Si no hay m¨¢s mujeres en la cumbre es porque no quieren
El mundo est¨¢ lleno de mujeres apasionadas de la cocina, con el impulso, la determinaci¨®n, el talento y la ¨¦tica de trabajo necesarias para llegar a lo m¨¢s alto. Pero para hombres y mujeres, el precio a pagar para conseguirlo no es el mismo
Cuando era peque?a no exist¨ªan ni el bluetooth ni las playlist. Al salir de escapada en coche en familia, para amenizar el viaje, a mi hermana peque?a y a m¨ª se nos daba a elegir entre las ¨²nicas tres cintas de casete que no hab¨ªan muerto devoradas por la garrapata de dos quilos que, supon¨ªamos, viv¨ªa dentro de la radio: grabaciones caseras de sardanas, los hits de Monano y su banda, y los grandes ¨¦xitos de Juan Pardo. Sobra decir que me los s¨¦ todos de memoria. Yo te canto Gallo de pelea y Anduri?a en la primera cita. Pero despu¨¦s de la gala de presentaci¨®n de la nueva edici¨®n de la gu¨ªa Michelin del pasado martes, el versillo que me viene trepanando la cabeza estos d¨ªas, con la dulzura de un disparo en la rodilla, es ese del temazo Ciudadanos del Mundo, que reza: ¡°Cada nuevo d¨ªa tienes oportunidades de superaci¨®n. Cada d¨ªa tiene fecha de tu sacrificio y de tu valor. Amigo m¨ªo, si t¨² quieres puedes¡±.
Los d¨ªas previos a la gala de las estrellas, Michelin Espa?a organiz¨® un evento titulado el Debate de la Gala: ¡°Mujer & Excelencia Gastron¨®mica¡±. De todo lo que se expuso en esa tertulia, Michelin eligi¨® resaltar en sus redes sociales: ¡°Si quieres, puedes¡±. Esos 30 segundos, y no otros, de un acto que dur¨® dos horas. En el mismo corte de v¨ªdeo aparece la respuesta de Ferran Adri¨¤, dada en una entrevista hecha hace 20 a?os, a la pregunta ¡°?por qu¨¦ no hay m¨¢s mujeres en la alta gastronom¨ªa?¡±: ¡°habr¨¢ tantas como ellas decidan¡±, ¡°nadie veta a las mujeres¡±. Michelin considera que si no hay m¨¢s mujeres en la cumbre es porque ellas no quieren estar ah¨ª. As¨ª pues, amiga m¨ªa, si t¨² quieres, puedes. Y si no puedes, entonces es que no lo quieres lo bastante.
Antes de seguir, un par de cifras para ponernos en contexto. En Espa?a, seg¨²n datos de la Encuesta de Poblaci¨®n Activa del INE, en 2022, de los 1,4 millones de trabajadores del sector hotelero, 739.200 (51,6%) eran mujeres. En el sector del alojamiento las mujeres eran mayor¨ªa, con un 56,2%. En la restauraci¨®n hab¨ªa paridad (50,3% mujeres y 49,7% hombres). De todas ellas, el 28,7% eran trabajadoras asalariadas y el 42,4% empresarias aut¨®nomas.
Ahora vienen dos a?adidos curiosos. El primero: de la cifra total de asalariados en el sector de la restauraci¨®n, las mujeres concentran la mayor cantidad de empleo a tiempo parcial, un 65,8%. El segundo: en ese mismo a?o, en la Gu¨ªa Michelin Espa?a aparec¨ªan 224 restaurantes con estrella. De ellos, s¨®lo 19 ten¨ªan una mujer al frente: un 8,4%. Hoy, la cifra de restaurantes estrellados ha subido hasta 292. De ellos, los encabezados por una mujer siguen siendo 19: un 6¡ä5% del total. Ese porcentaje se eleva al 12,3% si contamos los 17 restaurantes con liderazgo mixto.
Se ha escrito largo y tendido sobre este fen¨®meno. La literatura acad¨¦mica es abundante y tajante al respecto: la importancia num¨¦rica de la fuerza laboral femenina no se refleja en la cumbre. En alg¨²n punto, de camino a la ¨¦lite, las mujeres desaparecen.
Los retos que las mujeres chefs deben superar en su carrera para llegar a lo m¨¢s alto han sido ampliamente discutidos y probados e incluyen una mayor dificultad para conseguir financiaci¨®n y la reticencia de los mandos masculinos a ascenderlas y la de los medios a enfocarlas, pero por encima de todo se alza la dificultad para conciliar vida profesional y vida familiar.
Para conseguir resultados sobresalientes son necesarios esfuerzos extraordinarios. Nadie destaca haciendo lo mismo que el resto. Para jugar en la Champions League hay que poder tener reuniones a las ocho de la tarde, ir a galas, entregas de premios y ruedas de prensa, entrar en cocina a las seis de la ma?ana y marcharse a la una de la madrugada, trabajar domingos, festivos y vacaciones, viajar a congresos y eventos internacionales, centrarse y enfocarse al m¨¢ximo, entregarse en cuerpo y alma.
El mundo est¨¢ lleno de mujeres apasionadas, con el impulso, la determinaci¨®n, el talento y la ¨¦tica de trabajo necesarias para llegar a lo m¨¢s alto. Pero para hombres y mujeres, el precio a pagar para conseguirlo no es el mismo. Mientras para los hombres tener familia significa poder obsesionarse hasta perder el mundo de vista, sabiendo que ya hay alguien que se encarga de mantenerlo girando, para ellas tener familia significa llevar un par de mochilas adicionales a la espalda para correr la misma marat¨®n. Como dice Bego?a Rodrigo: ¡°Cuando un hombre abre un restaurante ya tiene una administrativa, una se?ora que le cuida los ni?os y una se?ora que le hace las faenas en casa. Si una mujer abre un restaurante, o tiene una red muy bien montada a su alrededor y un plan para contar con ingresos en el restaurante desde el primer d¨ªa para pagar esos gastos y soportes, o est¨¢ perdida.¡±
La igualdad real en lo profesional tiene que empezar en casa. Hay que repartir esas responsabilidades. Porque si nos desentendemos todos, se acabaron los ni?os.
As¨ª que, amigo m¨ªo, si t¨² quieres, puedes: puedes llevar al ni?o al colegio a las nueve y recogerlo a las cuatro y media, y luego acompa?arlo a ingl¨¦s. Puedes pensar en pedir cita al pediatra y llevarlo cuando toque, y responder a esa llamada de tel¨¦fono a las 11:43 de una ma?ana de martes, avisando de que la peque?a tiene fiebre y alguien tiene que ir a buscarla a la guarder¨ªa. Puedes cuidar de la abuela que est¨¢ mayor y no est¨¢ fina, ir al festival de fin de curso y a las audiciones de flauta, preparar el disfraz de carnaval y comprar zapatos cada seis meses.
No soy yo, son Juan Pardo y la Gu¨ªa Michelin quienes te lo dicen.
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