Los anuncios de comida con famosos m¨¢s extra?os del mundo
Lo de los famosos y la publicidad es un matrimonio que se sabe c¨®mo empieza, pero nunca c¨®mo acaba. A continuaci¨®n damos un repaso a las uniones m¨¢s extra?as vistas en la peque?a pantalla.
En teor¨ªa la f¨®rmula es sencilla: contratas a un famoso por una millonada, le pones tu producto en la mano o en la boca, le dices que sonr¨ªa mientras suelta una frase manida y ya tienes listo tu anuncio con cara conocida. Pero ya no estamos en los 60, lo de ¡°dientes dientes¡± hace tiempo que es marca registrada de la Pantoja y sobre todo, nuestra atenci¨®n como consumidores est¨¢ cada vez m¨¢s dispersa.
Por eso las agencias publicitarias cada vez tienen que trabajarse m¨¢s las historias. Que s¨ª, que seguimos aguantando que George Clooney venda c¨¢psulas de caf¨¦ porque lo tomamos como tradici¨®n, pero el ¨¦xito de una campa?a reside en la experimentaci¨®n. En crear piezas que nos hagan creer que cada pausa publicitaria es la de la ¨²ltima Super Bowl. Claro que no siempre se acierta y el riesgo tomado se vuelve en su contra. O lo que es lo mismo, en fen¨®menos virales por causas que no son las esperadas (y luego est¨¢ Jap¨®n, que es otra historia). Bienvenidos al desconcertante mundo de los anuncios de comida rarunos con famosos.
El aceite sabros¨®n de Delf¨ªn Quisphe
El delf¨ªn m¨¢s famoso de internet, el que todo el mundo deber¨ªa admirar sin condici¨®n, no es el protagonista de series infantiles y tampoco presenta sus dise?os en Cibeles. No, el delf¨ªn m¨¢s importante de nuestra era es un artista que vive en Ecuador. Un genio que comparte universo kitsch con Wendy Sulca y la Tigresa de Oriente y todo un fen¨®meno viral gracias a una canci¨®n dedicada al atentado contra las Torres Gemelas. Con semejante curr¨ªculum es normal que Aceite Sabros¨®n, marca de referencia en su pa¨ªs, apostara por ¨¦l para hacer mundialmente famosa su propuesta.
Para ello grabaron cuatro spots que ya quisieran los Fangoria para su Geometr¨ªa Polisentimental en los que Delf¨ªn hace magia, nada por el mar entre compa?eros de especie, baila sobre una sart¨¦n hirviendo, vuela subido en una botella de aceite at¨®mica y apela al sentimiento nacional de los emigrados sin perder el ritmo ni la sonrisa. Y s¨ª, la m¨²sica es la misma que usaba en la canci¨®n que le lanz¨® a la fama. Siempre lo es. Repitan conmigo: Delf¨ªn hasta el fin.
Bill Cosby, Lindsay Lohan y mucha gelatina
Sabiendo lo que sabemos ahora de estos dos personajes podr¨ªa parecer que estamos ante el t¨ªtulo inventado por el due?o de un cine X para atraer clientes. Pero la realidad siempre supera la ficci¨®n. Y aunque el sexo, por fortuna, no aparece en este spot rodado en los noventa, es imposible no preguntarse si sus responsables concibieron la idea del mismo despu¨¦s de hacerse la ruta del bakalao valenciana.
De hecho, esos ni?os que rapean con Bill Cosby y ponen los ojos en blanco mientras engullen gelatina morada con formas de estrella y dinosaurio bien podr¨ªan ser hoy los mismos adultos que entrevistan en Callejeros a la salida de cualquier macrofestival veraniego.
Pedro, Rossy, Chus y otras pastas del mont¨®n
A veces las marcas no se conforman con poner estrellas delante de las c¨¢maras en sus anuncios. Si hay dinero para poner a genios del cine detr¨¢s, se ponen. No sabemos cu¨¢nto pagar¨ªan a Pedro Almod¨®var para dirigir en 1996 este magn¨ªfico spot de pastas Ardilla, pero cualquier cach¨¦ es poco teniendo en cuenta el resultado. Claro que hablamos de un director que desde el principio de su carrera demostr¨® que la publicidad pod¨ªa formar parte de sus pel¨ªculas sin que ello alterase el ritmo.
Eso s¨ª, esta vez ni caf¨¦s que abrasan caras, ni bragas que camuflan las ventosidades ni detergentes que limpian las manchas de sangre de la ropa del famoso asesino de Cuatro Caminos. Para este spot Almod¨®var prefiri¨® recrear una de las secuencias m¨¢s recordadas de La flor de mi secreto y para ello contrat¨® a las actrices que la protagonizaban: Chus Lampreave y Rossy De Palma. Porque una madre gritando "?d¨®nde lo has puesto?" funciona igual de bien para unos pimientos que para unos espaguetis. Aqu¨ª la prueba.
Fiebre et¨ªlica de un s¨¢bado noche
Que en Jap¨®n la publicidad maneja c¨®digos que por estos lares no entendemos ya lo sab¨ªamos. Lo que seguramente no imaginaba es la cantidad de estrellas de Hollywood que a cambio de una suculenta suma de dinero se dejaron seducir por cantos de sirena nipona para rodar spots que, en teor¨ªa, nunca se ver¨ªan en occidente. Pero entonces lleg¨® YouTube y las verg¨¹enzas salieron a la luz.
