Gazpacho de tomate, pimiento choricero y jerez

Tras la pol¨¦mica suscitada por el gazpacho de hierbabuena y albahaca, conf¨ªo en que a los Guardianes de la Sagrada Esencia del Gazpacho Espa?ol que aparecieron en los comentarios de aquella receta les parezca bien este nuevo invento. Lleva tomate, aceite, vinagre y pan, es crudo, l¨ªquido, emulsionado y se toma fr¨ªo, por lo que no veo motivo para que los talibanes gastron¨®micos me vuelvan a crucificar por llamarlo "gazpacho". A no ser que no toleren frivolidades como las de a?adir pimiento choricero -?pero si eso es del Norte!-, miel -menuda guarrada- y vino de Jerez -hala, encima alcoh¨®lico-, en cuyo caso pongo la otra mejilla y me entrego con resignaci¨®n a un nuevo martirio.

Que conste que la absurda man¨ªa por ponerle ingredientes extra?os a este sacrosanto preparado tradicional me viene de un aut¨¦ntico sabio en la materia llamado Alberto Herr¨¢iz. M¨¢s concretamente, de su excelente libro 'Gazpacho' (Akal), que recomiendo a todos los fans del producto en cuesti¨®n. ?l es el que pone pimiento choricero a uno de sus gazpachos, y vino fino de Montilla a un salmorejo, lo que me llev¨® a hacer un megamix de ambas ideas en mi ¨²ltima sopa. Claro que Herr¨¢iz es de los que piensan que el gazpacho, m¨¢s que un plato, es una t¨¦cnica, herej¨ªa que a buen seguro no gustar¨¢ a los egregios defensores de la tradici¨®n.

Al resto, simplemente deciros que el vino y el pimiento dan un leve giro a este plato de toda la vida. Sin grandes estridencias, s¨®lo a?adiendo un peque?o toque ahumado y ajerezado que me encanta.