Five Guys, la cadena de hamburgueser¨ªas que triunfa sin publicidad
Llegan a Espa?a las hamburguesas estadounidenses que desmontan todos los mitos relacionados con la comida r¨¢pida. Y que enamoran a Obama. Las probamos para ver si son tan buenas.
Hay pocas cosas que levanten de su asiento a todo un presidente de los EEUU: Putin, Kim Jong-un, Michelle Obama na-tu-ral-men-te. La Super Bowl, se me ocurre. O el sabor de una aut¨¦ntica hamburguesa con queso. ?No me creen? Les cuento. En mayo de 2009, casi un a?o despu¨¦s de ser elegido m¨¢ximo mandatario, Barack Obama tuvo un antojo: quer¨ªa una hamburguesa de Five Guys, una cadena de comida r¨¢pida muy conocida en Norteam¨¦rica por la calidad de su oferta.
Pero el hombre que descolg¨® el tel¨¦fono al otro lado le dijo a su emisario que ellos no serv¨ªan a domicilio, aunque fuera para la mism¨ªsima Casa Blanca y el cliente resultara ser el presidente del pa¨ªs m¨¢s poderoso del mundo. Desde luego, aquel tipo le ech¨® valor. Pero un antojo es un antojo; quien lo prob¨®, lo sabe: una hora m¨¢s tarde, Obama estaba entrando por la puerta de ese establecimiento.
Puede que fuera m¨¢rketing; no les digo yo que no. Sobre todo teniendo en cuenta el dominio de la escena que hab¨ªa demostrado como candidato durante su pugna con John McCain. Pero tambi¨¦n es cierto que de todos los restaurantes que hab¨ªa entonces en Washington ¨Cy no eran pocos¨C, Obama escogi¨® uno que no hac¨ªa publicidad. Ni vallas, ni cu?as, ni nada de nada.
Five Guys era conocida ¨²nicamente por el boca a boca, ese que les ha llevado a abrir 1.500 locales en todo el mundo; la mayor¨ªa de ellos en EEUU e Inglaterra. Y ahora tambi¨¦n en Madrid, donde esta semana se ha inaugurado un nuevo restaurante de esta cadena. Si quieren conocer el cielo de las hamburguesas de bacon y queso, anoten: Gran V¨ªa, 44. Frente a la plaza de Callao.
S¨¦ que suena exagerado, pero tambi¨¦n lo es que un l¨ªder de una potencia mundial aparque su agenda para degustar, en un local muy concreto, una hamburguesa con queso en el pa¨ªs de las mil y una hamburguesas con queso. ?Por qu¨¦ en Five Guys y no en cualquier otro establecimiento? Den un bocado a una de sus gloriosas masas c¨¢rnicas y no volver¨¢n a hacerse esa pregunta jam¨¢s.
Este sitio promete dar guerra en la conocida y desatada batalla por ser la mejor hamburgueser¨ªa de Madrid: si tienen un rato vayan a comprobarlo. Se lo dice uno que ha financiado muchos restaurantes de este tipo. Y que ha padecido ardores, sudores y, sobre todo, sinsabores: panes que se rompen, suelas de zapato con cebolla caramelizada encima, tomates de la huerta de Chern¨®bil y quesos fundidos sobre un lecho de tristeza. Abrac¨¦monos, pues, porque no encontrar¨¢n nada de esto en el local de Jerry Murrell, el tipo que descolg¨® el tel¨¦fono e hizo que Obama se levantara de su asiento. Y el fundador, junto a su mujer y sus cinco hijos ¨Clos cinco chicos (Five Guys), a los que el padre dio la opci¨®n de estudiar o montar un negocio: suerte que no les dio por las lenguas muertas o la biolog¨ªa¨C de esta cadena inaugurada en 1986 en Arlington (Virginia).
Para empezar, aqu¨ª no hay ni congeladores ni temporizadores ni microondas. ¡°Todos nuestros ingredientes son frescos y naturales, y los cocinamos a tu forma delante de ti¡±, se jacta Daniel Agromayor, responsable de Five Guys para Espa?a y Portugal. ¡°Llegamos a las cuatro y media de la ma?ana y nos ponemos a cortar pimientos, cebollas, fresas, lavar patatas y hacer cada bola de carne¡±, ejemplifica.
Tienen, eso s¨ª, frigor¨ªficos. ¡°Pero la rotaci¨®n es de v¨¦rtigo y solo recibimos lo que vamos a usar en el d¨ªa¡±, precisa Agromayor. Ah¨ª va un dato curioso: los kilos y kilos de patatas que usan provienen ¨Cy esto no es broma¨C de cultivos situados por encima del paralelo 42 norte. ?La explicaci¨®n? ¡°El clima es m¨¢s fr¨ªo y las noches m¨¢s largas, de forma que el tub¨¦rculo crece de una manera m¨¢s lenta y esto hace que la carne sea m¨¢s densa. Nos facilita el cortado y le da m¨¢s textura a las patatas cuando luego las fre¨ªmos, en tres fases, en aceite de cacahuete¡±.
