El peso de una cuchara puede cambiar nuestra forma de comer: as¨ª afecta el dise?o de los cubiertos a la alimentaci¨®n
Para Tomer Botner, experto en dise?o de cuchillos, la elecci¨®n de un cubierto depende de muchos factores como el peso, la medida o el material
Si las herramientas son un intermediario entre las personas y su entorno, los cubiertos modifican nuestra forma de comer. No sabe igual una ostra que se toma de su concha que si la pescamos con un tenedor; las croquetas, cuando las cogemos con la mano, anticipan su calor y su textura crujiente en las yemas de nuestros dedos; el caviar se sirve con cuchara de n¨¢car para no alterar su sabor. Del mismo modo, un peso superior de un cuchillo, como el de la marca de cuberter¨ªa Sknife (que pesa 250 gramos y est¨¢ fabricado en acero de grado quir¨²rgico), hace que percibamos m¨¢s suavidad en la carne, y la plata en un tenedor Christofle o Robbe & Berking enriquece la experiencia. No en vano, arquitectos como Toyo It¨, Antonio Citterio o Renzo Piano han colaborado con distintas marcas para sacar al mercado las creaciones m¨¢s perfectas.
Los comportamientos a la hora de comer pueden cambiar, por ejemplo, por el tama?o de los cubiertos, tal y como demostraba un estudio publicado en la Journal of Consumer Research, en el que se arm¨® a los comensales de un restaurante italiano del suroeste de los Estados Unidos con dos tipos de tenedores distintos: unos pod¨ªan contener hasta un 20% m¨¢s de comida y otros hasta un 20% menos. Los resultados mostraron que el uso del tenedor m¨¢s grande hizo que consumieran menos comida.
Pero la l¨®gica cambia seg¨²n los recipientes, los utensilios y los alimentos. En otro estudio del American Journal of Preventive Medicine, donde se examin¨® c¨®mo influ¨ªa el tama?o de un bol y de una cuchara en la decisi¨®n de servirse m¨¢s o menos helado, se lleg¨® a la conclusi¨®n que a m¨¢s tama?o, mayor raci¨®n de postre. Teor¨ªas como la ilusi¨®n de Ebbinghaus-Titchener, por la cual los elementos circundantes afectan, por contraste, a la percepci¨®n del tama?o de un objeto, entran en juego de forma determinante cuando se piensa en emplatados.
De hecho, la experta en salud p¨²blica, Theresa M. Marteau afirma que una forma de atajar din¨¢micas alimentarias nocivas para nuestra salud se encuentra en el dise?o tanto de la vajilla como de la cuberter¨ªa, ya que afectan al modo de seleccionar y de consumir los alimentos.
M¨¢s all¨¢ de la influencia que puedan tener las distintas formas, pesos y materiales de los cubiertos en la percepci¨®n de la comida que con ellos nos llevamos a la boca, los cubiertos tambi¨¦n han tenido un impacto en otras esferas, sea en la sanitaria, por evitar la continua manipulaci¨®n de los alimentos cocinados con las manos, e incluso la social. Tal y como lo explica Pascal Reigniez en Histoire des couverts (Errance&Picard, 2024), ¡°El tenedor contribuy¨®, poco a poco, a instaurar nuevas maneras en la mesa, nuevas actitudes, y motiv¨® su codificaci¨®n; cre¨® relaciones individuales con los alimentos y unos comportamientos colectivos en relaci¨®n a los comensales¡±.
El proceso de introducci¨®n y normalizaci¨®n de los cubiertos fue largo. Aunque se han encontrado restos de cubiertos prehist¨®ricos, como la cuchara de Fontal¨¨s (4200¨C2040 aC), en hueso de reno, del periodo magdaleniense (Paleol¨ªtico superior) o las cucharas de Charavines, cerca del lago Paladru, en Is¨¨re, hechas en madera entre el 2669 y el 2592 aC, as¨ª como los posteriores cochlearium de ¨¦poca romana. Reigniez considera que la popularizaci¨®n de los cubiertos se da hacia el siglo XVII, cuando fue posible arquear las puntas de metal de los tenedores, algo que permit¨ªa no solamente pinchar la comida, sino tambi¨¦n recuperarla del plato gracias a su forma c¨®ncava. Pero, por supuesto, se usaban desde mucho antes. La palabra culier, la antigua voz francesa de cuill¨¨re (cuchara), aparece escrita ya en el siglo XI.
Para Tomer Botner, experto en dise?o de cuchillos en Florentine Kitchen Knives, la elecci¨®n de un cubierto depende de muchos factores: qu¨¦ se quiere cortar, qu¨¦ estilo se desea, su peso, medida, material y c¨®mo debe performar junto a la comida que se sirve. En cuesti¨®n de cuchillos, dice que no hay solamente una respuesta correcta, pero as¨ª describe su cuchillo ideal: ¡°De entre 20 y 25 cent¨ªmetros de largo, con una hoja de unos 2 cent¨ªmetros de ancho y de entre 10 y 12 cent¨ªmetros de largo, con una punta recta y pulida, y un peso de entre 80 y 100 gramos para que tenga una buena sensaci¨®n en la mano¡±.
Botner explica que sus cuchillos de mesa est¨¢n fabricados en la misma alta calidad que sus famosos cuchillos de cocina por la sencilla raz¨®n de que los que usan los comensales cortan sobre cer¨¢mica, que es una superficie m¨¢s dura que las tablas de pl¨¢stico o madera de los cocineros. ¡°Esta es la misma raz¨®n por la que muchas compa?¨ªas elaboran filos serrados, ya que duran m¨¢s, pero no cortan tan limpiamente, y eso tambi¨¦n significa usar aluminio de calidad inferior¡±.
Sea en la mesa de un restaurante triestrellado o en la de casa, el dise?o de la cuberter¨ªa influye en la percepci¨®n del comensal. ¡°Suelen ser un tema de conversaci¨®n y demuestran que el anfitri¨®n cuida los detalles y ha querido a?adir algo m¨¢s a la experiencia, as¨ª como son una manera de comunicar un estilo en particular¡±.
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