Menos pl¨¢stico y menos despilfarro: el regreso de la compra a granel
Cada vez m¨¢s personas compran a granel y se aseguran, as¨ª, un consumo m¨¢s responsable. La necesidad de reducir el uso de pl¨¢sticos de un solo uso est¨¢ detr¨¢s de esta decisi¨®n, pero hay m¨¢s. Lo analizamos.
?Puede una simple tienda de barrio cambiar la conciencia y el modo de consumir de varias generaciones? Pues a juzgar por lo que se ve un s¨¢bado por la tarde en Pepita y Grano (Santa Engracia, 77) puede, como m¨ªnimo, poner su granito. Hacer que un cartero, una estudiante, dos inform¨¢ticos, una pensionista o un asesor financiero de Florida coincidan dentro de ese establecimiento, dedicado a la venta de alimentos a granel de Madrid. Y que salgan de ah¨ª convencidos de que otro mundo ¨Ccon menos pl¨¢stico y menos derroche alimentario?¨C es posible, adem¨¢s de m¨¢s pr¨¢ctico y sostenible.
No hablamos, simplemente, de ecologistas practicantes; sino de un murmullo generalizado, que la Organizaci¨®n de Consumidores y Usuarios sit¨²a en un 73% de la poblaci¨®n que tiene en cuenta esos otros aspectos ¨¦ticos y de sostenibilidad en sus decisiones de consumo. Y que es un eco ya en la conciencia de otras muchas personas hartas, por ejemplo, de que aparezcan muertos cachalotes y ballenas con hasta 50 kilos de pl¨¢stico en su est¨®mago (de los 150 millones de toneladas de residuos pl¨¢sticos que se estiman que hay en los oc¨¦anos). O que no est¨¢n dispuestas a tirar ni un gramo m¨¢s de comida en un pa¨ªs en el que cada a?o se desperdician 7,7 millones de toneladas de alimentos.
Razones que explican, por s¨ª solas, que algunos supermercados como Carrefour est¨¦n incorporando tambi¨¦n esas pr¨¢cticas al ver como cada vez m¨¢s ciudadanos consumen justo lo que necesitan o vuelven a pasearse por estos otros ultramarinos libres de residuos y llenos de sacos de yute. Y el resto curiosea desde el escaparate, aunque el consumo a granel no pueda considerarse una moda; m¨¢s que nada porque esta otra forma de alimentarse no es nueva. Lo que nadie pod¨ªa imaginar es que habr¨ªa que volver al pasado para garantizar, de alguna forma, nuestro futuro.
Comprar lo que quieres y en la cantidad que quieres
"El consumo a granel lleva a?os haci¨¦ndose en Europa. Lo que pasa es que cada vez est¨¢ calando en m¨¢s gente. Son se?oras que vuelven a comprar como en su ¨¦poca o familias monoparentales o parejas o gente que vive sola y que compran lo que quieren y en la cantidad que quieren. De manera que hacen una compra y un consumo m¨¢s responsable y econ¨®mico", considera Gustavo Fabi¨¢n, la cara visible de Pepita y Grano junto a su mujer, Cristina S¨¢nchez.
Lo suyo, resume, fue amor a primera vista. "En 2014, hicimos un viaje a Barcelona y vimos una tienda que vend¨ªa a granel y Cris, mi mujer, qued¨® enamorada. Lanc¨¦monos, me dijo, montemos algo as¨ª. Nos sentamos a tomar un caf¨¦, hicimos cuatro n¨²meros y dijimos: est¨¢ bien, vamos a tirarnos a la piscina". As¨ª, sin ninguna experiencia previa, fue como este antiguo trabajador de un despacho de abogados y esa trabajadora del Consorcio de Transportes cambiaron su vida para despu¨¦s tratar de cambiar ese otro mundo de envasados. Y, de paso, poder ofertar productos que en Internet no eran nada econ¨®micos. "Nosotros ¨¦ramos ya consumidores de granel, pero en Madrid no hab¨ªa ninguna tienda todav¨ªa y comprar bulgur nos sal¨ªa por unos 15 euros", suspira Fabi¨¢n.
