Pollo de corral asado con casta?as y membrillos

?C¨®mo conseguir el pollo asado perfecto? Los cocinillas llevan siglos d¨¢ndole vueltas a esta cuesti¨®n, e inventando los m¨¦todos m¨¢s pintorescos para conseguir que la pechuga quede jugosa y los muslos bien hechos: que si p¨ªnchalo por aqu¨ª, que si dale la vuelta por all¨¢, que si embad¨²rnalo con no s¨¦ qu¨¦... Hasta han sodomizado con una lata de cerveza al pobre animal, ignorando su derecho a la dignidad gallin¨¢cea.

Lo cierto es que, si asas el pollo entero para servirlo en la mesa en tal estado, es pr¨¢cticamente imposible lograr que la pechuga y los muslos alcancen a la vez un punto perfecto: o la primera estar¨¢ un poco seca, o los segundos un poco tiesos. Ahora bien, hay m¨¦todos de cocci¨®n que limitan esta diferencia, y que logran resultados bastante aceptables para ambas partes. De los que he probado, el que mejor me ha funcionado es el asado a baja temperatura.

No hace falta ser Nathan Myhrvold ni contar con complicadas tecnolog¨ªas para cocinar un pollo con este m¨¦todo. Basta con confiar en los efectos del calor suave y prolongado, m¨¢s la paciencia suficiente como para aguantar m¨¢s de tres horas de cocci¨®n. Pero el resultado compensa, porque al final comes un pollo tierno y jugoso que no se te hace bola al primer bocado.

En esta receta, el acompa?amiento tiene un punto oto?al e incluso navide?o: casta?as y membrillos. En caso de no encontrarlos, ¨¦stos se pueden sustituir por manzanas, salt¨¢ndose lo de la cocci¨®n (los primeros son duros como piedras y la necesitan, mientras que las segundas, no). En cuanto el tiempo de horneado, depende del tama?o del pollo: por cada medio kilo de m¨¢s o de menos, yo a?adir¨ªa o reducir¨ªa unos 40 minutos.