidos en 2017 revelaban que 16,4 millones de estadounidenses, alrededor del 7% de la poblaci¨®n, cre¨ªan que la leche con chocolate proced¨ªa de las vacas marrones. Es una noticia sorprendente, desde luego, como esa otra que ven¨ªa a decir que uno de cada cinco consumidores desconoc¨ªa que las hamburguesas se produc¨ªan con carne de vacuno. Tampoco se quedan atr¨¢s las cifras de un estudio llevado a cabo por psic¨®logos de la Universidad de Furman, en Carolina del Sur, que destapaban que casi la mitad de los ni?os de entre cuatro y siete a?os a los que se pregunt¨® opinaban que el beicon proven¨ªa de las plantas y que las patatas fritas eran de origen animal. Ese mismo estudio, publicado en Journal of Environmental Psychology, evidenciaba que el 65% de los menores cre¨ªan que las vacas, los cerdos y los pollos no eran comestibles, mientras un 5% opinaba que los gatos s¨ª lo eran, algo que, por otro lado, no deja de ser cierto en algunas partes del mundo.
El grado de desconocimiento en los pa¨ªses m¨¢s industrializados sobre el origen de los alimentos es tan considerable que hay peque?os que afirman que el pan, el vino o los macarrones se obtienen de los animales, en tanto que otros asumen que el queso se procesa a partir de plantas. Lo interesante del asunto es que ya hay una empresa que elabora queso vegetal a partir de prote¨ªnas de leche producidas en soja editada gen¨¦ticamente. M¨¢s all¨¢ de la controversia que suscitan la alteraci¨®n de genes, la industrializaci¨®n de los alimentos, las demandas y sentencias por el uso de t¨¦rminos lecheros en productos confeccionados sin leche o la creciente confusi¨®n de los consumidores frente a tanta nueva nomenclatura e innovaci¨®n, se encuentra el aliciente que motiv¨® la idea para el desarrollo de este producto, que no es otro, en palabras de su promotora, que no renunciar a ese bocado de queso en una pizza o en un s¨¢ndwich a la parrilla; o lo que es lo mismo, no prescindir del favor de la comida altamente procesada en versi¨®n vegana. Aun cuando relativicemos el alcance y peso de los sondeos, es evidente que ilustran un panorama repleto de inc¨®gnitas.
Seg¨²n un estudio elaborado por la Fundaci¨®n Espa?ola de la Nutrici¨®n, muchos ni?os espa?oles consumen m¨¢s del 50% de las calor¨ªas diarias a trav¨¦s de productos industriales, lo que revela una evidencia inquietante teniendo en cuenta que pasan un promedio de 2 horas y 38 minutos al d¨ªa frente al televisor. Durante ese tiempo, se estima que son abordados por alrededor de 12 minutos de publicidad por hora, lo que viene a suponer entre 90 y 95 anuncios publicitarios al cabo del d¨ªa, o lo que es lo mismo, alrededor de 33.000 spots anuales, de los cuales un n¨²mero importante son de productos y bebidas poco sanos que irrumpen desde la orilla del deseo.
Por ello, resultar¨ªa crucial sentar desde el inicio unas conductas apropiadas frente a lo que se come, teniendo en cuenta que las pautas alimentarias poco saludables se relacionan con un mayor predominio de afecciones en la edad adulta. Reparando en que a los peque?os les atrae explorar, conocer, tocar todo lo que est¨¦ a su alcance sirvi¨¦ndose de sus cuerpos y los sentidos para descubrir el mundo, ser¨ªa beneficioso enhebrar en la jerarqu¨ªa de sus vivencias visitas a huertos y granjas, paseos y rutas por el campo para recoger hierbas o frutos silvestres, que, adem¨¢s de despertar sus emociones, contribuir¨ªa a formarlos. Tambi¨¦n ayudar¨ªa aprender el funcionamiento de las cosas, averiguar qu¨¦ se come en otras latitudes del planeta o c¨®mo se elabora una receta. Recorrer los mercados de las ciudades que se visitan en busca de productos e incrementar las ocasiones en las que comer juntos en familia proveer¨ªa de argumentos y conocimientos b¨¢sicos sobre alimentaci¨®n y nutrici¨®n a estos adultos del ma?ana. Los ni?os son el futuro. Podemos ser c¨®mplices de su desdicha hipercal¨®rica o llenar audazmente sus miradas de curiosidad y su dieta de colores, placer y cultura. Blanco y en botella.
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