El sabor, ya se lo adelanto, acompa?a. Se nota que la patata que uno mastica es natural, lo cual lleva a plantearse por d¨®nde cae ese paralelo. En Espa?a, el 42 norte corta m¨¢s o menos a la altura de Huesca, pero las cosechas van rotando. En la entrada del establecimiento, un cartel informa cada d¨ªa al cliente del lugar de procedencia de su sabroso acompa?amiento: pueden venir de ?lava, Holanda o, por ejemplo, Irlanda, que es de donde proviene tambi¨¦n la carne que emplean.
De nuevo nos encontramos con un hecho singular: las vacas se alimentan en pasto fresco; hasta aqu¨ª vamos muy bien. Pero adem¨¢s, 120 d¨ªas antes de su sacrificio, se les pone m¨²sica cl¨¢sica y se las alimenta con grano natural. Con cereales, vaya. ¡°Esto hace que la grasa se mezcle muy bien con el magro y que se forme como una especie de m¨¢rmol. La grasa est¨¢ dentro del magro y cuando lo picas tiene un sabor especial¡±, desvela Agromayor. A esto a?¨¢danle un pan casero ¨Chay un grill solo para tostar panes¨C con una receta secreta y un toque dulz¨®n. Y tiras de bacon ahumadas una a una en madera de manzano. Y templadas, posteriormente, con el calor de esa hamburguesa. Qu¨¦, ?se les hace la boca agua, eh? Pues esperen, que hay m¨¢s.
Los men¨²s no son cerrados. Y las hamburguesas, jugos¨ªsimas y a elegir entre dos pisos (204 gramos) o uno (102), se pueden acompa?ar de ese bacon, de queso o de bacon y queso. Y despu¨¦s condimentarlas con 15 aderezos gratuitos. S¨ª, gratuitos. Y con posibilidad de repetir ingrediente: lechuga, tomate, cebolla, ketchup, mostaza, mayonesa, pepinillos, cebolla y champi?ones a la plancha, jalape?os, pimiento verde, relish, salsa steak, salsa barbacoa y salsa picante.
¡°Hay 250.000 combinaciones posibles. Por eso decimos que cocinamos a tu forma, que hacemos tu hamburguesa. Adem¨¢s te la envolvemos en film de aluminio, que es como mejor se mantiene. Eso nos diferencia de otras cadenas m¨¢s est¨¢ndar. Te dir¨¦ otra cosa: la primera elecci¨®n no siempre es la correcta: normalmente, el cliente tarda tres veces en encontrar su hamburguesa perfecta¡±, deja caer el responsable de Five Guys en Espa?a.
En el caso de Obama, ¨¦ste se decant¨® por una hamburguesa con queso, mostaza, lechuga, tomate y jalape?os. Lo que no trascendi¨® fue la bebida, si la hubo. En Madrid, quien se acerque a este Five Guys podr¨¢ probar, a partir de los primeros meses de 2017, la m¨¢quina de Coca-Cola Freestyle: una verdadera locura ¨Cotra m¨¢s¨C que ofrece al cliente la posibilidad de a?adir a una base de Fanta o de Coca Cola, por ejemplo, otros sabores como cereza o lim¨®n. La alquimia puesta al servicio del pueblo, y con muchas opciones sin calor¨ªas para que este no pierda la l¨ªnea.
Ahora mismo ya se pueden degustar sus batidos, con nata montada o sin ella. Y, otra vez, con 11 ingredientes gratuitos para a?adir: vainilla, mantequilla de cacahuete, piezas de galleta Oreo, leche malteada o¡ bacon. S¨ª, bacon. Porque Five Guys no es un sal¨®n de t¨¦ para se?oritas cursis con mantelitos de ganchillo rosa. ?Quieren que les diga una cosa? El batido de bacon con vainilla que ped¨ª estaba extra?amente delicioso, ya fuera de bromas.
Pero si uno quiere seguir las recomendaciones de la OMS, puede hacerlo. En la carta tambi¨¦n hay platos verdes: se puede pedir un s¨¢ndwich vegetal con queso por 5,25 euros. O un rollo de lechuga, para quien sea vegano, con todos los vegetales de la carta dentro. Y si alguno de ustedes tiene alguna alergia, puede consultar antes la carta de al¨¦rgenos a disposici¨®n del p¨²blico.
Las hamburguesas oscilan entre los 6,50 euros de una peque?a con queso y los 9,75 que cuesta la doble con bacon y queso. Las patatas ¨Cpicantes o no; a m¨ª las especiadas me parecieron muy, muy picantes¨C van desde los 3 euros la caja peque?a ¨Cm¨¢s que suficiente para uno e, incluso, para dos personas¨C, a los 5,75 euros de la grande. Los batidos cuestan 5,75 y los refrescos 2,75, y tambi¨¦n sirven perritos (de 5 a 7 euros). Y cacahuetes, pero estos corren por cuenta de la casa para amenizar la espera a ritmo de rock. Obama, eso s¨ª, no tuvo que hacer cola.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.