La ¡®Operaci¨®n Bikini¡¯ te hace engordar
La lucha puntual contra la b¨¢scula es una trampa que aumenta el riesgo de engordar. Quienes recurren a la ¡®Operaci¨®n Bikini¡¯ pueden pesar en muy poco tiempo m¨¢s que antes de empezar la dieta.
Operaci¨®n Bikini: d¨ªcese de la histeria colectiva que abduce la voluntad de buena parte de la poblaci¨®n (en especial la femenina), haci¨¦ndole creer que el seguimiento puntual de las recomendaciones diet¨¦ticas m¨¢s locas servir¨¢ para estar como una s¨ªlfide en la pr¨®xima temporada estival. Abarca un periodo de tiempo m¨¢s o menos variable, normalmente comprendido entre los meses de marzo y junio.
Si eres uno de sus usuarios, es el momento de que conozcas su escasa efectividad: la experiencia apunta hacia el hecho de que la estrategia aumenta de manera significativa el riesgo de acabar pesando m¨¢s que antes de empezar la susodicha operaci¨®n. De esta forma, cada a?o se fronta la in¨²til ¨Cy encima, sacrificada¨C operaci¨®n con m¨¢s peso que el anterior. Un plan sin fisuras, ?verdad? A continuaci¨®n te contamos el porqu¨¦ de esta reacci¨®n del cuerpo.
As¨ª funcionan las dietas
Pasas la mayor parte del a?o actuando como si no hubiera un ma?ana, comiendo sin mayor control. Muchas veces quiz¨¢ empujado por las circunstancias ¨Cfalta de tiempo o de organizaci¨®n, estr¨¦s, tal vez exceso de trabajo¨C, que tampoco suelen ayudar, hay que reconocerlo. Es posible que en ocasiones una punzada de remordimiento aflore desde el subconsciente y te percates de que as¨ª no vas bien, pero sigues.
Contin¨²as con la esperanza de que llegado el momento, cuando sea necesario, te pondr¨¢s manos a la obra para solucionar el desaguisado. Y ese momento llega: no ha fallado nunca a su cita en los ¨²ltimos 40 a?os ¨Co m¨¢s, es posible que naciera en 1946 a la vez que la prenda que le pone nombre¨C y se le llama ¡®Operaci¨®n Bikini¡¯.
Entonces surge la duda. Las opciones son casi infinitas: ?hay que fiarse de la dieta que ha hecho la vecina del 5? o de la de la cu?ada de turno??Es mejor seguir las recomendaciones del ¨²ltimo gur¨² con su best-seller en materia de dietas milagro, confiar el adelgazamiento a no-importa-qu¨¦ producto que venden en la herborister¨ªa del barrio o sumarse a los consejos de las celebrities? Otra opci¨®n es bajar a la farmacia y comprar ese producto que se anuncia en la tele y asegura que perder¨¢s un 50% m¨¢s con su ayuda; y tambi¨¦n existe la posibilidad de ponerse en manos de las m¨²ltiples franquicias pierde-peso que han aflorado en los ¨²ltimos a?os.
El abanico de supuestas soluciones es inagotable. Por tierra, mar y aire ¨Co lo que es lo mismo, por radio, televisi¨®n e internet¨C, todo el mundo nos ofrece su m¨¦todo, y todos son eficaces cien por cien, supersencillos y ultragarantizados, al menos sobre el papel. Adem¨¢s, generalmente publicitan sus casos de ¨¦xito; algo curioso cuando se trata de una estrategia prohibida por la legislaci¨®n. Pero ese es otro cantar.
Entonces, optas por uno de entre tantos sistemas, porque seguro que el de este a?o es el bueno. Aunque empiezas con ilusi¨®n, al poco tiempo te das cuenta que de sencillo o f¨¢cil nada de nada: el sistema, m¨¦todo o dieta requiere sacrificios y se te est¨¢ poniendo m¨¢s mala leche que a Pinocho en un Ikea. Pero sigues. Un poco m¨¢s adelante empiezas a ver los resultados de tanta restricci¨®n: has perdido dos kilos.
