La Capa, el bar de Carabanchel que reabrieron tres j¨®venes, hartos de lidiar con la precariedad en la hosteler¨ªa

¡°Somos tres trabajadores que se han autoempleado. No hay plan de negocio. Curramos mucho por dar un servicio de calidad¡±. Arturo Romera (Madrid, 29 a?os) explica as¨ª la esencia del bar La Capa, el negocio abierto en Carabanchel junto a Antonio Tapia (Madrid, 33 a?os) y Martin Phillipe See (Manila, 31 a?os) y que en apenas dos meses se ha convertido en un lugar de peregrinaje para quienes quieren beber y comer bien en un lugar honesto al margen de los fuegos de artificio que caracterizan a muchos locales del centro de Madrid. Los tres amigos se conocieron trabajando en hosteler¨ªa y cansados de estar ¡°un poco puteados¡± por un antiguo jefe, pusieron 10.000 euros por cabeza y rebabrieron La Capa, una hist¨®rica cafeter¨ªa del distrito a pocos metros de la emblem¨¢tica La Casa de los Minutejos. ¡°La idea es crear un proyecto donde podamos gestionar el espacio y la parte humana de manera que sea algo justo y sostenible¡±, a?ade Romera, que confiesa que aunque trabajan mucho, ahora sabe diferente porque son los due?os. ¡°En este pa¨ªs, si quieres vivir de la hosteler¨ªa, tienes que montar algo¡±, prosigue. Y eso han hecho.

Cuando uno entra en el local, puede parecer que est¨¢ tal cual se lo encontraron cuando levantaron la persiana, pero lo cierto es que pasaron d¨ªas limpiando ¡ª¡±con sosa c¨¢ustica¡±, dice Romera¡ª para quitar la mugre que cubr¨ªa suelos y azulejos. Fueron estos, de un verde profundo y t¨ªpicos de los sesenta, los que enamoraron a los nuevos due?os, que han querido respetar la esencia de un establecimiento abierto originalmente en aquella d¨¦cada y ¡°potenciar lo que hab¨ªa¡±, comenta Tapia, a quien todo el mundo ¡ª¡±menos la del banco¡±, puntualiza¡ª conoce como Piru. Todo el acondicionamiento lo hicieron con sus manos a base de ma?a y con ayuda de algunas adquisiciones de segunda mano ¡ªcomo unas mesas redondas en m¨¢rmol y los espejos, del abuelo de Romera¡ª acabaron de perfilar un lugar. ¡°Quer¨ªamos potenciar el car¨¢cter viejuno, de bar de barra, de un Madrid casi extinto¡±, afirma Romera, quien posee una peque?a bodega en la Sierra de Gredos y cuyo bagaje anterior le hizo pasar por restaurantes como el asador Etxebarri.

Ninguno de los tres socios presume de haber inventado nada. De hecho, es el propio Romera el que cuenta que uno de sus platos de ¨¦xito, los tres huevos fritos ¡ªde huevos Redondo, ¡°imbatibles¡±¡ª con kokotxas de bacalao al pil pil (16 euros) es una creaci¨®n del laureado Granja Elena, en Barcelona. Tampoco adornan el hecho de que la elaboraci¨®n que mejor les representa sea su escalope con pimientos rojos que ellos mismos confitan (18 euros) y que hacen deshuesando y aplanando las traseras de pollo que les suministra su vendedor de confianza del Mercado de Santa Mar¨ªa de la Cabeza. En ese puesto tambi¨¦n adquieren el reques¨®n batido que sirven con miel ¡ªmilflores, ¡°de una zona de encinas¡±¡ª y ralladura de lim¨®n, que es tan simple como delicioso y que compite en los postres con la Comtessa casera. ¡°No es ta tan buena como la industrial, pero est¨¢ bastante lograda¡±, cuenta con franqueza Romera.

A mediod¨ªa, el bodeguero sirve un espumoso a una clienta que se dispone a comer sentada en la barra. Presume de ofrecer la copa de vino natural ¡°m¨¢s barata de todo Madrid¡±. En concreto, a 3 euros si se escoge un porr¨®n de tinto o blanco de la casa ¡ªde Vinyes Tortuga, una bodega de dos j¨®venes en el Empord¨¤¡ª que da para cinco copas y que venden por 15 euros. La copa suelta sale a cuatro. Pero adem¨¢s hay dos cartas de vinos disponibles. En la blanca, con alrededor de 20 referencias de tintos, blancos y espumosos, entre los que Romera destaca, por ejemplo, La Vi y So?¨¦ 2021 de Barranco Oscuro por 28 euros. Y luego est¨¢ la roja, en la que figuran vinos a precio de coste y a los que aplican un incremento de 25 euros por descorche con la idea de ¡°traer a la tierra el mundo del vino¡±. ¡°Esto lucha contra el mundo de la especulaci¨®n. Queremos darle la oportunidad de acceder a ellos a gente como nosotros¡±. En dicha lista, se puede ver un Bruy¨¨re et Houillon Arbois Ploussard de 2019 por 65 euros.¡°Los vinos que traemos pueden estar en un estrella Michelin, pero aqu¨ª lo puedes beber comiendo una kokotxa y una tortilla¡±, defiende Romera.

El proyecto de los tres socios ten¨ªa que ser s¨ª o s¨ª en Carabanchel, el lugar donde creci¨® Romera y en uno de los pocos que, consideran, se puede a¨²n emprender con un presupuesto ajustado. Los fines de semana, explican, el espacio se llena de familias y los ni?os pintan los manteles de papel, porque el objetivo es que todo el mundo est¨¦ c¨®modo y no se encuentre fuera de lugar en esta casa de comidas. Acorde con c¨®mo entienden la hospitalidad, no se doblan turnos, dando alas a esa costumbre tambi¨¦n casi extinta llamada sobremesa. ¡°Sudamos como cabrones, corremos. Tenemos que poner una tortilla, recoger... es un sitio de batalla, pero ofrecemos la posibilidad de que quien venga tenga el mejor producto posible y vinos muy interesantes¡±, concluye Romera, a lo que Tapia a?ade el trato humano. ¡°Queremos que venga gente del barrio, de todos lados, y no hacemos diferencias¡±. ?l, en sala, ya se sabe todos los nombres de los perros de la zona. Romera, que hace de sumiller, ya se sabe qu¨¦ vino bebe cada uno de sus clientes.