Larga vida a los chochos
?Por qu¨¦ alucinamos con el edamame y nos olvidamos de los altramuces, tambi¨¦n conocidos como chochos? El aperitivo mediterr¨¢neo sirve como picoteo o ingrediente en recetas, y adem¨¢s es muy saludable.
Ya est¨¢. Ya lo he dicho. Sue?o con verlos en todos los bares, con su bonito tono amarillo llenando un sinf¨ªn de cuencos, sustituyendo las mezclas de ma¨ªz, cacahuetes y cositas rancias -hasta ositos de goma, he llegado a ver entre las habas secas-, a las palomitas blandurrias, a las malas patatas fritas de bolsa, a las aceitunas que te dejan la lengua para abrillantar ollas.
Va completamente en serio. ?No est¨¢is cansados de esos aperitivo sin gracia que se repiten y repiten y repiten y repiten? ?O de que el edamame, la vaina verde japonesa, est¨¦ m¨¢s representado en las primeras l¨ªnea de las cartas que nuestro altramuz? Dig¨¢moslo alto y claro: el altramuz es el edamame patrio. Y adem¨¢s sale cuatro veces m¨¢s barato.
Pero no, no es solo el cansancio ni la voluntad de ahorro lo que me hacen reivindicar las maravillas de los altramuces y fundar el MIRA (Movimiento Independiente de Reintroducci¨®n de los Altramuces). Aqu¨ª va un despliegue de sus tant¨ªsimas virtudes, de todo lo bueno que nos llevar¨ªamos pa¡¯l cuerpo si desenterr¨¢ramos al altramuz del olvido y le di¨¦ramos el reconocimiento que merece.
No puede ser m¨¢s sano
Si te est¨¢s preguntando qu¨¦ demonios es el altramuz -tambi¨¦n llamado "chocho" o "lup¨ªn"- porque hasta ahora ni lo hab¨ªas pensado, que sepas que es una legumbre tradicionalmente mediterr¨¢nea. Y ahora lo que ya sabes: casi nadie come todas las legumbres que deber¨ªa. Por su fibra, por su prote¨ªna vegetal -el doble que los garbanzos, que se dice r¨¢pido-, por su bajo aporte en grasas y calor¨ªas, es un picoteo perfecto para cualquier hora del d¨ªa. Eso s¨ª: cuidado los al¨¦rgicos a los frutos secos y tambi¨¦n los hipertensos, porque para hacer comestible el altramuz -que seco se parece a un garbanzo que regres¨® ayer de la ruta del bakalao-, se cocina y se conserva con bastante sal.
Tiene la versatilidad de una navaja suiza
Si las legumbres de por s¨ª ya son vers¨¢tiles, esperad a que os cuente todo lo que se puede hacer con los altramuces. Obviamente, los puedes comer tal cual, saladitos (si los quieres menos saladitos solo tienes que dejarlos en agua un rato m¨¢s). Adem¨¢s de eso, tambi¨¦n puedes rociarlos con lima o lim¨®n, de la salsa que m¨¢s te chifle, espolvorear un poco de pimienta negra o de alg¨²n chile que te guste. Para mi gusto, la salsa Espinaler y el chile pasilla le quedan divinamente. Eso s¨ª: prep¨¢rate para pringarte un poquito los dedos. Y relamerte, tambi¨¦n.
Por otro lado, los altramuces pueden insertarse en un mont¨®n de recetas. Puedes hacer pat¨¦ de altramuz us¨¢ndolo como usar¨ªas un fruto seco, simplemente teniendo en cuenta que no tendr¨¢s que a?adir tanto l¨ªquido ni tanta sal. Troceados le dar¨¢n un toque crujiente a cualquier vinagreta e incluso ali?ados con bien de lim¨®n, cilantro, cebolla -tambi¨¦n con picante y chips de pl¨¢tano, si quieres- pueden llegar a imitar al cevichochos, un plato ecuatoriano que emplea una variedad andina de altramuz llamada tarwi y que te saciar¨¢ de forma f¨¢cil, econ¨®mica y r¨¢pida un antojo cevichero. ?Y por qu¨¦ no un hummus con altramuces? Otro detalle curioso: la harina de altramuz se viene usando desde hace a?os para mezclarla con la harina de trigo en panader¨ªa y darle un color dorado muy apetecible.
Cuando haces ¡®pop¡¯ a un altramuz, ya no hay stop. Me atrevo a hacer otra afirmaci¨®n contundente: los altramuces son m¨¢s adictivos que las pipas. ?Que por qu¨¦? Pues porque mientras las pipas son astillosas en la boca, los altramuces son suaves, redondos, jugosos. Con un poco de presi¨®n entre los dientes, la c¨¢scara transl¨²cida y fina se desprende y ya tienes en la lengua esta joya vegetal. Avisados qued¨¢is: despu¨¦s del primero, vendr¨¢ el segundo y de ah¨ª a quedar sepultado por una monta?a de cascarillas de altramuz porque te has pasado la tarde viendo Netflix en compa?¨ªa de la legumbre va muy, pero que muy poco.
Es baratis¨ªs¨ªs¨ªs¨ªmo
Tengo una amiga a la que le pirra acompa?ar un buen vino blanco con edamame trufado. Y, oye, bien rico que est¨¢. Sin embargo, al bolsillo no le hace tanta gracia. ¡°Claro, porque la trufa es cara¡±, pensar¨¦is. Pues s¨ª, la trufa es cara, pero el edamame tambi¨¦n. Nada que ver con los altramuces, que por poco m¨¢s de un euro te llevas unos 250 gramos listos para comer. Los puedes encontrar envasados en el supermercado -la marca que m¨¢s encuentro es La Sota, que es estupenda- y tambi¨¦n en los puestos de encurtidos y salazones del mercado.
?Ojal¨¢ estemos a un paso de encontrarlos m¨¢s en bares y restaurantes! Si no, muy a mi pesar tendr¨¦ que mudarme a Egipto, donde se les conoce como ¡®tirmis¡¯ y los llevan vendiendo en puestos callejeros desde, seg¨²n los ¨²ltimos hallazgos arqueol¨®gicos, el siglo VI aC. O a Grecia, donde tambi¨¦n es bastante m¨¢s com¨²n encontrarlos en el Peloponeso y Creta. O a Italia (lupini) o Portugal (tremo?os), donde tambi¨¦n resisten en la hora del vermut. ?Larga vida al altramuz!
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