M¨¢s de 200 tiendas espec¨ªficas de alimentaci¨®n a granel
Hoy tienen seis tiendas m¨¢s, que llevan distintos asociados a su marca: otras dos m¨¢s en Madrid, otra en San Sebasti¨¢n, Valencia, Ponferrada y, una ¨²ltima, en Florencia. Lo cual permite hacerse una idea de que de moda, nada: el consumo a granel ha venido para quedarse. Como confirman, por otro lado, desde el portal de referencia Vivir sin pl¨¢stico: "El n¨²mero de tiendas de alimentaci¨®n a granel ha aumentado much¨ªsimo en los ¨²ltimos a?os, sobre todo en las ciudades. Hay algunas especializadas en productos gourmet, otras en productos ecol¨®gicos, pero cada vez son m¨¢s las que se enfocan, sobre todo, en la reducci¨®n de residuos y el comercio local".
Vino a granel
Para muchos, el vino a granel es un vino de peor calidad. Pero, ?est¨¢n en lo cierto? Para salir de dudas le pregunto a Jos¨¦ Ignacio Santiago, en¨®logo y autor del blog Vinacrucis. "Para la mayor parte de los consumidores cuando se habla de vino a granel se produce una asociaci¨®n peyorativa del t¨¦rmino", me explica, "pero hay vinos muy buenos envasados a granel e, incluso, muchos con Denominaci¨®n de Origen o Indicaci¨®n Geogr¨¢fica Protegida. Y, desde luego, es una pena que una botella que abres en casa y no se termina de consumir en varios d¨ªas, la acabes desechando al perder cualidades organol¨¦pticas".
Sobre todo existiendo envases como el bag in box, me descubre Santiago. "Es un envase formado por una caja y una bolsa que protege, perfectamente, el producto de la oxidaci¨®n y luz, y una v¨¢lvula de grifo que facilita la dosificaci¨®n del mismo. Seg¨²n se va sirviendo el vino, va comprimi¨¦ndose y manteniendo el vino restante envasado al vac¨ªo. Una vez abierto, el envase mantiene todas las propiedades del producto ya que impide la entrada de aire en el interior de la bolsa; permitiendo de esta forma que los consumidores no tengan que beberlo en un breve espacio de tiempo como ocurre con el vino embotellado".
Algo que puede verse, por ejemplo, en La sala Can¨ªbal (Argumosa, 28) donde venden vinos artesanos de peque?os productores, bajo ese formato de bag in box, y tambi¨¦n botellas de vidrio para rellenarlas sin resto alguno de pl¨¢stico. Y de diferentes tama?os para evitar ese desperdicio.
Por si les interesa: aqu¨ª tienen un directorio ¨Celaborado por los responsables de esa misma web¨C con?200 tiendas espec¨ªficas de alimentaci¨®n a granel y otras 190 tiendas que, aunque no sean especializadas, tienen una secci¨®n de venta de productos al peso, me concretan.
Producto local frente a producto importado
A esa expansi¨®n han contribuido esos cambios en los modelos de familia, esa concienciaci¨®n medioambiental y esas ganas, naturalmente, de querer comer cada vez mejor; sabiendo, adem¨¢s, la procedencia exacta de ese producto. Algo que puede verse sin problemas en esta suerte de colmados y no tanto en esos otros envases, que en muchos casos se rellenan con garbanzos de Canad¨¢ y EE UU o lentejas de M¨¦xico y Argentina. Todo un sinsentido. Pero la realidad es que, seg¨²n datos de Data Comex, en 2017 nos trajimos 41.758 toneladas de garbanzos y 74.735 toneladas de lentejas por la baja rentabilidad, se supone, de nuestro cultivo.
Esa es, al menos, la versi¨®n que esgrimi¨® el Ministerio de Agricultura cuando les pregunt¨¦ por ello. Algo que para Alfonso Clemente, el presidente de la Asociaci¨®n Espa?ola de Leguminosa, no es del todo cierto: "Garbanzos y lentejas hay en Espa?a y tienen un potencial de crecimiento superior al 50%".
