Contra la tonter¨ªa de lo natural
La alimentaci¨®n natural no existe, es s¨®lo un reclamo para vender m¨¢s. Frutas, verduras y carnes no tienen el sabor y la textura de cuando la naturaleza los trajo al mundo. Por suerte: muchos ser¨ªan incomestibles.
Sucedi¨® ayer mismo: en la nota de prensa del lanzamiento de un restaurante le¨ª que en el establecimiento se cocina con ingredientes naturales. ¡°?Hombre, claro!¡±, pens¨¦, ¡°?No v¨¢is a cocinar con ingredientes sint¨¦ticos, como kevlar o grafeno!¡±
Lo natural prolifera. Est¨¢n de moda, por ejemplo, los vinos naturales, esos que se obtienen tras una viticultura en la que no han mediado productos qu¨ªmicos y que, a menudo, saben a rayos. En los supermercados venden latas de salsa de tomate 100% natural, como si brotara directamente del interior de la tierra ¨Cqu¨¦ estropicio, cu¨¢nto que limpiar¨C.
Aunque la naturaleza 'no es bonita ni adorable, es matar o que te maten' ¨Ccomo dijo Robert Crumb¨C lo natural est¨¢ de moda. Pero el uso de la palabra ¡°natural¡± encierra mil trampas.
"Nature is horrible. It's not cute and lovable. It's kill or be killed."
— MacCocktail (Mastodon: @MacCocktail@zirk.us) (@MacCocktail) August 30, 2016
¨D R. Crumb (born this day, August 30, 1943) pic.twitter.com/bswrUlY1S1
Creo que en muchas ocasiones, cuando alguien usa el t¨¦rmino para hablar de un tipo de alimentaci¨®n te¨®ricamente saludable y de una cocina en la que no intervienen ingredientes procesados, lo hace para subirse al rentable carro de lo jipitrusko. ?Pero existe la alimentaci¨®n natural en el siglo XXI?
Pongamos que alguien est¨¢ comiendo una ensalada de hortalizas de su propia huerta. Todo muy natural, ?verdad? Pues no.
Las hortalizas que actualmente consumimos, incluso la que nos vende el pay¨¦s m¨¢s conectado con el Universo, son muy distintas a las variedades originales. En la naturaleza, una berenjena est¨¢ llena de espinas, tiene poca carne, es fibrosa a m¨¢s no poder y se pone marr¨®n al segundo de cortarla. ?Las zanahorias? Unas ra¨ªces duras, fribrosas, amargas y pr¨¢cticamente incomestibles. Sucede que siglos de agricultura han modificado su apariencia y su sabor, como el de casi todas las frutas, verduras y hortalizas. Porque las hemos domesticado y adaptado a nuestros gustos; alej¨¢ndolas, precisamente, de la naturaleza.
Lo mismo sucede con la carne. Los animales que comemos poco tienen que ver con sus antecesores, los que ¡°cre¨®¡± la naturaleza. Quiz¨¢, lo ¨²nico que comemos en su estado natural, es el pescado que no proviene de acuicultura, las setas que cogemos en el bosque y otros frutos provenientes de colectas silvestres. Pero no nos enga?emos, cuando salimos a recolectar comida no vamos al bosque, vamos al s¨²per.
Si lo natural es aquello que no ha sido creado por la mano del hombre, poco podemos hablar de comida o alimentaci¨®n natural, porque casi todo lo que comemos actualmente ha sido modificado por intervenci¨®n humana.
?Entonces? ?Por qu¨¦? ?Porque nos gusta tanto comer cosas naturales?
Una de los motivos m¨¢s poderosos podr¨ªa ser la quimifobia, la man¨ªa a todo lo que tiene una procedencia 'qu¨ªmica' en contraposici¨®n a una filia por la quim¨¦rica busca de 'lo natural'. Pero como cuenta J.M. Mulet en su libro Los productos naturales, ?vaya timo! ¨Cdonde adem¨¢s pone en tela de juicio la agricultura y la ganader¨ªa ecol¨®gicas¨C la qu¨ªmica forma parte de la naturaleza.
Como cont¨® Mikel en este post de hace un par de a?os: "Los huevos que comes tienen ¨¢cido octadecadienoico. Los pl¨¢tanos, E-306 (tocoferol). Los ar¨¢ndanos, hexanal, alfa-terpinaol, benzaldeh¨ªdo y hasta etil-3-metilbutanoato".
La quimifobia, la moda de lo ecopijo, este querer sentirnos como los primeros pobladores de un buc¨®lico rinc¨®n del bosque¡ como dec¨ªa el anuncio de un refresco muy poco natural, el ser humano es extraordinario y en un retorno a un origen en el que con toda naturalidad ser¨ªamos alimento de fieras corrupias, preferimos dar la espalda a miles de a?os de civilizaci¨®n y ordenaci¨®n de ese caos que es la despiadada Naturaleza.
No tengo la m¨¢s m¨ªnima intenci¨®n de defender la industria alimentaria. Ni de promover el consumo de alimentos procesados. Pero lo natural no existe, es s¨®lo un eufemismo para suavizar que cada vez estamos m¨¢s alejados, precisamente, de la Naturaleza.
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