Te alegras, esto est¨¢ dominado, te dices. Pero tambi¨¦n te relajas, quiz¨¢ pierdas uno o dos kilos m¨¢s y ya est¨¢. M¨¢s tarde te has olvidado del tema y ya no te acuerdas ni del d¨ªa que te pusiste con la dieta. As¨ª, al cabo de medio a?o la estad¨ªstica apunta a que lo m¨¢s probable es que en ese momento peses 6 kilos m¨¢s que cuando acabaste la famosa dieta, 2 m¨¢s que cuando la empezaste. Todo un ¨¦xito, por no hablar del dinero invertido y el agradable y aterciopelado car¨¢cter que se te puso mientras estabas en ello.
Este relato de los hechos es, m¨¢s o menos, lo habitual. Hasta el punto de que hay quien afirma que la mejor forma de ganar 12 kilos de peso consiste en haber perdido previamente 10. Cuando te dicen que la vida es injusta, creo que se deben referir a cosas como esta.
?De verdad las dietas engordan?
Pues est¨¢ bastante claro. Al menos, la evidencia cient¨ªfica con la que contamos actualmente apunta sin dudas en esa direcci¨®n. Pero antes de meternos de lleno con esto, es el momento de hacer un llamamiento a la racionalidad.
Todos conocemos las alarmantes cifras de sobrepeso y obesidad en nuestro entorno, unos n¨²meros que no han parado de crecer en los ¨²ltimos 40 a?os. Al mismo nivel se ha multiplicado el censo de remedios y soluciones, por tanto la duda l¨®gica es inevitable: ?acaso si uno solo de esos remedios lo fuera de verdad, no habr¨ªamos resuelto ya el problema, y dejar¨ªan de surgir cada dos por tres nuevos remedios que digan de s¨ª mismos que ellos s¨ª son la soluci¨®n definitiva?
La duda se resuelve f¨¢cil: a d¨ªa de hoy la comunidad sanitaria ha sido incapaz de encontrar una soluci¨®n v¨¢lida al problema poblacional de la obesidad. Y si la ciencia no la ha encontrado, menos todav¨ªa los abundantes charlatanes y vendedores de adelgazantes milagro.
El asunto se complica cuando se toma en consideraci¨®n que las personas que entran en la din¨¢mica de hacer dieta son m¨¢s propensas a ganar peso, y no solo no adelgazar. Adem¨¢s se trata de una cuesti¨®n dosis-dependiente: cuantas m¨¢s dietas se hacen, mayor es el riesgo de aumentar de peso, tal y como se refleja en este interesante estudio del que se sacan valiosas lecturas.
Por ejemplo, ser una mujer de 25 a?os y haber intentado perder peso una vez triplica casi el riesgo de sobrepeso (si eres hombre el riesgo se duplica); pero si se ha intentado perder peso dos o m¨¢s veces el riesgo de tener sobrepeso se multiplica por 5. Adem¨¢s, el efecto obesog¨¦nico ligado a quienes hacen dieta se puso de relieve con independencia de la gen¨¦tica, ya que la muestra del estudio estaba constituida por hermanos gemelos.
Pero, ?nos engordan igual a todos?
Tal y como contrasta otro trabajo de revisi¨®n sobre la materia titulado ¨Cy no por casualidad¨C Las dietas no son la respuesta, los estudios que han observado a largo plazo (de cuatro a cinco a?os) la evoluci¨®n de las personas que han empezado una dieta, han contrastado que la mayor parte de ellas recuperaron su peso de partida y que hasta un 41% de las mismas pesaron aun m¨¢s que al inicio de la dieta de adelgazamiento.
No obstante, a pesar de que el hecho de hacer dieta se ha identificado claramente como un elemento predictor de la ganancia de kilos, esta tendencia es diferente en virtud del peso de quienes empiezan la dieta en cuesti¨®n. La probabilidad de volver a pesar m¨¢s tras hacer dieta es mayor entre quienes la empiezan en situaci¨®n de normopeso que entre las personas que est¨¢n ya en situaci¨®n de obesidad.