A cucharadas o por kilos
Para muestra, los sacos de 10 kilos que se ven en tiendas como Pepita y Grano: con garbanzos de Madrid, Zamora o C¨¢diz. Lentejas de Ciudad Real o Salamanca. Judiones de La Granja. Habas de Teruel. O alubias verdinas de Asturias o del Ganxet de Catalu?a; estas ¨²ltimas, m¨¢s finas que sus hom¨®logas y perfectas para acompa?ar una butifarra o marisco, seg¨²n reza la etiqueta que las sit¨²a junto con la informaci¨®n de al¨¦rgenos. Y en las cantidades, dec¨ªamos, que uno quiera: 330 gramos de garbanzos castellanos y 220 gramos de lentejas de Puy ¨Ctambi¨¦n hay producto for¨¢neo¨C? salen por 2,10 euros. Aunque lo que m¨¢s se vende ¨Cprecisa Gustavo Fabi¨¢n, el grano de Pepita y Grano?¨C son las nueces y avellanas.
Tienen, en total, 28 proveedores y cerca de 20 familias de alimentos como arroces, pastas, cereales, especias, infusiones, caf¨¦, chocolate, harinas o todo un surtido de algas, frutas y setas deshidratadas. Y bolsas de papel y de tela y tambi¨¦n botes de cristal ¨Cgratuitos¨C para servirse las raciones que uno considere. A cucharadas o por kilos, que aqu¨ª ni hay pl¨¢sticos ni tampoco una cantidad m¨ªnima: "Mucha gente viene con la receta apuntada y sale de aqu¨ª con las medidas exactas".
Perfecto para probar nuevos sabores
Por 42 c¨¦ntimos, por ejemplo, se pueden llevar una cucharada de garam masala perfecta para condimentar una sopa de tomate o un curry de berenjena. O por 20 c¨¦ntimos, una de?tikka masala con la que ponerle algo m¨¢s de fantas¨ªa al m¨¢s ins¨ªpido de los pollos. ?Que no te suenan de nada estas especias y no sabes si te van a gustar? Pues raz¨®n de m¨¢s: te llevas un poco, lo pruebas y, si te gusta, la pr¨®xima vez pesas media bolsa. Que yo todav¨ªa guardo el bote de aj¨ª picante que us¨¦ una vez (s¨ª, una vez).
Ventajas, en fin, de comprar a granel. Aunque el aceite que venden en esa tienda s¨ª que est¨¢ envasado: de aguacate de M¨¢laga, prensado en Lleida y comercializado por una empresa de Euskadi, se?alan. Tambi¨¦n hay otros sacos y tarros que han venido desde mucho m¨¢s lejos: como las hojas de lima kaffir, tra¨ªdas desde Tailandia; los diferentes caf¨¦s de Colombia o Etiop¨ªa; muchas especias, naturalmente. Y un saco de arroz verde vietnamita, que llama mi atenci¨®n y que, seg¨²n me explican, se toma como un aperitivo. "Es uno de los productos que m¨¢s me cost¨® conseguir", reconoce Gustavo Fabi¨¢n, el due?o de ese ultramarino de nuevo siglo.
Un consumo m¨¢s sostenible
Aqu¨ª ya les habl¨¦ de la huella ecol¨®gica que genera ese transporte de productos m¨¢s ex¨®ticos o, llegado el caso, caprichosos. Pero adem¨¢s de esa lucha contra el calentamiento global, el consumo a granel busca reducir el uso de pl¨¢sticos. Y aqu¨ª tambi¨¦n hay pr¨¢cticas irracionales como eso de envolver los pl¨¢tanos o los gajos de mandarinas: los supermercados arguyen que lo hacen por motivos de seguridad alimentaria y porque muchos clientes as¨ª lo demandan. Pero desde la asociaci¨®n ecologista Amigos de la Tierra, su coordinadora, Blanca Ruibal, y su responsable de recursos naturales y residuos, Alodia P¨¦rez, lo consideran otro sinsentido: "Tiene, por naturaleza, el mejor envase posible".
"El envase de usar y tirar es un elemento innecesario, que consume recursos y genera residuos", ampl¨ªan. "Con el granel podemos llevarnos nuestro propio envase, que reutilizamos un largo periodo de tiempo, y es m¨¢s com¨²n que el producto proceda de or¨ªgenes m¨¢s cercanos que no requieran de ese envasado protector". Adem¨¢s, esa forma de envasar no evita el despilfarro alimentario, seg¨²n un estudio de esa misma ONG. Y luego est¨¢ el uso en s¨ª del propio pl¨¢stico, que no es biodegradable.
