Novelas para divertirse y aprender de vinos

Se editan casi tantos libros de vino como vinos se embotellan (bueno, no, que vino hay mucho: pero casi). Grandes t¨ªtulos como Gu¨ªas de etiquetas, Los mejores vinos por menos de X o Aprende de vino en solo 100 p¨¢ginas y una cirrosis llenan las estanter¨ªas de las librer¨ªas especializadas. Tambi¨¦n hay enciclopedias del vino y alg¨²n ¨Cmuchos¨C tomo pretencioso, y otros no tan pretenciosos pero que, o son muy t¨¦cnicos, o simplemente tan aburridos que es dif¨ªcil que enganchen a un mero aficionado o una persona normal que lo ¨²nico que quiere es echarse unos tragos de vez en cuando.

En estos a?os trabajando en este l¨ªquido y et¨ªlico sector vin¨ªcola me he merendado, bien por trabajo, bien por placer, unas cuantas ¨Cmiles¨C de sus p¨¢ginas. Y entre la larga y ancha inmensidad de t¨ªtulos me quedo con cinco obras de ficci¨®n que bien por su forma, por la trama o por la manera en que est¨¢n escritas son muy digeribles y frescas, como un buen blanco joven. Aqu¨ª propongo cinco t¨ªtulos que te entretendr¨¢n, con algunos incluso te reir¨¢s y con los que adem¨¢s aprender¨¢s del bonito y complicado mundo de la enolog¨ªa.

1. Los Ignorantes, de ?tienne Davodeau

Es mi favorito. Los protagonistas son el propio autor, un conocido dibujante de c¨®mics franc¨¦s, y Richard Leroy, un prestigioso bodeguero. Davodeau no tiene ni idea de vino ni Leroy de c¨®mics. Y de eso va el libro, de c¨®mo durante un a?o de convivencia el uno se sumerge en la actividad del otro, y viceversa. Me gusta por tres motivos: es bonito, es un c¨®mic muy cuidado y consigue trasladar el ciclo entero de elaboraci¨®n de un vino desde la vendimia hasta que se descorcha la botella de una forma amena. Adem¨¢s, durante su lectura, todo el rato te apetece tener una copa de vino en la mano. Es una delicia.

2. La Cata, de Roald Dahl.

Ya solo por los dibujos y por lo elegante de la portada y de la encuadernaci¨®n merece la pena. Se lee en un pisp¨¢s (donde pisp¨¢s equivale a menos de una hora). Cuenta la historia de una cena tranquila ¨Ca priori¨C en una mansi¨®n londinense en la que la tranquilidad se convierte en un campo de batalla al surgir una apuesta entre dos de los invitados por ver si uno de ellos averigua el vino que se est¨¢ sirviendo durante la velada. Sin ver la botella, claro. Es ir¨®nico, entretenido y doctrinal. El final no os lo cuento. Fue uno de los libros del a?o en 2014 y me lo sigo cruzando destacado en muchas librer¨ªas. Por algo ser¨¢.

3. Las Cepas de San Lorenzo, de Edward Steinberg

Descubr¨ª este libro porque me habl¨® de ¨¦l el director de Ram¨®n Bilbao, bodega que seguro te suena, y me coment¨® que se lo hab¨ªa regalado a todos sus trabajadores. El comienzo es un tost¨®n ¨Cesto es objetivo¨C pero poco a poco va enganchando hasta atraparte. Cuenta el d¨ªa a d¨ªa durante poco m¨¢s de un a?o de Angelo Gaja, uno de los bodegueros con m¨¢s prestigio de Italia, y se convierte en un diario de viticultura, pero muy aclaratorio ya que el autor se deja los sesos en buscar los s¨ªmiles necesarios para que cada paso que conlleva la elaboraci¨®n de un vino quede perfectamente explicado. Se lee en un par de tardes.

4. La Bodega, de Noah Gordon

S¨ª, el autor de El m¨¦dico demostr¨® con este libro que es un apasionado del vino. Y transmiti¨® esa pasi¨®n en esta novela. Cuentan que cuando este escritor estadounidense la present¨® a los medios la describi¨® como una carta de amor a un pa¨ªs. ¡°No descubr¨ª el buen vino hasta que siendo ya adulto viaj¨¦ a Espa?a y me enamor¨¦ de sus vinos¡±, dijo entonces. El libro est¨¢ ambientado en una bodega en la Catalu?a de finales del XIX. Logra describir muy bien los sabores de los vinos, c¨®mo se cata, y la relaci¨®n del viticultor con la vi?a. Quiz¨¢ no sea la mejor novela de Noah Gordon, pero s¨ª es una de las mejores novelas en las que el protagonista es el vino.

5. El genio de la botella, de Miguel ?ngel Aguirre

Es una f¨¢bula de un genio, rollo el de Aladdin solo que a este le va el alpiste ya que vive en una botella de vino. Es m¨¢s, lleva 2000 a?os cambiando de botella y siempre anida en los mejores vinos, que adem¨¢s tiene buen paladar el chaval. El libro comienza con su aparici¨®n en una botella de Mar¨ªa 2006, un pedazo de vino de Ribera del Duero, y de ah¨ª comienza una fiesta de an¨¦cdotas con mucho sentido del humor y con una seria ambici¨®n doctrinal. Se lee r¨¢pido porque adem¨¢s esta escrito con una prosa ligera (parezco S¨¢nchez Drag¨®) y es realmente un sincero homenaje a la cultura vin¨ªcola.

No s¨¦ si est¨¢n todos los que son pero s¨ª s¨¦ que son todos los que est¨¢n. La mejor forma de aprender de vino es probando muchos, pero si adem¨¢s lo acompa?amos de un poco de literatura, la experiencia es todav¨ªa mejor.