Una lectura especialmente preocupante cuando se contrasta el importante n¨²mero de personas que se ponen a dieta para quitarse ¡°unos kilillos¡± en campa?as estacionales. Con ello, el efecto yoy¨® no solo incrementa el riesgo de seguir aumentando de peso a la larga, sino que adem¨¢s implica un menoscabo en su pron¨®stico de salud, al alterar las variables cardio metab¨®licas con los r¨¢pidos cambios de peso.
Las hip¨®tesis que explican esta aparente paradoja que nos lleva a afimar que hacer dieta engorda son varias, la mayor parte de ¨ªndole metab¨®lico, pero es una cuesti¨®n que dista bastante de estar aclarada. Mientras la ciencia afina la respuestas, de lo ¨²nico que podemos estar seguro es de contrastar una realidad que por mucho que ahora se nos antoje novedosa lleva mucho tiempo encima de la mesa.
Ya a finales de los a?os cincuenta, uno de los pioneros en la investigaci¨®n de la obesidad Albert Stunkard anunci¨® de forma poco halag¨¹e?a que: ¡°la mayor¨ªa de las personas obesas no seguir¨¢ nunca un tratamiento efectivo para la obesidad. De quienes lo inicien, un gran n¨²mero no conseguir¨¢ perder un peso significativo y, entre quienes s¨ª lo consigan, gran parte lo recuperar¨¢¡±.
Entonces ?qu¨¦ hacemos?
A pesar de lo dicho, afrontar una serie de cambios diet¨¦ticos en nuestras vidas m¨¢s que el hacer dieta (o que seguir la Operaci¨®n Bikini) puede ser una sana elecci¨®n siempre que se haga con cabeza. Y para ello conviene tener en cuenta una serie de premisas:
-
Si piensas que deber¨ªas perder peso por salud, ponte en manos de profesionales sanitarios reconocidos. Un chequeo m¨¦dico ser¨ªa un buen punto de partida y ponerse en manos de un buen profesional de la nutrici¨®n humana y diet¨¦tica (dietista-nutricionista) tambi¨¦n. Pero cuidado, que nadie es bueno por el mero hecho de tener un diploma universitario¡
-
Tal y como expuse en mi libro Adelg¨¢zame, mi¨¦nteme si alguien te dice ¨Csea quien sea¨C que tiene la clave para adelgazar de forma sencilla, sal corriendo, porque es mentira: o no tiene ni repajolera idea de que va el asunto o, lo m¨¢s probable, quiere quedarse con tu dinero jugando con tu desesperaci¨®n (y probablemente las dos cosas).
-
No pienses a corto plazo, hacer las cosas bien desde el punto de vista diet¨¦tico implica la adopci¨®n de h¨¢bitos que se van a prolongar durante toda la vida. Para ello es preciso empezar por hacer una especie de auditor¨ªa de tus patrones alimentarios y de las circunstancias que los caracterizan.
-
Elegir el peso como variable indicadora del ¨¦xito suele ser un error. El ¨¦xito en el cambio de h¨¢bitos vendr¨¢ precisamente de la cuantificaci¨®n de esos cambios. La variaci¨®n del peso ser¨¢ un efecto colateral de los nuevos h¨¢bitos.
-
Puede que te est¨¦s preguntando cu¨¢l es la mejor dieta para adelgazar y lo cierto es que en cierta medida da igual (ya puede ser baja en grasas o en hidratos de carbono, disociada, hiperproteica o lo que sea) la clave para mantener el peso perdido reside m¨¢s en la adherencia a los nuevos patrones diet¨¦ticos que en las caracter¨ªsticas de nutricionales del patr¨®n.
-
Si tus intereses son estrictamente puntuales ¨C¡±?tengo una boda!¡±¨C o estacionales estilo ¡®Operaci¨®n Bikini¡¯ y no hay forma de convencerte de lo contrario, all¨¢ t¨²: todas las probabilidades est¨¢n en tu contra. Cambia el chip.
La tira c¨®mica que ilustra este post es un adelanto del pr¨®ximo libro de la humorista gr¨¢fica Ana Bel¨¦n Rivero, 'Mens Sana in Corpore ni tan mal'. En este enlace encontrar¨¢s m¨¢s informaci¨®n sobre el proyecto y la autora.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.