8.300 millones de toneladas de pl¨¢stico
"La industria ha utilizado estrategias de greenwashing como el pl¨¢stico oxodegradable, que, en realidad, lo que hace es romperse en mil pedazos. Lo que dificulta su reciclaje y favorece la contaminaci¨®n de suelos y agua. Incluso algunos de los pl¨¢sticos que se est¨¢n introduciendo ahora basados en materia vegetal tienen parte de petr¨®leo, que hace que su degradaci¨®n nunca sea completa o con part¨ªculas inocuas", contextualizan Ruibal y P¨¦rez. En los ¨²ltimos cien a?os se han generado 8.300 millones de toneladas de pl¨¢stico, pero ha sido en la ¨²ltima d¨¦cada en la que se ha producido m¨¢s pl¨¢sticos que en los noventa a?os anteriores. "Y el 40% se destina a fabricar esos envases de usar y tirar; no es pl¨¢stico dise?ado para durar, que ese, sin duda, es necesario", zanjan.
?Qu¨¦ hay de la seguridad alimentaria de esos productos a granel?
Otro tema es esa seguridad alimentaria, que justificar¨ªa esa mayor presencia de pl¨¢sticos en los mercados m¨¢s convencionales. En la tienda de Pepita y Grano, las harinas s¨ª que est¨¢n cerradas y separadas del resto; hay una cuchara por cada saco. Y, por la noche, se tapan todas las muestras. ?Es suficiente con esto? Me responde Beatriz Robles, tecn¨®loga de los alimentos y experta en seguridad alimentaria: "Hablamos de productos que no son de especial riesgo (es decir, no son de origen animal) y no necesitan refrigeraci¨®n".
Como generalmente tienen una actividad de agua muy baja, es decir, tienen poca agua disponible para que crezcan los microorganismos, tendr¨ªamos que preocuparnos "del crecimiento de mohos y levaduras en frutas que no hayan sido suficientemente deshidratadas". Tambi¨¦n se pueden enranciar alimentos con alto contenido en ¨¢cidos grasos insaturados, "como los frutos secos o el chocolate en contacto con el ox¨ªgeno, en un proceso favorecido por la luz y la temperatura de almacenamiento". Adem¨¢s de prestar atenci¨®n a la limpieza de las instalaciones, las pr¨¢cticas de manipulaci¨®n o la presentaci¨®n de los alimentos: tapados o al aire o si hay utensilios espec¨ªficos para cada producto. Y hay que saber tambi¨¦n que la informaci¨®n de al¨¦rgenos es de declaraci¨®n obligatoria.
Y, ya puestos, ?por qu¨¦ los supermercados no tienen m¨¢s productos a granel? "En una gran superficie hay una gran rotaci¨®n y es m¨¢s dif¨ªcil controlar la manipulaci¨®n que hace el cliente del producto", me aclara Robles.
Un cartero, una estudiante, dos inform¨¢ticos, una pensionista y un asesor financiero
Ese s¨¢bado por la tarde, Ra¨²l Gonz¨¢lez, cartero, se lleva 17 bolsas de papel con diferentes cucharadas de especias; Nuria Mart¨ªnez, estudiante, 85 gramos de ch¨ªa y Francisco Alcon y Miguel Gil, inform¨¢ticos, el aperitivo: d¨¢tiles y nueces. En cambio, a Adela Trota y a Francisco Verd¨² les cuesta decidirse algo m¨¢s. Esta pensionista de 67 a?os busca unos garbanzos muy concretos y ¨¦l, reci¨¦n aterrizado de Miami, contin¨²a fascinado: "Me encantar¨ªa llevarme unas verdinas, pero no pasar¨ªan la aduana". En este otro mundo, en cambio, la frontera la marca uno mismo.
Rodrigo Casteleiro es periodista, redactor y productor de El Comidista. Antes fue colaborador de ICON y trabaj¨® en las secciones de Sociedad y Madrid, de EL PA?S, la Cadena SER y ADN.
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