Verg¨¹enzas seg¨²n se miren, claro, ya que para el que esto escribe de aquellas colaboraciones salieron verdaderas piezas de arte surrealista que hoy deber¨ªan proyectarse en museos. Empecemos por algo suave para evitar infartos. Empecemos, por ejemplo, con John Travolta convertido en un bailar¨ªn epil¨¦ptico rodeado de japonesas que, por aquel entonces, no sal¨ªan de la televisi¨®n para asesinar a nadie sino para vender una bebida llamada Tokyo Drink. Si esta versi¨®n no le gusta, aqu¨ª tiene la versi¨®n piscinera y la versi¨®n pasillo de El resplandor.
Schwarzenegger, el genio del m¨²sculo
Pero Travolta no ha sido el ¨²nico actor de Hollywood al que han captado agencias de publicidad japonesas empe?adas en ridiculizar al starsystem estadounidense qui¨¦n sabe si a modo de sutil revancha por haberles ganado la guerra. Schwarzenegger, por ejemplo, tambi¨¦n flirte¨® con el rid¨ªculo en Jap¨®n rodando dos spots para vender bebida energ¨¦tica.
En el primero, rescatando lo aprendido en sus pelis m¨¢s enfocadas al p¨²blico infantil, acaba convertido en el Mazinger Z de las cajas de cart¨®n. En el segundo, el m¨¢s inenarrable, sale de la cabeza de una chica cual genio de Aladdin. Por cierto, acaban de llamar los chicos de la gelatina morada de antes para preguntar que por qu¨¦ en los festivales de Espa?a venden RedBull en lugar de estas bebidas.
La sopa de amor de Stallone
Y ya que estamos con los h¨¦roes de acci¨®n de los 80, ?alguien es capaz de explicar en qu¨¦ momento exacto alguien asoci¨® a Stallone con la sopa? ?Es sopapo una palabra japonesa y no nos hab¨ªamos enterado? ?Alguien es capaz de explicar en qu¨¦ momento exacto alguien pens¨® que adem¨¢s ser¨ªa buena idea que Rambo saliera dirigiendo una pel¨ªcula de ni?os voladores que se besan? ?Qu¨¦ le dir¨ªa el director del spot al bueno de Sylvester para que moviera as¨ª la mano? Si alguien este a?o tiene oportunidad de entrevistarle cuando gane el Oscar, que le pregunte. Queremos respuestas.
Hugh Jackman, el nuevo Travolta
Que la localizaci¨®n no te lleve a ning¨²n enga?o. Aunque est¨¦ rodado en un hotel de Tokio, este anuncio de Lipton Ice con Hugh Jackman es m¨¢s americano que otros famosos actores americanos que no son Hugh Jackman, puesto que ¨¦l naci¨® en Australia. Pero no nos quedemos en lo superficial y vayamos a lo importante: aqu¨ª tenemos el reboot necesario de los anuncios de Travolta que ya se?alamos antes: pasillos con puertas, bailes, piscinas y una coreograf¨ªa digna de los Oscar. De hecho, este anuncio es al de Travolta lo que la nueva entrega de Star Wars a la original: lo mismo, mejor y sin embargo, con mucha menos gracia.
Adivina qui¨¦n trae el pan esta noche
A veces, para conseguir que un anuncio se convierta en algo extra?o y de culto, no es necesario dejarse todo el presupuesto de la campa?a en decorados imposibles y efectos especiales car¨ªsimos. Basta con alterar la realidad sin que lo parezca incorporando un elemento extra?o que de pie a la hip¨®tesis del valle inquietante, esa que afirma que algo artificial que parece demasiado natural provoca rechazo.
Y en este anuncio de Bimbo si hay algo m¨¢s naturalmente artificial que el pan que quieren vendernos es Eduard Punset. ?Seguro que David Lynch no es el autor de esta joya de la publicidad freak? Necesitamos conocer al genio que luch¨® contra viento y marea para dejar ese aterrador gritito final del genio catal¨¢n. Queremos creer que es el mismo que le hizo decir a Iniesta eso de ¡°Kalise para todos¡± o el que convenci¨® a Antonio Banderas para que se sacara un ¡®paluego¡¯ mientras hablaba con un donut animado. Lo dicho, un genio de terror costumbrista.
?Jack Bauer, qu¨¦ te has tomado?
Y tras este breve inciso patrio, volvamos a Jap¨®n, la tierra donde no hacen falta gelatinas moradas en los festivales porque cualquier bebida artificial provoca el mismo efecto en tu organismo. Eso es al menos la conclusi¨®n que sacamos despu¨¦s de ver que una sustancia misteriosa llamada Calorie Mate sea la responsable de que a Kiefer Sutherland, el indestructible Jack Bauer de 24, le de m¨¢s miedo viajar en el metro rodeado de colegialas que ser brutalmente torturado por terroristas chi¨ªtas.
Las pastis de Britney
?Que no lo ves? Estamos ante la actuaci¨®n m¨¢s coherente de Britney ante una c¨¢mara en toda su carrera. Britney totalmente normal. He aqu¨ª lo verdaderamente inesperado.
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